Maestros del 'agarrao'

Amás de uno y una le llegarán a la cabeza aquellas músicas italianas de los años 60 y 70; aquellas músicas y canciones romanticonaspara bailar agarrados con escopeta incluida. Nada que decir, era lo que había y punto. Otros y otras recordarán las primeras salidas a las salas de fiestas, las primeras discotecas, y aquellos guateques de barrio o pueblo, en los portalones en el verano, o en elgaraje con pinchadiscos casero y con aquellos vinilos ‘long-play’ o ‘singles’; y si hablamos de los tocadiscos, apaga y vámonos. Pero era música para bailar y punto. Primero se empezaba con algo de ‘rock and roll’, luego aquella otra de música de los grupos y conjuntos ‘ye-yé’ españoles; unos cubatas de garrafónflojones y con poco hielo, que no había, algunos refrescos como la Mirinda y la Coca cola, y para de contar. Pero allá a la mitad del sarao, iba el de turno y más atrevido y ponía aquella romántica música italiana para bailar a lo agarrado, y salían chispas por el tejado de las primeras uralitas… apagaban o se aflojaban algunas de las bombillas a 125 voltios, y hala, a bailar agarrado hasta que la chica tenía que marchar; si era la novia, era otro cantar, y ahí venían las peticiones de chicos y chicas, dependía de los gustos de cada cual por aquel o aquella cantante italiana. La moda era así en este país cerrado a cal y canto para todo, incluida la música. En las salas de fiestas y discotecas la cuestión era casi igual en lo concerniente a los bailes, pero el nivel era, digamos, másacorde con la manera de diversión de aquella juventud con tantas ganas de libertad. Las sesiones de discoteca empezaban a las seis o siete de la tarde y duraban hasta las doce o una de la mañana; algunas chicas a las diez o diez y media, ya venían sus padres o hermanos a buscarlas, así que todo dios para casa sin más. Y generalmente era el domingo el día de sala de fiestas o discoteca; en el verano también algunas abrían desde el jueves, pero era para los turistas y los que estaban de vacaciones en los pueblos y cabeceras de comarca.

En las cabeceras de comarca era, por regla general, donde se abrían las salas de fiestas y pequeñas discotecas; en las ciudades había de todo, claro, y la juventud se repartía por las salas dependiendo de la economía, y si alguna vez traían un espectáculo musical, grupos y conjuntos, cantantes de moda, pues la entrada era un poco más cara. Algunos pispos como el gran Pencho el de La Estrella en Mansilla de las Mulas, a las mozas no las cobraba, de esa manera metía un montón de chicas y los chicos venían solos… y llenaba todos los domingos la sala de fiestas y discoteca.

Al Bano, que estuvo en La Estrella, se llama así porque su padre estaba encarcelado en Albania Bueno, en realidad, La Estrella, ha sido una de las salas más importantes a nivelnacional. Se me vienen a la cabeza algunas de aquellas salas de fiestas y discotecas repartidas por la nuestra tierrina, y ahí van algunas. Pido disculpas por no nombrarlas a todas, pero uno no era discotequero, y como bailarín, ni les cuento… cuando bailaba pedía más perdón que música salía por los altavoces, menudos pisotones daba. Tiro de la memoria de los más aferrados a estos menesteres, la de risas que pasamos con el recuerdo. La Estrella en Mansilla de las Mulas, Las Vegas en Barrio de Nuestra Señora, Casablanca y Papison en el Puente de Villarente, San Antonio en Santas Martas… Las Pérgolas en Valencia de Don Juan, también la DiscotecaSamoa… Y en León capital, tela… algunos locales eran los mismos que cambiaron de nombre con el paso del tiempo. Míticos locales fueron el Toisón, Mitos, Ciranos… Bianco, París… El Folies, La Mandrágora, El Nelson, El Atomiúm, El Aston… La Tropicana… El Ritornello… y así seguiríamos por la ribera del Órbigo, El Bierzo… Astorga, Cistierna… Boñar… por la montaña, y no acabaríamos de nombrar, y la mayor parte se llenaban en aquellos años de duro trabajo, una juventud con ansias de todo y vestidos a la moda, aquella de pantalón de pata de elefante, plataformas, melena al viento, camisetas cortas… y aquellos cinturones con cara de león, tigre, o remachados dos reales de agujero por todo el cinturón, que debía de pesar lo suyo.

