Secundino Llorente

«¡Qué vergüenza! Son niños de sólo 12 años»

02/11/2023
 Actualizado a 02/11/2023
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¿Qué está pasando con los alumnos de primero de ESO? En mi artículo anterior comentaba la noticia de las adolescentes desnudadas por la inteligencia artificial en Almendralejo. Niños y niñas de 12 años. El lunes de la semana pasada, un alumno de primero de ESO del instituto Rubió y Ors de Hospitalet de Llobregat, en un cambio de clase matinal, apuñaló a su compañera. Repito la noticia porque no me lo puedo creer. Un niño de 12 años propino seis cortes con un cuchillo a su compañera de curso en un cambio de clase. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Estos días nos sorprende la prensa con un caso inverosímil: «Un grupo de WhatsApp con contenido violento, proclamas de odio y con porno sádico se ha viralizado entre niños de 12 años de Barcelona».

¿Por qué todo ha cambiado tanto en estos últimos años? Recuerdo que, durante mi experiencia profesional, nosotros recibíamos en el instituto cada curso a 120 alumnos de doce años para cursar primero de la ESO. Eran niños ingenuos, incautos, inocentes y sinceros. Simplemente niños. Es verdad que a partir del segundo de la ESO los alumnos empezaban a malearse un poco y entraban en la crisis normal en la que se creían autosuficientes y no necesitaban consejos ni de profesores ni de padres. Esa fiebre solía pasarse a los 16 años cuando llegaban al bachillerato. Pero los alumnos de primero de la ESO eran casi santos. ¿Cómo han podido cambiar tanto en estos últimos años? Algo no me cuadra. Es inadmisible que lo que aparece en ese WhatsApp haya sido obra de niños. 

El contenido exhibido por El Periódico de Cataluña del tristemente famoso WhatsApp es vergonzoso: «muchas imágenes porno –una con un cadáver– y de maltrato animal, en la que se ve una mano asfixiando a una gallina. Comentarios racistas como «putos moros» o proclamas de «Viva Franco», mensajes homófobos del estilo «tienes cara de homosexual» o «el siguiente comentario es gay», peticiones de sexo, insultos y referencias a la venta de marihuana. Según informa El Periódico, todas estas atrocidades aparecen en el grupo de Whatsapp, denominado «Niños toda España», que se ha viralizado entre cientos de menores de 12 años en Barcelona, que fueron agregados a este grupo por individuos desconocidos.

Un niño comenta: «Yo saludé, y cuando empezaron las clases dejé el móvil. Cuando volví a encenderlo, había más de 3.000 mensajes». Otra niña cuenta: «Todos los alumnos con móvil de primero de la ESO fueron añadidos al grupo por desconocidos. Más de 200 personas en el chat. Los profesores nos dijeron que abandonásemos el grupo, pero nos volvían a meter al segundo».

Los institutos afectados ya han abordado el tema en el aula y, en un comunicado, informan a las familias: «Nos han avisado que muchos de vuestros hijos fueron incluidos en un grupo de WhatsApp que se llamaba ‘NIÑOS TODA ESPAÑA’ con contenido que parece poco adecuado: incitación al odio, contenido violento, sexual... Como desconocemos el objetivo del grupo y el alcance de la acción, nos parece importante avisaros para que podáis hablar con vuestros hijos y tomar las medidas de seguridad que consideréis para proteger vuestros datos».

La unidad central de delitos informáticos de los Mossos d’Esquadra, lógicamente, investiga este chat. Todos pensamos que esto no ha salido de los niños. Coincido con los padres en que detrás tiene que estar algún adulto manipulador y psicópata con falta total de empatía, seres malignos que no pueden vivir si no ven sufrir a los demás. La policía catalana insta a las familias a denunciar los hechos y a conservar el material para poder analizarlo, ya que es posible que algunos de los contenidos que se comparten en él sean constitutivos de delito. Esta misma policía abrió las pesquisas después de recibir diversos avisos de ciudadanos alertando del contenido porno y de proclamas de odio de este chat. Esperemos que todo se aclare y se haga justicia. Pero el daño está causado.

No sé si seremos capaces de ponernos en el lugar de los padres y entender lo mucho que han sufrido con este atropello tan bestial. Ellos se preguntan: «¿Qué está pasando? ¿Quién está detrás de esto? ¿Qué buscan a cambio? ¿Qué mundo estamos creando? ¿Qué ganan con esto? ¿Será algún pederasta?». Una madre comenta: «Me parece gravísimo que mi hija recibiera una invitación sin ningún tipo de permiso. Estoy descontrolada. Iré a una comisaría de los Mossos d’Esquadra para preguntar qué se debe hacer ante situaciones de este tipo. Que me digan cómo actuar».

Creo que lo primero que deben hacer es denunciar los hechos y colaborar con la policía para que se haga justicia y después, las familias y centros deben tranquilizar a los niños y tomarse muy en serio la educación sexual y digital de los menores. Este escalofriante incidente y el de Almendralejo donde se difundieron fotos pornográficas de chicas creadas con la IA, acentúa la importancia que debemos dar en este momento a la supervisión parental y la educación digital, porque son niños de sólo 12 años.