Cualquier otro podría haber quedado a la sombra de la gran Anna Netrebko. Pero no Erwin Schrott. Durante su matrimonio con la soprano rusa, el bajo-barítono fue coherente con la senda que su carrera ha mantenido desde que deslumbrase al mundo en 1998, cuando alzó el premio Operalia. Pese a su divorcio, al revuelo de la prensa rosa y al rápido compromiso de ella con otro cantante, nada alteró al uruguayo (Montevideo, 1972), hoy en su apogeo. Su timbre grave, su volumen y carisma, su atractivo viril, lo han convertido en una estrella en La Scala, el MET o Viena. En el repertorio de Mozart no tiene rival. Y ‘Don Giovanni’ es su ópera de cabecera. Si bien ha encarnado a Leporello, rol con el que debutó en Salzburgo en 2008, prefiere al libertino protagonista, con el que conquistó Los Ángeles en 2003, Baden Baden en 2013 o París en 2014.
En Covent Garden, encabeza el elenco de una moderna producción del danés Kasper Holten, responsable artístico de la compañía londinense entre 2011 y 2017. Lo recordaremos por su ‘Carmen’ del Festival de Bregenz –con una baraja de cartas gigantes que parecían flotar en el aire– y por ‘La prohibición de amar’, de Wagner, en el Teatro Real. Holten ya había manifestado interés por el argumento de Da Ponte (que adaptó en su película Juan, de 2010) y asombró en 2014 con este montaje. Aquí, el antihéroe del título es un artista arrogante y obsesionado con la redención. Su aislamiento se subraya en el final, cuando el Comendador lo arrastra a la muerte (Holten elimina el epílogo con moraleja). La meticulosa dirección está atenta a los matices de los personajes.
Un único elemento concentra la acción: un cubo giratorio, versátil y ambiguo como la escalera de Escher. Sobre él se proyectan los inteligentes diseños de vídeo de Luke Halls. El decorado lo ha concebido la escenógrafa británica Es Devlin, responsable de las giras mundiales de Lady Gaga, Muse o U2 y de las ceremonias olímpicas de 2012 y 2016. El elegante vestuario de época lleva el sello de Anja Vang Kragh, diseñadora de Dior. En el foso, el veterano alemán Hartmut Haenchen, reciente premio Richard Wagner, ex titular en la filarmónica de Dresde y la ópera de Ámsterdam y especializado en sus compatriotas, en especial Mozart, Richard Strauss y el autor de Tannhäuser.
Don Giovanni se retransmitirá en directo en Cines Van Gogh este martes a las 19:45 horas. Muchos críticos la consideran la ópera perfecta. Por un lado está el libreto de Lorenzo da Ponte, poeta de la corte del emperador José II, que firmó también ‘Las bodas de Fígaro’ y ‘Così fan tutte’. Tras el éxito de la primera en Praga, rehizo el texto que Giovanni Bertati había escrito para la ópera de G. Gazzaniga Il convitato di piedra. Trata, cómo no, de Don Juan (Giovanni en italiano), arquetipo más exportado por la literatura española desde que lo incorporase Tirso de Molina en ‘El burlador de Sevilla’. Un mujeriego cínico y desalmado –con casi 2.000 amantes– que, pese a violar y asesinar, nos fascina por su forma de defender su libertad y sus principios.
Por otro lado, y aún más importante, la música de Mozart. El genio de Salzburgo alcanzaba en 1787, cuatro años antes de su muerte, la plenitud instrumental y melódica. Su partitura está surcada por la amargura desde el preludio en Re menor, con unos temibles trombones (instrumento antes exclusivo de la iglesia) y unas cuerdas que emulan las llamas del infierno. En este inquietante y complejo dramma giocoso, rompió moldes al dar protagonismo a tres voces graves o acompañar los recitativos con la orquesta al completo, en vez de con el clavecín.
Nadie antes había fusionado los dos modelos de teatro, el serio y el bufo. Al primero pertenecen figuras como el Comendador o Doña Anna (caracterizados con una música elegante y contenida), y al segundo los campesinos, que entonan canciones populares y humildes. Los alocados finales de acto también nacen de la tradición cómica. Como en la vida misma, lo grave y lo humorístico se alternan con naturalidad. Para el público, es fácil identificarse con sus personajes, vulnerables y humanos: Leporello maldice a su señor, pero se deja «comprar» por él; y Elvira intenta redimirlo porque lo odia tanto como lo ama.
De Lady Gaga a Don Giovanni
La escenógrafa Es Devlin, responsable de las giras de la estrella musical, firma los decorados de la ópera de Mozart en Londres que este martes emite en directo Cines Van Gogh
08/10/2019
Actualizado a
08/10/2019

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