"Un manguán que las prepara como Amancio"

Paradilla es pueblo pequeño con noticias grandes y, ahora, dobles; dos esculturas de Amancio han cobrado vida y son un columpio gigante y un libro que cuenta la biografía y avatares del trasgu que vive en una de sus cuevas y que hoy se presenta en el Instituto Leonés de Cultura

Fulgencio Fernández
20/10/2022
 Actualizado a 20/10/2022
El trasgu que Amancio instaló en una cueva primero se convirtió en ruta y ahora ve la luz su historia convertida en libro, de Manu Ferrero. | FB PARADILLA
El trasgu que Amancio instaló en una cueva primero se convirtió en ruta y ahora ve la luz su historia convertida en libro, de Manu Ferrero. | FB PARADILLA
Ya hace tiempo que lo de Paradilla, de Gordón, viene siendo una historia singular y muy diferente. Al margen de que se hayan declarado República independiente sin mayor alboroto de las fuerzas vivas (ni de las muertas, por cierto) las cosas que allí hacen, en un pueblo en el que en invierno no vive más de media docena de habitantes, tiene un aroma cultural y agitador encomiable. Como muestra de dolor y no olvido por la muerte de uno de los mineros fallecidos en el tristemente famoso accidente de La Vasco nació en este pueblo —cuyo presidente es hermano de uno de los accidentados— un homenaje en forma de ruta y memoria eterna, la senda de Celorio, a la que puso punto de partida una escultura —la mano de Amancio— y letra un relato de José María Menéndez López.

Después un trasgu anidó en sus cuevas y un columpio le invitaba a volar, los dos hechos escultura de la mano de Amancio. Y ahora, hace tan solo unos días se han convertido en noticia pues las esculturas han tomado vida: el columpio ya es un columpio gigante; y el trasgu tiene su propia biografía, escrita por otro gordonés, el narrador y contador de historias Manuel Ferrero yLópez del Moral en una cuidada edición bilingüe que tradujo Nicolás Bartolomé, con ilustraciones de Diego Arias Refoyo.

Es así como en Paradilla, tal vez por ello República independiente, las modas sin argumentario lo encuentran allí. Y no han apostado solamente por un columpio que compita en medidas sino en arte; y no han apostado por unas rutas que tengan más o menos desnivel sino más historia, la de unos mineros que se quedaron en el corazón negro de un pozo o la de un duende que hace trastadas desde las cuevas que vas atravesando. El libro se presenta en la tarde de este jueves (a las 19.30 horas en el Instituto Leonés de Cultura) con la presencia del autor, Manu Ferrero, el editor (Lobo Sapiens)y alguno de los colaboradores en el prólogo, epílogo, texto central o el ilustrador.La idea del libro partió, una vez más, de la singular Junta Vecinal de Paradilla, que preside José Manuel González, quien explica que «tuvimos varios motivos para pensar en la edición del libro. De una parte estaba el hecho de que ya existía la ruta del trasgu, en torno a la escultura de Amancio, y asimismo constatamos que el rico leonés de nuestra toponimia se está perdiendo y una buena forma de perpetuarlo, de ponerlo en valor, era  ubicar en Paradilla las historias del trasgu, en sus pagos, con sus nombres tradicionales. Y el hecho de  en leonés se afianza aún más esa idea de perpetuar nombres, topónimos, expresiones...».Manu Ferrero, gordonés y buen conocedor de esta comarca, aceptó encantado el encargo de escribir ‘la biografía’ del trasgu de Paradilla: «La idea es de José Manuel y me pareció muy apropiada, por lo que me sumé encantado. Como ya existía la Ruta del trasgu y había que ponerle letra lo primero que hice fue recorrerla, conocerla, hablar con los paisanos que, curiosamente, empezaron a contarme historias que habían pasado en Paradilla, lo que me permitió situar aquellas historias en su lugar natural».

- ¿Y cómo has hecho a la criatura?
- Pues me ha salido un trasgu liante, un manguán que las prepara como Amancio.

Señala Ferrero que ha quedado como «un cuento muy de esta zona, muy de la montaña. Un personaje que, como le corresponde a su especie, mezcla verdades con mentiras, historia con leyendas. Para mí fue un reto meterme en la piel de un trasgu, incluso emotivo pues, por ejemplo, hay un momento en el que toman protagonismo los mineros y para reconstruir ese pasaje recordé a mi padre con su bicicleta y el bocadillo, aparte del poso que en la mina nos ha dejado a todos los habitantes de la comarca de Gordón, por más que la mina ya no exista».

Las ilustraciones del libro también son de otro gordonés, el joven dibujante  Diego Arias Refoyo.
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