Algunos se movían en moto, otros con coches de vecinos que llegaban a las discotecas y salas de fiestas hasta arriba; los Simca 1200 nuevos aguantaban todo el trayecto de maravilla. Otros andaban en autobuses y coches de línea como los que venían de Cistierna a La Estrella de Mansilla, con aquella conductora y dueña de los autocares, Celina. Pero los grandes beneficiarioseran los taxistas, no paraban de dar viajes aquí y allá, algunos llevaban a cuatro o cinco en el taxi y los iban dejando por los pueblos, dos en uno, otro en otro; y así se escribió una parte de las salidas de fiestaa salas y discotecas de nuestra provincia. Anécdotas hay para todos los gustos, desde las grandes borracheras de algunos que no eran capaces ni de hablar, hasta aquellos otros que se tiraban a dormir en cualquier lugar porque no encontraban ya taxis para ir a sus pueblos; por la mañana bronca de los padres, que los lunes de madrugada siempre les tocaba ordeñar a ellos, pero la mayoría de veces, uno llegaba de fiesta, te cambiabas de ropa y al tajo… eso sí, a la salida del trabajo, la cama era la mejor medicina… de jóvenes el cuerpo aguanta la intemerata. Esto hay que unirlo a la canción italiana, la moda musical de aquellos años. En los 60 hubo dos grandes reyes en la nómina de los solistas masculinos: Doménico Modugno y Adriano Celentano. El primero era el típico cantante melódico, con aspecto de galán y voz grata y con un bigotillo y unas patillas características; Modugno ganó en cuatro ocasiones el festival de San Remo. Inolvidables sus canciones ‘La Lontananza’, ‘Vecchio frack’ y ‘Ma come hai fatto’.

Adriano Celentano era todo un ‘showman’ y tenía una gran capacidad para interpretar canciones de muy distinta naturaleza. El milanés dio un auténtico pelotazo musical al vencer en San Remo junto a su mujer Claudia Mori con la mítica ‘chi non lavora non fa l’ Amore’; antes ya había adquirido notoriedad con ‘Azzuro’ ,‘Il ragazzo della via gluck’ y ‘Yuppi du’ . Adriano Celentano batió récords de permanencia en taquilla con la película ‘Serafino’. Pero la Italia de los años sesenta tenía otros cantantes destacados; entre todos ellos, uno de los mejores era Sergio Endrigo; este cantante, nacido en Istria, tenía una voz bonita y cantaba con un estilo y una elegancia especiales, aunque su condición de hombre políticamente comprometido le perjudicó profesionalmente. En el capítulo de grandes damas de la canción italiana de la época destacaría a tres: Mina, Ornella Vanoni e Iva Zannichi.

La fuerte personalidad, arte y elegancia de las tres merecen comentario. Mina era una fuerza de la naturaleza; es posiblemente la mejor cantante de Italia en aquellos años. Tenía una voz prodigiosa y una personalidad arrasadora. Entre sus éxitos cabe destacar ‘Se telefonando», ‘Lavocede silenzo’, ‘La mente torna’. Tuvo en España más popularidad que Ornella Vanoni y muchas de sus canciones fueron traducidas a nuestro idioma. Su primer pelotazo lo da con ‘Come ti vorrei’ en 1964. El otro ‘boom’ de la década fue Patty Pravo, que en 1968 vendió nueve millones de discos con ‘La Bámbola’, una canción dinámica y ágil; hay que hablar de Rita Pavone, que aparece en el mundo discográfico italiano con solamente 17 años y cuyo aspecto exterior ( pelirroja, pecosa y con el pelo corto) le granjeó las simpatías del público. Sus dos primeros éxitos dieron la vuelta al mundo: ‘Quore’ y ‘Che m’importa del mondo’.

Al Bano y Romina Power, aquella pareja de enamorados; por cierto que Al Bano estuvo en La Estrella. El nombre de Al Bano surgió porque su padre estaba encarcelado en Albania el día que él nació. Comenzó a destacar como cantante a finales de los 60; en el 67 el single ‘Nel sole’ vendió 1.300.000. Era un cantante consolidado cuando en 1970 se casó con la actriz Romina Power, hija del famoso actor Tyrone Power y conformaron un dúo muy comercial que sacó su primer trabajo en el 75.Pero sin duda, uno de los grandes fue Jimmy Fontana. Su verdadero nombre es Enrico Sbricolli. Nació en 1934 y comenzó su carrera musical en orquestas de jazz, hasta que Enio Morricone lo recomendó a la RCA. Debutó en San Remo en 1961 con ‘Lady Luna’, un tema de Armando Trovajoli que compartió con Miranda Martino. En 1965 grabó su gran éxito ‘Il Mondo’(El Mundo), que le dio fama internacional. Uno de los grandes éxitos de su autoría fue ‘Che Sará’, (Qué será), cantada en Sanremo 1971 por José Feliciano y el grupo Ricchi e Poveri.

El Mundo gira y gira, y la vida se va entre bambalinas… bailen y pásenlo bien…y no pisen a su pareja.