eduardo-bajob.jpg

Las filas de Clac

10/04/2024
 Actualizado a 10/04/2024
Guardar

En el tiempo que viví en Madrid, me sorprendió como a un provinciano que era, la cantidad de cosas interesantes que encerraba esta gran urbe. Allí conocí pensiones realmente sórdidas e inmundas, hasta que encontré un colegio mayor donde pasar el curso. Como estaban a punto de iniciarse las clases, se desató también la «tradición» de las novatadas. Se puteaba a los nuevos sin motivo ni gracia, sólo por mera humillación. Algunas tenían dudosa gracia, pero la mayoría eran sumamente groseras y crueles. Gracias a que mi horno no estaba para bollos y a mi carácter algo, bastante, muy… irascible me permitió mantenerme al margen.  Detrás de este breve periodo era el tiempo de ubicarse e ir conociendo y trabando amistad con algunos compañeros con los que simpatizabas. Ellos me abrieron las puertas a la ciudad entre otras cosas, me enseñaron la forma de entrar gratis a los mejores, y no tan mejores teatros, que ya entonces vendían caras las entradas.

La cosa funcionaba de esta manera: buscabas un bar cercano a la sala e inspeccionabas al personal buscando a un hombre extraño, en una apartada mesa y con un maletín muy gastado. Entonces te acercabas y, con algo de miedo a meter la pata, le decías por lo bajini: «Una entrada de clac». Si habías dado en el clavo te daba la entrada por cuatro pesetas.  Al entrar el portero nos decía: Quedaros aquí que ya os diré cuando entráis y me temblaban las piernas por la emoción. Apenas se apagaban las luces y el público ocupaba sus localidades, nos colocaban en las últimas filas. Nuestro trabajo consistía en aplaudir cuando el jefe de clac, lo hacía. De ese modo se rompía el hielo, la gente aplaudía a rabiar y los artistas se motivaban. La verdad es que no costaba aplaudir porque las obras a las que íbamos eran extraordinarias. Entre muchas ‘La Fundación’ de Buero Vallejo; ‘La señora Julia’, de Strindgber; ‘Cinco horas con Mario’, con Concha Velasco; la conocida ‘Bodas de Sangre’; y así, casi toda la cartelera de la temporada aplaudiendo a grandes personajes. Y ¿por qué me asaltan estos recuerdos? ¿será que me estoy haciendo mayor? La explicación es que el clac, que como tantas buenas cosas ha desaparecido y se refugia en el Congreso, donde los diputados, de ambos bandos ríen las malditas gracias insultos y memeces de sus líderes políticos. La diferencia es que el Teatro es ficción. Lo de los apesebrados, sobreactúan con mentiras reiteradas y vergonzantes.

El argumento suele ser la corrupción, pero día a día se reproduce como un culebrón venezolano. Cuando una obra finalizaba y salías a la calle te sentías mejor persona mientras duraban la emoción y el recuerdo. No así en el Parlamento donde entran malas personas y salen peores. El reparto es abultado: Puyo, Berni, Griñán, Koldo y su jefe, Armengol, Illa, Marlaska etc. Que no cunda el desánimo porque la serie continuará con nuevos episodios.

 

Lo más leído