El sector agroalimentario leonés aumentó un 60% su exportación

La Unión Europea es el gran mercado de los alimentos autóctonos

L.N.C.
23/05/2019
 Actualizado a 17/09/2019
Un operario en el envasado de queso en una industria de León. | ICAL
Un operario en el envasado de queso en una industria de León. | ICAL
El presidente del Colegio de Economistas de Valladolid (Ecova), Juan Carlos de Magarida, presentó este miércoles el estudio sobre el sector primario en la comunidad que anualmente realiza la institución. Entre las principales conclusiones del informe destaca el aumento de las exportaciones durante el pasado año en todas las provincias de Castilla y León, pero especialmente en la provincia leonesa. Según Ecova, las ventas de productos agrícolas y ganaderos –también procesados– al exterior durante el 2018 aumentaron casi un 60%, en comparación con el año anterior.

En el conjunto de la comunidad el sector exportó alimentos por valor de 2110,78 millones de euros con una subida del 7,3% respecto a 2017. También aumentó ligeramente el número de empresas exportadoras que pasó de 1705 en 2017 a 1.720 en 2018, lo que supuso un 0,8%. Por su parte, las importaciones alcanzaron en 2018 la cifra de 1229,71 millones de euros, un 1,76% más que en el año anterior. El número de empresas importadoras también aumentó de forma significativa, pasando de 687 a 784, es decir un 14,1%. De esta manera, el saldo, entre exportaciones e importaciones en 2018 disminuyó un 0,27% al pasar de 756,99 a 754,98 millones.

Por provincias, Burgos fue la provincia más destacada en materia exportadora, con el 20,9% del total, seguido por Valladolid (17,6%) y Palencia con el 16,3%. Respecto a 2017 las exportaciones crecieron en Soria (52,9%), mientras que solo bajaron en Burgos, un seis por ciento. Valladolid y Burgos presentaron el mayor número de empresas exportadoras, con 597 y 400 respectivamente, mientras que Soria, con 56, y Ávila, con 53, fueron las provincias que menos empresas tienen dedicadas a la exportación de alimentos.

El principal destino de las exportaciones de Castilla y León fue, con mucha diferencia, Europa, y concretamente la Unión Europea, con 1572,69 millones de euros, lo que supuso un aumento del 6,3% en 2018 respecto al año anterior. A mucha distancia estuvieron Asia y América, con 219,84 y 142,69 millones de euros respectivamente. Oceanía con un descenso del 5,9%, alcanzó los ocho millones.
Análogamente, las importaciones de alimentos de Castilla y León procedieron mayoritariamente de Europa, superando los 937,76 millones de euros (917,51 de la Unión Europea) y habiendo aumentado en 2018 en este último caso un 7,5%. La siguiente procedencia fue América, que alcanzó la cifra de 193,2 millones, de los que América del Norte representó algo menos de una cuarta parte, que bajó un 20,8% respecto al año anterior.

La guerra comercial


Con estas cifras, De Magarida recomendó ayer «cuidar y mimar» el sector de la agricultura en Castilla y León, que se ha convertido en «clave» y en el principal motor del crecimiento de la economía de la comunidad, incluso por delante del sector de la automoción. Además, el presidente de Ecova advirtió de que este sector podría aprovechar el «nicho» de mercado existente, en especial como consecuencia de la «oportunidad» que se presenta ante la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Según De Margarida, la industria agroalimentaria «tiene que evolucionar con la sociedad» y posicionarse «en el presente para vivir en el futuro» y adaptar los productos a aquellos países en los que se adentre.

El economista atribuyó la «situación favorable» de la economía de Castilla y León en el primer trimestre del año a las exportaciones y el consumo privado, lo que permite «un respiro» ante la «ralentización» que se está viviendo en Europa como consecuencia de forma especial a la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Sin embargo, reconoció que este ritmo de crecimiento puede ser «incierto» y verse condicionado por factores como el Brexit, las próximas elecciones europeas o el propio enfrentamiento comercial entre estos dos países, algo que avanzó que reducirá el crecimiento a nivel mundial.

Sin embargo, De Margarida advirtió de que esta guerra comercial puede ser «una oportunidad» para Castilla y León, por lo que abogó por posicionarse en estos mercados con productos clave como es el caso del cerdo o también el pollo. Pero reconoció las dificultades existentes, sobre todo por culpa del tamaño de las empresas, que en Castilla y León son mayoritariamente pequeñas o muy pequeñas, lo que dificulta su internacionalización.

Desde el Colegio de Economistas se de Valladolid estimó que este modelo tiene que cambiar y las empresas tienen que tender a agruparse. Esta es una de las principales «debilidades» del sector, en el que también lamentó que exista escaso poder negociador de los productores o haya relaciones «inestables» y escasos márgenes comerciales.
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