La publicación de cotizantes a la Seguridad Social ha dado un máximo histórico. Nunca antes hubo 21,8 millones de afiliados en España. Eso tiene varias vertientes: el mercado laboral va bien. Las locomotoras económicas del país están fuertes: Madrid, el Mediterráneo, el Ebro…
Respecto a León, las noticias no son tan buenas. Hay un crecimiento interanual, hasta rozar los 170.000 cotizantes. Ya fueron superados en julio y agosto del año pasado también. Sin embargo, no es un máximo, pues León registró 181.000 en 2008, en noviembre.
En consecuencia, España avanza, pero León no, o lo hace a un ritmo inferior. Disponemos de la serie estadística que compara el avance de cada mes con el del año anterior. Si cotejamos la serie reciente de España con la de León, es más baja la de León. Solo hubo una excepción: la pandemia. En ese momento León era una máquina de producir energía, alimentos y medicamentos, mientras la mayor parte de España paraba sus fábricas. Pero fue apenas una anécdota estadística.
¿Y qué significan estos datos cuando bajamos de la pantalla del ordenador a la realidad? Pues que mientras se produzcan cierres como el de la azucarera de La Bañeza o un ERE como el del centro de llamadas de Ponferrada sin que haya un relevo de otras empresas por todo el territorio, el balance será negativo respecto a otras zonas del país.
¿Quién es responsable de la política industrial en León? La Junta de Castilla y León. ¿Quién es responsable de que León no desarrolle las posibilidades de su posición geográfica? Las malas comunicaciones en la red nacional. ¿De quién es culpa que no se abra la autovía a Monforte de Lemos, se resuelva el enlace ferroviario León-Ponferrada con una línea rápida o que haya peaje entre León y Astorga? Del Gobierno Central. ¿Quién debería exigir la resolución de esos bloqueos? El interlocutor es la Junta de Castilla y León.
El resultado lo dice el termómetro que tiene puesto el enfermo: no crecemos como los demás. Hay autoridades, esas que condicionan con sus decisiones dónde van los proyectos, que están haciendo mal su trabajo. Y lo hacen así hace tiempo.
En León puede haber funcionarios problemáticos, que bloquean instituciones: sí. En León puede haber empresarios serviles con los poderes públicos, con poca ambición por crecer: sí. En León puede haber políticos que estropean más que ayudan porque ni saben ni quieren saber: sí. Pero con todo, o se resuelve la promoción industrial y las comunicaciones o, por buenos que se tornen todos, no habrá posibilidad de crecer como el resto del país. Por eso la autonomía de León resolvería la mayoría de estos problemas. La Junta los mantiene.