Cuando un sueño se convierte en realidad hay muchos factores que influyen en todo aquello que conlleva.
Alija es una villa del sur de la provincia enclavada en el llano, pero con un monte que la domina desde el alto, donde los niños suelen jugar imaginándose héroes o heroínas de cuentos infantiles, soñando con seres mágicos y misteriosos.
Una de estas niñas creció y con el tiempo se dedicó a trabajar con los pequeños del pueblo en talleres de pintura y manualidades creando poco a poco un mundo de duendes y hadas y desarrollando la imaginación y creatividad de los muchachos. Con ellos fue forjando ese sueño de seres encantados para ubicarlo en el bosque en el que de pequeños jugaban y juegan.
Con todo ello crearon la ruta a la que se fueron añadiendo vecinos y compañeros, hasta que todo el pueblo se interesó, participando de un modo u otro en la creación, desarrollo, cuidado y mantenimiento de ese mundo que allí se ha creado.

El día 4 de marzo se celebraba el primer aniversario de su presentación y con tal motivo se desarrolló un programa de actividades cuyo eje principal fue la ruta y estuvo coordinada por su impulsora inicial Eva Hidalgo, teatralizada por distintos miembros del grupo caracterizados como hadas, faunos, elfos, y el apoyo de la asociación de jurrus que participaron en la comitiva desde el castillo a la fuente.En la fuente Eva se dirigió a los asistentes, niños en su mayoría, explicándoles lo que es el sueño de la ruta, relacionado con la magia y el misterio. A continuación, subieron casi quinientas personas para recorrer el corto sendero lleno de elementos diversos y donde ninfas, elfas, mineros, guerreros, arqueros y magos iban explicando cada uno de los diferentes puntos de interés de la ruta. Casi al final se encuentran varias esculturas de animales, el más grande la araña de José Manuel Baños Lucas, herrero de Losar de la Vera (Cáceres), y un asiento a modo de pinza desde donde se ve la localidad de Alija, obra de Baltasar Colinas Pérez. Antes de volver a Alija se pudo contemplar la maqueta de la localidad, obra de Elisardo Colinas Pérez, quien además dispone de un principio de museo etnográfico con elementos cotidianos de tiempo atrás.La fiesta fue complementada con actividades en el castillo, como pintura de piedras, pintacaras, tiro con arco y la animación alegre y divertida de los jurrus que hicieron la delicia de los pequeños. La ruta Comienza la ruta en el castillo de Alija, desde donde se sube hacia la carretera y en ella, con cuidado se va hacia la izquierda hasta llegar a la fuente de aguas medicinales, donde se encuentra el inicio propiamente dicho del recorrido.Desde este punto se comienzan a subir escaleras hasta una plataforma dedicada al quinto centenario del descubrimiento de América y en este punto comienza otra subida más larga, empinada y estrecha que llega a un mirador donde hay un cartel de invitación a seguir la ruta con un dibujo y decoración, como el resto de los carteles de Eva Hidalgo, alma mater del proyecto.Continúa la ruta por un estrecho pasillo hasta llegar al siguiente punto que es Bárbol, un árbol mágico, donde dos personajes esperan al visitante para contarles la historia de este ser, Pórfidus, el mago azul, es quien lo explica a todos con sus palabras. Continuando por el camino se llega a una revuelta donde hay un riachuelo con varias cascadas saliendo de cántaros. Es la cascada de las Xanas. En este lugar Trinia, la elfa de las aguas explica la magia del agua que fluye por este valle inundándolo todo y dando vida a las plantas y animales.

Continuando el camino, al bajar la cuesta en el siguiente vallejo se encuentra la mina de los gnomos y allí
Elbourbon, el mago pardo,
Oscir, el mago arquero y
Elvivas cuentan a los caminantes como extraen los ricos materiales de la tierra y muestran los tesoros de sus minas comentando lo que hacen con ellos cuando val al pueblo.
Siguiendo el camino se llega al Valle de las Hadas, donde hay numerosas casitas de duendes hadas y otros seres mágicos. Para pasar se debe creer en la magia y confirmarlo. Tras ver el poblado del valle de la magia y la localidad de Alija desde un asiento en forma de pinza, se continúa por el camino hasta encontrar una siniestra araña de piedra y metal cuyo nombre responde a Ella-Laraña. Allí mismo se encuentra un doble camino: subiendo se va a la villa de los duendes, a donde hay unos cuatrocientos metros de ascenso no demasiado empinado y entre los pinos se pueden contemplar las casas de los duendes esparcidas por esa zona del pinar.
Se vuelve por el mismo camino hasta llegar a
Ella-Laraña y bajando hacia los trasgus se pasa por la nave donde
Elisardo Colinas muestra su maqueta de Alija y elementos que pueden componer un museo etnográfico de la localidad. Siguiendo se va hacia las bodegas donde se ve una portada con las casas de los trasgus.
A continuación, se baja hacia Alija, después de pasar la carretera se sigue hacia el grupo escolar y luego se va por la calle hacia el castillo, donde se da por finalizada la ruta.
