La ruta del cuento del lobo bobo coincide en su diseño con muchas otras rutas leonesas que han salido en estas mismas páginas, como la del bosque mágico de Alija, los cuentos de Almanza, la casita del duende de Villanofar en el ayuntamiento de Gradefes, la ruta cuento del Celorio entre Geras y Paradilla o la senda de la mitología leonesa en Carande, además de las bercianas del Soto de Villar de los Barrios o del Zofreral de Cobrana, que en estas fechas veraniegas se puede contemplar teatralizada por el grupo Dinamia teatro.
Dentro de esa línea se encuentra la ruta que ahora se propone situada en la provincia de Burgos con un recorrido reducido pero interesante. La realización del proyecto partió del taller de empleo de Espinosa con diseño de un paisajista y una ingeniera. El cuento se centra en la celebración de la romería de las nieves en la localidad. «Al amanecer del día 25 de julio, el Lobo despertó, se estiró con calma y salió de su guarida sigilosamente...». Así comienza el cuento 'El Lobo Bobo', que no es un lobo feroz, sino uno que quiere convertirse en humano para mezclarse con los hombres en la Romería de Las Nieves que cada 5 de agosto se celebra en Las Machorras.

La ruta se desarrolla en las riberas del río Trueba que en verano suele ir seco, aunque es arbolado y a los árboles se refiere el recorrido. Comienza con el chopo, a continuación, el álamo blanco seguido por el aladierno de 6 metros de altura, el máximo que suele alcanzar esta planta. Unos metros más adelante, un imponente castaño muestra su gran porte, es el único del bosque. Le siguen el abedul, el haya, el roble, el sauce, los cerezos silvestres, los avellanos o el fresno. El río ha ido trayendo las semillas para hacer del Bardal un espacio singular en especies botánicas. Pero hasta ahora era una zona degradada que han desbrozado y limpiado los alumnos del taller de empleo, al igual que la antigua escombrera, donde hace 35 años se plantaron varios nogales, que ahora funcionan como personajes de cuento.

Espinosa de los Monteros es un lugar ideal para los amantes del deporte y aventura con más de 100 kilómetros de rutas de senderismo por los principales lugares de interés del municipio como la Senda de la Frente o la ruta del Estraperlo.
La ruta dispone de señalización extraordinaria, tanto en las direcciones a tomar como en cada uno de los paneles que se puede ampliar con el QR correspondiente.
Desarrollo de la ruta
Comienza el recorrido en el aparcamiento de autocaravanas de Espinosa de los Monteros, desde donde se sale hacia la derecha siguiendo por la carretera hasta que se llega al panel de inicio de la ruta y del cuento, así como una señal que indica que se debe girar a la izquierda. Poco después se pasa ante el primer árbol, el chopo para continuar con el álamo blanco donde hay varios motivos realizados con cantos rodados como la villa culebra y otros con troncos de árboles.

Junto al aladierno se encuentra una mesa circular con los cuatro puntos cardinales en ella. El cuarto es el aliso, donde hay caras realizadas on maderas para encontrar a continuación el castaño rodeado de animales de madera siguiendo con el abedul, un árbol muy presente en la zona, al que acompañan unos cerditos realizados con troncos de árboles. Bajo el avellano, el siguiente, se puede ver un nido realizado con cantos rodados. En los paneles se cuenta el cuento y se plantean preguntas a los niños a partir de lo que cuenta cada uno de los árboles.

La ruta se acerca al río Trueba, que en el verano baja seco y solamente lleva agua con las lluvias y deshielos. En esta zona han colocado varias setas elaboradas con cantos rodados que abundan en el cauce del río. Sigue el tilo, con una señal que indica: Villa Tilia, así como otros elementos variados abiertos a la imaginación. Después se encuentra el haya y el siguiente es el roble, en todos ellos el lobo va haciendo preguntas que los árboles responden y los adultos pueden hacer que los niños interactúen en el cuento.

Tras el roble, el camino sigue por la derecha, donde se encuentran unas ovejas y más tarde se ve el espino, con otra mesa circular de puntos cardinales. Del espino se pasa al sauce y allí se encuentra un montículo de tierra que resulta ser un oso tumbado, subiendo después unas escaleras para encontrar el cerezo, siguiendo por el camino para girar después a la derecha en pleno bosque continuando entre diferentes árboles para llegar ante el nogal, la joya de los árboles de este lugar, caminando un poco hasta encontrar el fresno y conversando con este árbol el lobo va a encontrar su forma de socializar haciéndose más humano par poder asistir a la romería, finalizando con una cabeza de lobo en el capítulo 17: el disfraz del lobo, donde finaliza el cuento.
Solamente hay que seguir un poco para llegar al punto de salida donde finaliza la ruta.
