Quizás porque desde mi niñez he venido asumiendo como un mantra aquello que mis mayores me decían: «Para defender una idea no hace falta machacar otra», o quizás también por asumir como filosofía de vida aquella frase de mi profesor Diumenge en la que definía la ética como: «El arte de vivir elegantemente con mis ideas y acciones sin alterar los espacios de las demás personas», quizás por ello me siento desorientado, confuso e irritado.
A lo largo de los años he podido escuchar frases y sentencias como las siguientes: «Los profesores /as de religión estamos puestos a dedo por los obispos», «Los profesores de religión costamos mucho dinero a la sociedad», «Los profesores/asde religión no estamos preparados para la formación, son catequistas», «Los profesores de religión adoctrinamos», «Somos de derechas…».
Debemos asumir que sí, somos puestos a dedo. Si nosotros tenemos que ir a la calle por ello... ¿Cuánta gente tendría que irse a la calle en partidos políticos, empresas públicas que sacan una plaza con un perfil específico para una persona específica, sindicatos que cobran por una filiación y después cobran del estado… ¿Estoy mintiendo?Es triste ver cómo sindicatos que dicen luchar por los trabajadores, a nosotros nos dan de lado, incluso manifiestan abiertamente su intención de dejarnos sin trabajo. NOSOTROS TAMBIEN SOMOS TRABAJADORES. Nos mandan a la calle por ideología, no por otra cosa.
Nos dicen que las creencias es algo que pertenece al entorno privado. ¿Y la ideología que expresan los partidos políticos y sindicatos, no? ¿Deberíamos quitarlos de los espacios públicos y eliminar sus subvenciones?
Nos dicen que no estamos «bien formados y somos catequistas». Es una forma de despreciarnos como trabajadores y como personas. Cualquiera sabe que se necesita una titulación especial.
¡Adoctrinamos! ¡¡¡Esta es otra forma de despreciarnos!!!Sería bueno recordar que a nuestras aulas acuden de forma voluntaria. Ninguna persona viene de manera obligatoria. Insisto, para defender mi idea no voy a atacar a nadie.
Puede que alguien que me esté leyendo piense que estoy manipulando la realidad y me diga que no suprimen la religión. Es verdad, pero la dejan en una situación de indefensión total ya que no ponen ninguna asignatura ‘espejo’, sin puntuación y colocándola de tal forma que el alumnado que no vaya a religión pueda estar en casa o tomando algo o haciendo deporte.
Miro con asombro cómo el objetivo primero y último de las diferentes leyes de educación es la asignatura de religión. Si solo fuera este el problema, la educación sería un éxito y no un fracaso como es ahora.
Los ‘ratios’ en el aula, la educación personalizada, los apoyos al alumnado con necesidades diversas y especiales, la calidad y la dotación de los centros, la formación específica del profesorado, las nuevas realidades de la sociedad, olvidarnos de la educación productiva, hacerla más empírica…apenas ocupan debate en las leyes.
La soledad del profesorado de religión es palpable. No nos vemos ‘sentidos’ por nadie en este mar de fondo. Existen enormes intereses en ‘callar’ que detrás de cada profesor/a de religión hay personas con esperanzas y en muchos casos con una familia. Vale mas la ideología y lo que pueda lograr con ella.
Pero no olviden los que han llegado hasta aquí leyéndome que hoy somos nosotros en nombre de una ideología pero mañana será otra asignatura o bien por ideología o por abaratar costes y será tarde porque ya hemos aceptado esta estrategia.
Nacho Alonso es profesor de Religión
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