28/04/2022
 Actualizado a 28/04/2022
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Reza el siempre sabio refranero que «no hay peor cuña que la de la misma madera». Son innumerables los ámbitos de nuestra existencia en los que este dicho se carga tristemente de razón. Cenas familiares en las que salta todo por los aires antes de los postres, amistades que parecían eternas y se desvanecen como un castillo de naipes, vínculos laborales o sociales que se rompen por egos y ansias de protagonismo...

Pero, si hay un escenario en el que el refrán que encabeza estas líneas se convierte en verdad perpetua e inmutable, es sin duda alguna el político, donde los adversarios están en el palco de enfrente mientras los enemigos se sientan con frecuencia en la butaca de al lado.

Y esa verdad perpetua e inmutable no entiende de colores ni de siglas. En todos los partidos cuecen habas y esta semana en el PSOE, a calderadas, pero no hay que retroceder ni siquiera un año en el calendario para poder revivir un fratricidio similar en el PP.

Dicen que su máxima preocupación está en los problemas de los leoneses pese a que media hora antes ha quedado claro que mienten y que en realidad están a otra cosa. Suelen ser sinceros y honestos a la hora de reconocer los errores ajenos, pero callan como si fuesen actores de cine mudo si son los propios los que meten la pata o se ríen de nosotros a mandíbula batiente paralizando todos los proyectos que se esperan desde hace años en este nuestro terruño.

Y por supuesto, ira y fuego si alguien osa a romper filas y a poner en duda ese manido y pueril argumentario en el que nos va muy bien por el simple hecho de que gobiernen quienes empuñan la rosa pese a que el listado de cuentas pendientes sigue igual que hace cuatro años.

No han entendido nada. Quizá sea porque (de momento) no se han quedado sin sueldo y sin asiento tapizado, pero no han comprendido que los leoneses, con independencia de sus ideas, ya se han dado cuenta de que nadie mira por nosotros más abajo de Albires y quieren que al menos quienes les representan por encima del último pueblo de la provincia demuestren alguna vez ante sus superiores que en nuestra tierra sí hay peor cuña que la de la misma madera.