"Resuelvo los cuadros con una anécdota figurativa"

Pelayo Ortega es un caminante que ha andado mucho y ha dejado impresas sus huellas en forma de objetos artísticos, cuadros sobre tabla, cartón o lienzo, mediante técnicas y materiales diversos, pero con una idea inequívoca de andar a través de la vida por medio del arte

Vicente García
19/02/2022
 Actualizado a 19/02/2022
Pelayo Ortega ante su obra. | VICENTE GARCÍA
Pelayo Ortega ante su obra. | VICENTE GARCÍA
De acuerdo con la introducción al catálogo de la exposición que se celebra en Ármaga, escrito por Luis García, que analiza los cuadros que presenta Pelayo Ortega, su obra tiene una serie de connotaciones personales que se pueden contemplar en esta muestra, como la escalera, la silla, el reloj, el caminante con paraguas, el caminante solitario o el pintor con su pipa (que puede considerarse como un autorretrato). Sus fondos son en su gran mayoría explosiones de color y de formas diferentes, unas veces geométricas, otras a modo de manchas coloristas, de formas variadas. Es preciso también tener en cuenta sus dibujos a base de ceras sobre papel, con una sencillez y colorido extraordinarios.

Desde finales de los años 70 ha ido forjando una obra que traspasa las fronteras de nuestro país para hacerse un renombre internacional y, si bien en sus primeros cuadros predominaba la monocromía, ha ido evolucionando hacia el color más explosivo y sus cuadros en la actualidad tienen una serie de colores que les dan vida y fuerza propias. Como él mismo dice: «en mis orígenes soy un pintor monocromático. Cuando yo empezaba a trabajar a finales de los 70 y principios de los 80, mi obra era fundamentalmente monocromática, pero con el paso de los años me ha llegado el interés por el color puro y duro, aunque en mi obra, siendo muy intensa de color, siempre se rastrean esos fondos oscuros, monocromáticos, como en el ‘Taller nocturno’».

A la hora de analizar el planteamiento para elegir las piezas que compondrían la exposición, tanto el autor como la galerista han seleccionado una serie de obras que muestran el camino seguido a partir de 2005, que él define así: «ésta es la manera de que el público de León pueda ver dónde he andado yo los últimos años. Soy un pintor con una serie de planteamientos y unas constantes que son las iconografías o emblemas que aparecen a lo largo de toda mi obra y sin embargo en el aspecto formal de las obras trabajo con una serie de registros bastante amplia». Tiene obras más matéricas, obras más densas de construcción y otras más esenciales, más limpias. Las hay más oscuras y monocromáticas, otras más coloristas. Eso es importante para analizar que aparte de las constantes formales que él tiene, utiliza una variedad de técnicas y de recursos diferentes.Pelayo Ortega introduce sus obras dentro del mundo de la abstracción, pues sus cuadros son esencialmente abstractos y, sin embargo, tiene un toque figurativo que modifica este aspecto del cuadro. Pelayo lo explica así: «Sigo siendo un pintor figurativo en el sentido de que resuelvo los cuadros con una anécdota figurativa, aunque solamente sea un personaje, eso ya da una dimensión, una escala, una referencia humana y figurativa a la obra. Pero el fondo de la construcción de las obras son eminentemente plásticas y, por tanto, abstractas. Sin embargo al estar acabadas con un personaje humano dan una impresión figurativa». Al introducir la figura humana no solamente da la escala de la obra, sino que la humaniza y todo ello se puede ver en el cuadro.Los materiales que utiliza son variados, los soportes pueden ser lienzo, tabla, cartón, en algunas obras introduce algún objeto, como la celosía, utilizando todo tipo de recursos a su alcance, como pueden ser los montones de óleo de variados colores en diferentes grosores, o cualquier otro material.

Hablando de sus distintas estancias en nuestra ciudad reconoce que el ambiente cultural leonés es muy inquieto y de hecho en la literatura, tanto la narrativa como la poesía ha tenido trascendencia nacional con autores consagrados y reconocidos como José María Merino, Gamoneda, Mestre, Julio Llamazares, Antonio Pereira… Dice: «ha pesado mucho en todo el país la gran presencia literaria y poética de los autores leoneses. En el plano artístico y pictórico León también tiene una gran importancia y en los últimos años esa importancia se ha reforzado con una actividad pública importante. El hecho de que se asentase el Musac en esta ciudad ha sido una referencia que ha impulsado el prestigio de León como capital también artística, no solamente literaria, que era lo más conocido fuera, sino en el plano artístico».

Con respecto a sus sensaciones y vivencias en León y su provincia tiene muchas experiencias y relaciones como él mismo nos cuenta: «Yo siempre me he sentido muy a gusto aquí, todas las exposiciones que he hecho han sido a través de Armaga, con quien siempre nos hemos entendido muy bien. Para mí, León, como provincia, tiene un gran valor sentimental porque mi familia materna es originaria de la zona de Valencia de Don Juan: Villaornate y Villafer, por eso siempre me he sentido vinculado a esta tierra por las raíces familiares. De todos modos los leoneses y los asturianos siempre hemos estado muy unidos y en el momento en el que se definieron las autonomías se habló de una que uniera ambas regiones y creo que hubiera sido un acierto porque hay una relación sentimental e histórica entre las dos provincias».

Como proyectos de futuro lo más importante es salir de este impasse de la pandemia, pues ha quedado todo muy afectado y muy estancado, proyectos en marcha que se han detenido, trabajos que se han paralizado, galerías que se han cerrado. «Me alegro de que las galerías que han resistido, con gran esfuerzo, estén empezando a coger el pulso a la historia. Mi primera exposición después de la pandemia es ésta».

El mundo del arte parece que está volviendo a andar con mucha lentitud y esta exposición muestra un camino recorrido a lo largo de muchos años, en especial estos últimos de creatividad solitaria. Mientras que el resto de la gente estaba confinada los artistas han seguido haciendo lo que siempre habían hecho, trabajar en la soledad de sus estudios o talleres. El problema ha sido no poder hacer circular su obra a través de las galerías y que no sea contemplada por quienes aman el arte.

Una exposición con rumbo fijo hacia los mundos del arte para que los leoneses podamos ver el trabajo de este gran autor, internacionalmente reconocido, que estará en la galería de arte Armaga (calle Alfonso V) hasta finales del mes de marzo.

Es para no perdérselo, ya que es el recorrido vital de un autor muy valorado, que es un poeta del arte y de la pintura.
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