El pasado 31 de julio, Héctor Alaiz celebró su primer aniversario al frente de la Subdelegación del Gobierno en León. Un año marcado por una intensa actividad y desafíos en la provincia, que repasa en esta entrevista, donde también aborda los proyectos pendientes y las prioridades para el futuro.
– ¿Qué balance hace del tiempo que lleva como subdelegado del Gobierno?
– La experiencia ha sido muy positiva. Este cargo me ha dado la oportunidad, sobre todo, de conocer en profundidad lo que es la provincia de León, que se trata de una provincia super extensa. Y también, bueno, conocer todos los aspectos de la provincia, todo lo que ha sucedido en ella, ha sido para mí muy positivo. Durante todo este recorrido he tenido alrededor de 300 eventos, entre reuniones, actos, visitas, encuentros tanto con agentes sociales como con asociaciones y plataformas. Y la verdad que ha sido algo muy positivo, enriquecedor. Ojalá pudiera ir a todos los sitios, pero siempre mi idea ha sido no solo recibir aquí, en el despacho, a los alcaldes, asociaciones y a todos estos entes como he indicado, sino también ir a todos los territorios. La verdad que es muy difícil, porque es muy amplio. A veces, la agenda tiene días en los que hay hasta cuatro eventos a la misma hora. Pero, sobre todo, también ha sido un balance muy positivo el hecho de representar al Gobierno de España, un Gobierno que se preocupa mucho por los territorios. Un territorio como León, que es un territorio muy especial y, sobre todo, un entorno rural, que es una de las mayores apuestas del Gobierno de España. Además de esto, he tenido y he podido conocer algo tan importante como son los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Tengo algún amigo o conocido que ha estado, pero ha sido uno de los grandes descubrimientos: la forma de trabajar, la lealtad, el servicio que hacen —público, también desde el punto de vista social—, cómo acompañan al ciudadano, cómo nos tienen a todos protegidos. Para mí, cómo es esa profesionalidad, esa operativa, esa especialización de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, ha sido una de las cosas también que me llevo muy positivas de poderles conocer. Otra cosa: aquí estamos en un edificio que todo el mundo conoce, que era, como dicen, del Gobierno Civil. Los franceses saben que estamos en la Plaza de la Inmaculada, pero también creo que es necesario —y ha sido todo un descubrimiento y una valoración muy positiva— saber cómo funciona la Administración General del Estado y cómo son el conjunto de funcionarios que tenemos aquí. Un conjunto de funcionarios con una línea de total dedicación y vocación al servicio público. Y yo también quiero que se conozca, que entren en la web de la Subdelegación del Gobierno y que contemplen todos los servicios que tenemos y cómo se ayuda completamente al ciudadano. En definitiva, es una valoración que tengo que decir siempre desde el punto de vista subjetivo, propia mía —que para eso también están los distintos alcaldes, los ciudadanos y, sobre todo, los medios de comunicación— para la valoración que hacen de manera externa. Pero yo, de manera subjetiva, es que ha sido una experiencia muy positiva y un balance muy bueno el que he podido trabajar, créeme, con mucha intensidad.
– ¿Qué le ha sorprendido más de León en este tiempo? ¿Se ha encontrado con realidades o aspectos de la provincia que antes no conocía?
– Bueno, pues mucho sobre cómo funcionan las cosas. Como ciudadano conoces algunas cosas, pero, sobre todo, he aprendido que las competencias que tiene la Administración General del Estado son brutales. Sabemos que muchas están transferidas a las comunidades autónomas, pero también, por ejemplo, cómo funcionan los ayuntamientos y las competencias que tienen. A veces debemos coordinarnos en temas de seguridad con las juntas locales de seguridad. Además, cuando tú tienes unas competencias y la Junta tiene otras, también conoces muy bien las funciones que tiene un organismo muy importante para la provincia, como es la Diputación de León. De esta manera, sabes en qué puntos, si todos nos ponemos de acuerdo, podemos ayudar y colaborar.
– ¿Ha notado una mayor polarización política en la provincia?
