La directora de ‘No estás loca’, que este lunes se proyecta en León (cines Van Gogh), es María Bestar, una polifacética artista: cantante, compositora, escritora y actriz; que debuta en el género documental con este trabajo que pretende convertir en arte su propia experiencia ya que ella misma sufrió violencia vicaria; por lo que conoce perfectamente la realidad de esta cruel violencia de género que se ejerce sobre los menores para hacer daño a las mujeres. El documental denuncia «la invisibilidad social y la revictimización que viven las mujeres que han (hemos) sufrido esta violencia a través del sistema judicial español, que no las protege».
Quiere Bestar, a su vez, poner de manifiesto una realidad que tiene mucha más presencia de la que socialmente se cree; así lo manifestaba en la proyección de la obra en el Festival de Málaga, donde tuvo una excelente acogida: «La violencia vicaria afecta a ‘muchísimas’ más personas de las que la sociedad cree y lo más ‘duro’ de construir esta pieza audiovisual fue ver la ‘revictimización’ de las victimas por falta de formación en violencia de género de los profesionales de la justicia, principalmente».
Dada su condición de víctima resultó más duro para Bestar grabar este documental pues, reconoce, «durante el rodaje escuche relatos que desgarran el alma, pero también he visto a mujeres y niños ‘renacer desde el dolor, sostenerse entre ellos y transformar la rabia en fuerza’. Por ello, ‘No estás loca’ aspira a ser una ‘voz colectiva que ya no puede ser silenciada’ y busco la movilización social contra la violencia vicaria».
Otros problemas que abordó la directora fueron que «no existen perfiles para los maltratadores machistas, sino que puede ser cualquier hombre, pero sí que hay patrones claros de violencia vicaria. Desde las amenazas verbales de un maltratador a una mujer como, por ejemplo, ‘si te vas, te daré donde más te duele’ -en referencia clara a sus hijos-, hasta no atender las necesidades de los niños, evitar llevarles al médico u otros lugares, generarles mala percepción de su madre o excluirlos socialmente, entre otras cosas».
Pese a lo apuntado y la gravedad de la problemática de la violencia vicaria, la directora también quiere ofrecer un mensaje de esperanza, reparación y sororidad, recordando el poder del cine como herramienta de cambio social.
Y en ese papel del cine, y una forma clara y evidente de sumarse a él, es acudir este lunes a la proyección de este trabajo de María Bestar, una artista que sufrió lo que denuncia.