Muy pocas personas pueden decir que con 21 años tienen ya un negocio que les gusta y que empieza a despuntar en el mercado. Uno de esos emprendedores de la Gen Z que ha sabido conjugar estos elementos, con esfuerzo y pasión, es Alejandro Morán Rey, un leonés de Banuncias, apasionado por la ganadería, la buena cocina y su tierra. Su ‘food truck’, La Melino, es una de las más exitosas del Come y Calle que estos días de fiesta ha vuelto al parque de San Francisco. «No van a probar nada igual», avisa con una sonrisa.
Alejandro ofrece en un producto cuidado hasta el extremo. Hasta en las servilletas, que son «de las que limpian de verdad, porque no vengo aquí a hacer dinero y ya. A mí me encanta la cocina y como te hago una hamburguesa te puedo hacer un rabo de toro al Pedro Ximénez. Elegí las hamburguesas porque me pareció una buena forma de hacer negocio, pero a mí me apasiona la carne, los chuleteros, los solomillos y todo el tema de la carne de vacuno», explica este joven hostelero.
La carne de sus sabrosas burgers es del Capricho y «lleva por tanto su nombre, pero también nuestra esencia porque la trabajamos nosotros, y es más, todo lo elaboramos nosotros, desde el alioli hasta el queso horneado que luego aplastamos para que quede crujiente y eso el paladar lo nota», añade.
El resultado de todo ello es una hamburguesa gourmet y artesana, «en la que se nota el cariño por el producto y el respeto por el animal», explica un joven claramente inspirado por los valores de José Gordón, el dueño de la Bodega El Capricho de Jiménez de Jamuz. «Lo de ser emprendedor lo tienes que llevar en la sangre. Yo hace tres años ya vi este nicho de mercado, veía a los del Carnivan a Cárnicas Riaño y veía que podía hacerlo, pero tenía solo 18 años. Y, mira, al final lo estamos logrando», cuenta Alejandro mientras abre la ‘food truck’ para atender a los primeros clientes.

Desde el 15 de abril que apuntó en su diario como ‘Día D’, sus hamburguesas han pasado ya por el ‘Burger Invaders’ de la plaza de toros, Asturias y varios pueblos de la provincia como La Bañeza, donde logró un primer premio. Aquí en el Come y Calle es su segunda experiencia, tras un gran debut en la edición de San Juan y San Pedro que le situó de tú a tú con las marcas más populares.
El camino no ha sido fácil y recuerda cuando se les «partió» la ‘food truck’ cuando iba a un evento, «pero esa es la vida del emprendedor, que a veces es dura mentalmente, y tiene que haber momentos malos para que lleguen los buenos, que también los estamos teniendo y no me arrepiento de nada», dice un joven con ambición que no tiene en mente abrir un negocio físico como tal, sino que su vocación está girando cada vez más hacia la venta de carne. «Me gustaría tener ganado y querría derivar esto hacia una marca de carne de calidad, con todo el proceso, criar, elaborar y vender», resume.
Una marca con mucho significado
Un amante de la carne que viene de la Universidad de León, desde done precisamente salió esta marca, pues todo comenzó como un proyecto de fin de grado de Marketing. Así, trabajó el famoso ‘branding’, que destaca en su logo, el cual resume a la perfección su esencia: Un toro – o buey– en el campo. «Quería una marca fuerte, no limitarme a tener solo una ‘food truck’ y registré la marca con miras a la ganadería, a la carne, e incluso gasté mis ahorros antes de montar la empresa», dice.
Respecto al nombre, Alejandro relata que Melino era el nombre de su abuelo, «porque yo le dije que iba a montar todo esto y poco después se murió». En su memoria, bautizó la marca que en un futuro, asegura, «dará mucho que hablar».

En esta edición presenta dos propuestas: la ‘Bake Cheese’, para los amantes del queso y las hamburguesas completas y tradicionales (14 euros) y la ‘Montesa’, para aquellos que se atreven con sabores más explosivos, que lleva «un pan negro de mantequilla muy blandito, alioli casero y y mermelada de cecina, que da un toque dulce» (15 euros).