Ya tenía Fernando Rubio la semana pasada ganas de recordar y homenajear —en estos días cercanos a Santa Cecilia, patrona de los músicos— a la familia que seguramente recuerda la mejor tradición musical leonesa: Los Odón Alonso, González y Ordás, padre e hijo: «Que, además, se cumple el centenario de Odón Alonso Ordás (nacido en 1925) y el 125 del padre», argumenta. Pero se cruzó Franco con los fastos y celebraciones, por lo que estaban claros los protagonistas de este lunes.
Vaya por delante para entender la pasión de estos dos leoneses, de origen bañezano, el primer mandamiento de su dedicación expresado por el hijo. «No se debe interpretar ni una nota sin amor; la música requiere algo más que técnica, requiere misterio y emoción».

Así se entiende la pasión con la que se vivía la música en este hogar bañezano en el que, dice Fernando «Hay biografías que empiezan en una fecha y un lugar concretos. La de Odón Alonso Ordás, el gran director de orquesta leonés, empieza antes: empieza en su familia, y muy especialmente en la figura de su padre, Odón Alonso González, el ‘maestro de La Bañeza’; pues en su pueblo y en León durante décadas, el nombre de Odón Alonso fue sinónimo de música». En la mente de generaciones de leoneses está dibujada a fuego la figura de la blanca melena del padre al frente de la Banda de Música, dirigiendo conciertos, viviendo y haciendo vivir la música.
«Primero fue músico el padre: maestro, director de coros y orquestas, animador de la vida cultural cuando la música en provincia era, sobre todo, cuestión de entusiasmo, de sacrificio y de mucho amor al oficio. En ese ambiente crece el pequeño Odón. No descubre la música en un disco ni en la radio, sino en casa, entre partituras, ensayos y voces».
Es evidente que, como suele ocurrir, el hijo fue recorriendo el camino ayudado por la figura del padre, de sus enseñanzas y consejos. «Antes de convertirse en el director prestigioso que subiría al podio de la Orquesta Nacional, de la Orquesta Sinfónica de RTVE o del Otoño Musical Soriano, aquel niño se forma a la sombra del padre: escuchando, observando, ayudando, aprendiendo lo que significa sacar adelante un coro, una banda, una función... La música, para él, no es sólo arte: es también servicio, compromiso con su gente, con su tierra. Ese sello familiar le acompañará toda la vida».
Reivindica Rubio que «cuando hoy hablamos de Odón Alonso Ordás como ‘el maestro de La Bañeza’, en realidad estamos hablando de una saga: un padre y un hijo que, cada uno a su manera, han marcado la historia musical de León.El padre, desde la base, construyendo afición, enseñando a generaciones de músicos;el hijo, llevando ese legado a escenarios de España y de medio mundo, pero sin perder nunca el vínculo con su origen leonés y bañezano».

Además de los dos músicos tiene importancia también el ambiente familiar, el resto de los componentes de la saga... recupera Fernando un buen ejemplo de ello. «la familia es el primer puente hacia la música. «En una entrevista grabada por Odón Alonso Ordás, en Málaga, a comienzos de los años 80, el entonces alcalde de la ciudad, Pedro Aparicio, recuerda que empezó a ir a los conciertos de la Orquesta Nacional ‘del brazo de su padre’. Era a finales de los años 50. Su padre lo llevaba a los Viernes del Palacio y a los Domingos del Monumental, y allí, en esos conciertos de la Nacional, aquel joven malagueño descubrió la figura de Odón Alonso en el podio y quedó impresionado por su brillante manera de dirigir. Es una escena que se podría repetir en muchos otros lugares: un padre lleva al hijo a escuchar música; ese hijo descubre, fascinado, a un director que viene de una ciudad leonesa llamada La Bañeza. Del padre de Odón al propio Odón, y de Odón a otros padres que llevan a sus hijos a los conciertos, la música viaja así, de mano en mano, de generación en generación».
Una historia familiar que en León y La Bañeza sigue viva, su influencia permanece y pervive. «Así, Odón Alonso sigue vivo en cada nota que resuena en los auditorios que ayudó a construir y en la memoria de quienes tuvieron, tuvimos, el privilegio de conocerlo».
Desde La Bañeza y León construyó Odón Alonso 'padre' una sólida carrera internacional, desde la Orquesta de RTVE a Puerto Rico
Desde La Bañeza y León construyó Odón Alonso ‘hijo’ una sólida carrera internacional. Fue uno de los pilares de la Orquesta de RTVE, donde su etapa más relevante se desarrolló entre 1967 y 1984, sustituyendo a directores anteriores y ofreciendo estrenos de obras contemporáneas que, en su momento, enfrentaron la incomprensión del público. «Su grabación del Concierto de Aranjuez con Narciso Yepes para Deutsche Grammophon en 1969 permanece como un hito de la discografía clásica española». Sin olvidar su faceta de director, Odón Alonso fue primer catedrático español de Dirección de Orquesta en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
Hay una ciudad española, Soria, donde el leonés se convirtió en el gran referente de la música clásica desde que, en 1991, impulsó la creación del Otoño Musical Soriano, «un festival que unió música y poesía y abrió un espacio para la música contemporánea española». Gracias a su amistad con Jesús Ángel León Soriano y a la colaboración del Ayuntamiento de Soria, el festival comenzó modestamente pero con ambición: desde su primera edición, artistas de renombre internacional y nacionales, como Paco de Lucía, Montserrat Caballé o Narciso Yepes, pisaron el escenario del Palacio de la Audiencia;hitos en los que Odón Alonso ‘tiró’ de sus contactos profesionales y personajes y de su evidente prestigio.
A los leoneses no se les borra la imagen de la blanca melena de Odón Alonso 'padre' dirigiendo la Banda e interpretando el 'Himno a León', cuya música compuso
También en Puerto Rico el nombre de Odón Alonso permanece muy vivo. Recuerda Fernando que «entre 1979 y los años siguientes, Odón Alonso asumió la dirección de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, donde promovió obras de compositores locales y españoles, consolidando su proyección internacional» para regresar a España y dirigir la Sinfónica de Málaga.
Todo ello unido a que cuando a los leoneses les pronuncias el nombre de Odón Alonso les venga a la memoria la blanca melena del padre dirigiendo a la banda e interpretando el ‘Himno a León’, cuya música compuso.
Una historia familiar que en León y La Bañeza sigue viva, su influencia permanece y pervive. Música y amor.