Lo mejor que se puede hacer para comprobar el interés de ‘Un viaje nostálgico’, la exposición inaugurada en el Museo de los Pueblos Leoneses de Mansilla de las Mulas, es escuchar los comentarios de los espectadores. «Eso lo tuve yo, que lo compraba siempre en el kiosco que había debajo de mi casa», afirmaba este martes una de las visitantes de la muestra en la que Fernando Bandera, que además de coleccionista empedernido es jefe del servicio de Industria, Comercio y Energía de la Delegación de la Junta en León, exhibe una parte de todos los juguetes que ha ido acumulando a lo largo de los años. «¡Mira! ¡La Mariquita Pérez! Anda que no pasé yo tarde recortándole trajes», decía otra de las visitantes. Sonaba, la verdad, a reencuentro, un viaje personal en el que cada espectador se dejará llevar por sus recuerdos e inevitablemente por la nostalgia de un tiempo que ya no existe más que en la memoria y en los objetos que, como estos juguetes, la contienen.
«Siempre he sido muy chatarrero», bromea Fernando Bandera, «pero la verdad es que todos los juguetes que fui acumulando de niño los perdí con el paso del tiempo, porque siempre se los regalaba a los pequeños que iban a apareciendo por casa. Luego me arrepentí y empecé a coleccionar, rebuscando en internet, en mercadillos, en todas partes donde aparecieran aquellos juguetes que, de alguna manera, nos servían para conocer el mundo, sobre todo en un tiempo en el que teníamos que usar más la imaginación». Cuenta el coleccionista que la mayoría de los juguetes que tuvo aquel niño de La Vecilla en los setenta se los traía su madrina desde Asturias, sobre todo en la Noche de Reyes. «Allí no había quioscos donde comprar estas cosas, como les pasaría a los niños de la ciudad, sino que tenía que esperar a Reyes o bien a la fiesta del pueblo, por si los traían los feriantes».

Lo cierto es que la visita a la exposición, inaugurada en la tarde de este martes con la presencia de numerosas autoridades y amigos entre los que estaban el presidente de la Diputación Provincial, Gerardo Álvarez Courel, y el delegado de la Junta en León, Eduardo Diego, no necesita demasiadas explicaciones porque cada cual encontrará las suyas, a cada cual le abrirán una ventana distinta de la memoria. Sí que se pueden encontrar, por ejemplo, explicaciones a algunas palabras que han pasado a formar parte del ideario popular, sobre todo en la provincia de León, donde a los macarras se les llamaba jichos y que caen, a porrón, de un tambor de detergente Dixán que forma parte de la muestra, jichos que venían en sobres y entre los que los más cotizados eran los de los vaqueros, salvo para aquellos niños, que no eran pocos, que preferían a los indios. Hay también un futbolín electromagnético, toda una alineación de muñecas Barriguitas (¡de Berjusa!), el castillo de Exín y un Cine-Exín, un descomunal Mazinguer Z antes de sacar sus ¡puños fuera! (en el que ha colaborado el escultor de Aviador Jorge Aller Tascón), revistas en las que se informaba de la última hora de ‘Starsky y Hutch’, pistolas tan variadas que van desde ‘Los hombres de Harrelson’ a ‘Curro Jiménez’ pasando por ‘Sandokán’, yoyós, cromos, barajas y hasta detalles que demuestran lo que han cambiado los tiempos y que hoy resultan políticamente incorrectos, como los cigarrillos de chocolate o un muñeco de un niño fumando.
Uno de los aspectos destacados es que la exposición, como recordó Courel en su intervención, es que tiene también «una vertiente solidaria», ya que se ofrecerá a los visitantes la posibilidad de realizar un donativo para colaborar con la asociación Por dos Pulgares de Nada, que se depositará en una urna e irá a parar íntegramente a la asociación destinada a recaudar fondos para investigar la FOP (Fibrodisplasia Osificante Progresiva), una enfermedad que padece el ya famoso Darío Rodríguez y de la que sólo se han registrado 40 casos en toda España.
El propio Darío, recién despertado de la siesta, acudió acompañado por sus padres y sus queridos Patricia y Paco a la inauguración de esta muestra que, ubicada en el Patio Peregrino, tiene el horario de visita habitual del museo (de 10 a 14 horas y de 17 a 20 horas) hasta el 15 de septiembre.