Los pocos sabios que en el mundo han sido. Palabras de Fray Luis de León, en su Oda a la Vida Retirada. Un anhelo que todos deseamos pero que el ritmo de vida actual apenas nos permite. Son demasiados los agentes del malestar porque, como dijo J.P. Sartre: «El infierno son los otros». Incluso uno mismo vale para mortificarse.
Decimos que nos falta tiempo para leer, estudiar, educarnos y para perder. Y nos sumimos en una existencia anodina, sin grandes objetivos, imaginación o iniciativa, dejándolo todo a merced del tiempo. Pero los dueños del tiempo son la gente vieja, testigo de otros tiempos y valores en decadencia. Nadie los escucha y a su pesar, los confinamos en esos gulags que llamamos residencias de mayores. Sin embargo, aún tenemos mucho que aprender de ellos. Son muchas las culturas donde se respeta la experiencia y la sapiencia. Por eso no entiendo el revuelo con la decisión del caso Tamames. Un personaje singular, respetable y multi disciplinar, a la manera de los sabios del Renacimiento.
Ramón Tamames, como un economista de primer orden, radiografió el sistema económico de España y es autor de una vasta y rigurosa obra. Nada comparable con los supuestos intelectuales que por ahí pululan dando conferencias y diciendo insensateces en tertulias televisuales. No es que hablen bien, sólo prejuicios y lo que les dicten desde el poder. Más ideología que conocimiento.
El objetivo novedoso es que Don Ramón Tamames, haya asumido la iniciativa de la moción contra Sánchez. Aunque sobran motivos, no va a ganarla ni lo necesita. Lo sabe, pero es un ciudadano cabal que puede aclarar la deriva de España, en manos de los que nos gobiernan.
Pero no todas las personas mayores son iguales. Para viejo tendencioso ya está Tezanos. Para listejo, un presidente que presenta una tesis plagiada. Para tontuna, la de Feijoo mofándose del ponente y diciendo que es un show. Advierto: si no te mojas, puede que algunos votantes tampoco lo hagan.
En España reina la mediocridad. Como dijo Celso Emilio Ferreiro: «O País dos Ananos» (se entiende) y no hay con quién tratar. Para acabar, me vienen al pelo las palabras de Jonathan Swift –que también hizo suya Kennedy Toole–: «Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él».

Los que saben
01/03/2023
Actualizado a
01/03/2023
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