– La verdad es que, siempre que voy a los pueblos, da igual el color político del alcalde. Yo respeto la institución, y en el día a día, el alcalde no te pregunta de qué color político eres. Él tiene un problema y, si el subdelegado tiene competencias para ayudar, te lo va a pedir. Y yo tampoco prestó atención a su color político, porque mi compromiso es estar siempre dispuesto a ayudar al ciudadano. Es cierto que, a nivel mediático, especialmente en las redes sociales, puede existir crispación, pero en el día a día creo que las instituciones somos bastante responsables y cumplimos con la función que debe tener la política: servir para ayudar al ciudadano.

– El Gobierno tiene varios proyectos pendientes en León, uno de ellos es el tren de Feve. ¿Cuál es la situación? ¿Sigue paralizado o se retomará pronto?
– Como subdelegado del Gobierno, conozco bien esta cuestión. Como vieron los medios, hace un tiempo recibí a la plataforma, que me expuso la problemática existente y demás. A veces, para entender un problema, es necesario ponerlo en contexto. Este es un proyecto que, durante el Gobierno del presidente Zapatero, fue una iniciativa ambiciosa para llevar una línea de tranvía al centro de la ciudad. Y como subdelegado, quiero poner en valor que sigue siendo una solución importante para la movilidad del norte de la provincia. Una vez que se impulsó este proyecto, hubo un cambio de gobierno por parte del Partido Popular, y se produjo una judicialización del procedimiento para la compra de los trenes. Con el tiempo, se produjeron una serie de cambios y una nueva reglamentación, y el problema que teníamos estaba relacionado con los trenes. El Ministerio de Transportes, y especialmente el ministro, conocen bien esta problemática. El Gobierno de España es consciente de la necesidad, y yo he reivindicado que, para León, esto es algo muy importante, un eje tractor, especialmente para el norte de la provincia. Sabemos que la línea va hacia Bilbao y es un servicio que aporta cohesión territorial. Y así lo he transmitido. Y me sumo a la respuesta: se va a buscar una solución siempre en beneficio del ciudadano. Todo apunta a que, en breve, tendremos una respuesta sobre cuál será la solución, para que el principal beneficiario sea el ciudadano y pueda contar con ese transporte al centro de la capital, porque la estación de Matallana puede considerarse centro o no.
– La segunda ampliación anunciada para el Parador de San Marcos está generando bastante polémica. ¿Qué opina al respecto?
– Ya conocéis el contexto que tenemos. A finales de junio, el Consejo de Administración de Paradores dio luz verde a la consultoría técnica, que en esencia es la redacción del proyecto: poner negro sobre blanco lo que se quiere llevar a cabo. Este proyecto tiene un coste de algo más de 1,6 millones de euros. Se prevé la creación de 50 nuevas habitaciones. Es cierto que podríamos tener más, pero debemos convivir con un contexto en el que es fundamental preservar el patrimonio cultural que representa el Parador. Es una joya arquitectónica. En esta segunda fase se contemplan dos grandes actuaciones. La primera consiste en levantar un nuevo edificio que albergará esas 50 habitaciones, que estarán orientadas hacia el turismo de cierto nivel, con estándares de lujo. También incluirá un spa, piscina, mejoras en los aparcamientos y todas las instalaciones necesarias para un complejo que debe convivir armónicamente con el edificio histórico ya existente. La segunda actuación se centrará en integrar los accesos al complejo antiguo, donde se encuentran el claustro y toda la parte patrimonial. Además, se actualizarán las instalaciones del edificio original, especialmente para mejorar la eficiencia energética. Todo ello se hará con respeto al entorno, incluso incorporando un sistema de placas fotovoltaicas que no tenga impacto visual en el patrimonio. Al final, el objetivo es lograr una integración que preserve la esencia del Parador de San Marcos. Este proyecto no solo consolida un espacio de cinco estrellas referente en el turismo del Camino de Santiago y en León, sino que también busca que quienes se alojen allí visiten y generen riqueza en otros puntos de la provincia. Es, en definitiva, una apuesta firme por una idea que ya se impulsó en su momento bajo el mandato del presidente Zapatero y el entonces presidente de Paradores: un proyecto ambicioso que ahora sigue adelante.
– ¿Cuál es el estado actual y qué planes hay para el futuro del Centro de Referencia Estatal (CRE) de Personas en Situación de Discapacidad?
