LA RUTA DEL PLACER | Chez Lafayette: Oui, oui, oui

Buscábamos disfrutar cocina clásica francesa y encontramos un comedero magnífico en Madrid. Una propuesta maravillosa, ¡y sin quedarnos a fregar!

Susana Martín
03/06/2016
 Actualizado a 19/09/2019
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La cosa va de retos esta semana. Cita importante en Madrid (por cierto, ¡hala Madrid!) y buscábamos un lugar especial. El capricho de uno de los comensales era encontrar un buen restaurante francés, y además tenía que ser «pequeñito y bueno». Me hicieron el encarguito y pensé que estaba perdida: ni idea de restaurantes franceses, la verdad. ¿Porque qué se come en un francés? Pues yo qué sé, ¿scargots, en plan la cena en que Julia Roberts los lanza y monta el numerín en Pretty Woman? ¿Foie, champagne? Y como dicen eso de que «a menudo lo importante no es saber sino tener el número del que sabe», hice trampa y llamé a uno de los críticos gastronómicos que más saben en este país. No a un zampón, que abundan, ni a uno de estos bloguerillos que van de foodies y no tienen ni idea. No. Se trataba de pedir consejo a una de esas personas que ‘saben comer’, no para la foto ni para darle al postureo. Y el maestro no falló: me dio dos nombres, uno pequeñín y el mejor, me dijo, y otro grande, céntrico y muy de moda. La tropa dijo que al pequeño, claro, y en su web comprobamos que la cosa prometía, aunque la ‘pega’ es que está un poco alejado del centro de Madrid. Con coche, ningún problema. Y ésa fue quizá la única pega que le pondría al restaurante Lafayette, un local coqueto que ya está en mi agenda de grandes comederos tras ofrecernos una experiencia gastronómica fantástica.Finísimo el foiegras micuit con tostadas y magníficos los caracoles a la mantequilla, estilo ‘Maitre d’Hotel’: se deshacían en la boca El siguiente reto era saber qué pedir en un restaurante que es todo un referente de la cocina clásica francesa. Y sí, había caracoles, tenían foie y más de un centenar de vinos espumosos franceses. ¿Qué mas se puede pedir? ¿Se imaginan? Todo un paraíso para los que somos grandes enamorados de las burbujas... Qué homenaje nos pegamos.Y ya metidos en faena, con una copita de champagne a mano, ¿qué pedir aquí? La carta es amplia y hace salivar con todas sus propuestas: ostras, tartar de pato o de trucha, lomo de ciervo, codorniz rellena de mollejas de ternera lechal, solomillo de vaca... Platos tentadores en los fogones de Vincent Huber, y todo en el ambiente cálido de una sala chiquitina y acogedora, con decoración sobria y un servicio impecable capitaneado con pulcritud por Sébastian Leparoux.Nos dejamos guiar un poco por el jefe de sala pero también por los caprichillos de cada comensal. Y es un acierto que en esta ‘maison’  todas las raciones se puedan compartir en dos, porque así pruebas más platos. Finísimo el foiegras micuit con tostadas y magníficos los caracoles a la mantequilla, estilo ‘Maitre d’Hotel’: se deshacían en la boca. Una delicia el magret de pato (guarnición siempre a elegir en los segundos: verduritas, patatas ratte, arroz pilaf) e impecable el steak tartar. Y para rematar una comida estupendísima, un surtido de quesos –la excusa era rematar el vino, pero siempre acabas pidiendo otra botella para terminar el queso, en bucle– y un clásico de la casa, los crépes Suzette con helado de vainilla de bourbon. La ‘dolorosa’, muy razonable, así que  no tuvimos que quedarnos a fregar. Que viva la cocina francesa. --------------------------------------Restaurante Lafayette                                                         Calle Ages. Las Tablas. Madrid                                                                        91-2606912