Desaliento e inquietud

El mundo está herido de muerte, no hablo del cambio climático, sino de la decadente democracia, tan imprescindible para la vida como el oxígeno que respiramos.

Gurús, plataformas, iluminados, activistas y políticos complacientes para ganar adeptos,diseñan unas pautas de comportamiento y de vida que calan en la ciudadanía, como la niebla invernal.

Ámbitos fundamentales como la educación, justicia, sanidad, fuerzas del orden, gente común y especialmente los jóvenes sin futuro, se encuentran desmoralizados. Reina la confusión por la incoherencia de innumerables leyes emitidas y promesas incumplidas, que hacen mella entre los españoles. El panorama no es alentador porque remontar es un proceso largo y difícil de asumir. De momento somos marionetas a las que les dictan de qué pueden hablar, pensar, malvivir y votar cada cuatro años, sin garantía ni ilusión alguna.

Como una lengua de fuego, el malestar se extiende por el Planeta. En Francia, un país con larga tradición democrática, los ‘chalecos amarillos’ sacudieron los cimientos de la República. Los mismos chalecos que aquí vestían los transportistas y agricultores, con la ruina en los talones.

En Perú la multitud derriba a Castillo. Implicado en el terrorismo de Sendero Luminoso. Algo así como los etarras del gobierno. Lo mismo pasó entre Da Silva y Bolsonaro, refugiado este último en Florida. Algo sabemos también (Puigdemont y sus cómplices). Más las algaradas separatistas que, de aquí a nada, reproducirán. En el mismo plano, nos sorprendió el alucinante asalto al Capitolio de los EEUU, por los partidarios de Trump.

Unos episodios nada casuales que lastiman profundamente a Yolanda Díaz, la cual muestra su temor a que la derecha le haga lo mismo, en el casoimprobable de ganar. Su desfachatez, su cinismo y desmemoria son de manual, para hacérselo ver.Parece que ha olvidado los scratch a Soraya Sáenz, a Cifuentes, a Barberá o a Rosa Díez… Y que sus amigos de Podemos, un 25 de septiembre de 2012, cercaron el Congreso de los Diputados, donde –cosas de la vida– hoy anidan. ¿Quiénes son los fachas?