– Actualmente se está llevando a cabo un análisis exhaustivo desde el área de infraestructuras para estudiar cómo puede mejorarse y reorientarse para que cumpla verdaderamente con su condición de referente nacional. El objetivo es reformular el centro para que los servicios que ofrezca estén realmente alineados con las necesidades de las personas que se encuentran en situación de dependencia severa. Para ello, es fundamental diseñar un plan estratégico que marque el rumbo y defina claramente hacia dónde debe evolucionar este recurso. Quiero destacar, además, el compromiso firme del Gobierno de España con las políticas sociales. Los datos así lo reflejan: en la provincia de León hay más de 150.000 personas que reciben una pensión, y una cifra que tengo muy presente es que la pensión mediana alcanza ya los 1.500 euros. Desde 2018 hasta 2025, las pensiones han experimentado un incremento de 452 euros. Lo mismo ocurre con otras medidas sociales como el bono energético, que ya beneficia a más de 18.000 personas en la provincia. O el Ingreso Mínimo Vital, del que han llegado a beneficiarse cerca de 27.00-29.000 personas desde su puesta en marcha, y que actualmente sigue ayudando a unas 19.000. Por tanto, dentro del conjunto de las políticas sociales, el impulso y reformulación del CRE se enmarca en una apuesta clara y constante del Gobierno por reforzar el Estado del Bienestar y la atención a las personas más vulnerables.

– ¿Cómo se trabaja ante el reto demográfico de la provincia?
– Es, sin duda, uno de los grandes desafíos de esta provincia. Siempre he dicho que el mundo rural es la verdadera riqueza de León. Tenemos una diversidad territorial impresionante: el norte, el sur, el este y el oeste. He visitado el Bierzo, la montaña del norte, Tierra de Campos, el Páramo, el sur... Y en cada uno de esos territorios hay una realidad distinta, con necesidades propias. Cada alcalde y cada comarca de la provincia tiene sus reivindicaciones, y todas forman parte de ese gran mapa que es León. Hay ya muchos proyectos en marcha. Por ejemplo, en el ámbito de regadío, que es fundamental porque fija población. En regadíos se han invertido más de 62 millones de euros en las últimas actuaciones, y hay que recordar que ya existían inversiones previas y están previstas otras a futuro. Este tipo de actuaciones son claves para mantener la vida en el medio rural. También hay iniciativas muy importantes dentro del marco de la transición demográfica, como es el caso de la Transición Justa en zonas que históricamente han sufrido pérdida de población por el cierre de las minas. Un ejemplo claro es el clúster del hidrógeno verde, que se está desarrollando en La Robla, Cubillos del Sil y el polígono de Villadangos del Páramo. Allí se están impulsando proyectos relacionados con la generación de hidrógeno verde, el uso de biomasa y la captación de CO2. Estamos hablando de ayudas directas por valor de más de 258 millones de euros, con una inversión total público-privada que supera los 1.300 millones. Esto sí es afrontar el reto demográfico: impulsar proyectos que no solo ayudan a la transición ecológica y energética, sino que crean empleo, generan oportunidades y permiten que nuestros jóvenes puedan quedarse en el territorio, con trabajos tanto de alta como de menor cualificación. Ese es el camino: generar futuro en nuestras comarcas.
– Una queja recurrente es que los proyectos de León se llevan a Valladolid... ¿Qué respondería a eso?
– Con respecto a los proyectos, yo lo veo positivo. Si estás en la oposición y eres una oposición responsable, es lógico que se pidan cosas. Y yo, como subdelegado del Gobierno, también demandó que haya proyectos, porque para mí lo más importante es mi provincia. Soy de los que piensan que si a todos nos va bien, a León le irá bien. Lo que plantea UPL me parece bien, siempre que se haga desde una crítica constructiva y con conocimiento de todo lo que ya se ha hecho. Te doy un dato muy relevante: desde 2018 hasta 2025 se han invertido en la provincia más de 1.020 millones de euros, además de las inversiones específicas en proyectos de hidrógeno y regadíos que ya he mencionado. Por ejemplo, el mantenimiento de carreteras ha supuesto más de 270 millones. Ahí están también actuaciones como la glorieta de La Granja o la de la Nacional 120. Otra actuación fundamental es la inversión en la doble vía León–Palencia, con más de 92 millones, una infraestructura clave para mejorar la conexión entre Asturias y Madrid, pasando por León. También es importante recordar la inversión en la línea Feve León–Bilbao, que ha supuesto más de 23 millones. No podemos dejar de lado lo que supone la Ciuden, que si bien tiene un componente cultural, su papel en la transición ecológica es estratégico. Se trata de una apuesta decidida del Gobierno de España por descentralizar organismos e instituciones clave, como también lo es Incibe, con sede aquí en León. Uno de los proyectos del Ministerio de Defensa es la transformación del aeródromo en base militar. Se van a incorporar nuevos vehículos no tripulados, lo que convertirá a León en un nuevo polo de conocimiento vinculado al sector aeronáutico y de defensa. En definitiva, se han impulsado numerosos proyectos, aunque soy consciente de que aún queda mucho por hacer. Créeme, como subdelegado del Gobierno reivindicó constantemente más inversiones para León.
– ¿Cuál ha sido su mejor momento en el cargo y el más complicado?
– Un momento de mucha responsabilidad fue el 28 de abril, el día del apagón. Fue una situación en la que no sabíamos qué hacer, sinceramente, porque no había precedentes en España de algo tan grave. Como sabéis, fue una crisis tanto desde el punto de vista energético, por la electricidad, como desde el de las comunicaciones. Gracias a las emisoras y al despliegue de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que eran donde teníamos las orejas, pudimos estar informados. Porque tú puedes llevar ayuda, la Junta puede llevar ayuda a un sitio, pero si no sabes qué está pasando allí, no sirve de nada. Fue un momento súper intenso. Cuando pasan unas horas y ves que, sin tener un protocolo establecido, tú lideraste la reunión aquí, ese gabinete de crisis que hubo, y todo salió bien, también pensé: Bueno, dentro de mi experiencia como delegado, a veces es cuestión de tener sentido común, atender esa necesidad y actuar cuando hace falta. Después, tienes muchos momentos buenos en el día a día, asesorando al alcalde que dice: Tengo este problema, delegado, ¿qué se puede hacer? Pues siempre facilitando los servicios de la Administración General del Estado, poniéndonos a su servicio. Esto igual no debería existir, pero desde un punto de vista personal, el día de la Vuelta a España fue, para mí, un evento en el que disfruté mucho del cargo.

– ¿Y respecto a las manifestaciones?
– Bueno, tuvimos las protestas de Feve, pero las más problemáticas fueron las de la Nacional 120 y las relacionadas con los sindicatos agrarios, especialmente durante las tractoradas en el campo. Es cierto que esas movilizaciones no fueron agradables, aunque luego surgieron algunos conatos que fueron debidamente informados. Al final, hay que tener claro que el derecho de manifestación y de unión es constitucional, una de las primeras cosas que se aprende. Quiero destacar que agradezco la implicación de los convocantes, y que finalmente se llegó a acuerdos para que pudieran tener la visibilidad que buscaban. Han sido situaciones variadas, pero debo reconocer que el asesoramiento de la Guardia Civil, aunque no fuera su demarcación, fue intachable. Es un placer trabajar con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
– Cuando termine la etapa como subdelegado del Gobierno, ¿seguirá teniendo aspiraciones políticas o volverá a la docencia?
– Si me hubieran preguntado hace más de un año si iba a ser subdelegado del Gobierno en León, la respuesta habría sido no; ni siquiera me lo habría planteado. Yo ya prestaba un servicio público dentro de la Universidad, tanto en investigación como en docencia, además de la gestión que eso conlleva, pero nunca me imaginé en este puesto. Cuando surgió esta oportunidad, la acepté, y desde entonces trabajo cada día para mejorar. Sobre el futuro, sinceramente, no lo he pensado mucho. Además, no soy yo quien debe decidir si asumo un nuevo reto; primero tengo que ganarme la confianza y el reconocimiento como delegado del Gobierno. Mi valoración personal será subjetiva, pero lo que realmente importa es lo que diga la ciudadanía. Cuando llegue el momento de hacer un balance de mi experiencia como delegado, entonces pensaré en los siguientes pasos. Y si no se produce otra oportunidad, como catedrático del área de Ingeniería de Sistemas y Automática en la Universidad, puedo seguir aportando en lo que llevo haciendo más de 20 años. En definitiva, esto no me quita el sueño; lo que sí me importa y me preocupa es cumplir con mi trabajo cada día y ayudar en todo lo que pueda a los ciudadanos, a través de las distintas instituciones, alcaldes, y demás.