No son pocos los municipios que se han ido sumando a una red altruista de intercambio de libros. Pequeñas bibliotecas bautizadas de formas diversas ven ahora la luz en varios puntos a lo largo de la provincia.
En agosto de este año, el Ayuntamiento de León y la asociación A Plena Cultura posicionaban una caseta con libros en pleno anfiteatro de San Marcos. La improvisada biblioteca, exclusiva para títulos poéticos, era bien recibida por el Ágora de la Poesía que cada último viernes de mes se reúne en el espacio para declamar algunos versos. Tres meses más tarde, el Ayuntamiento de Cuadros ponía en marcha una iniciativa parecida, colocando un punto de intercambio de libros en cada una de las localidades del municipio y facilitando así el flujo constante de ejemplares entre vecinos y vecinas.
Hace apenas quince días, un nuevo armario de títulos veía la luz en Barrillos de Curueño. «Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros», parafrasea a Borges la caseta a través de su código QR. Bautizada como ‘Libros Libres Barrillos’, la recién estrenada pieza de mobiliario municipal incorpora desde entonces varios ejemplares depositados por el propio vecindario de la pedanía. «Desde hace dos años, varios vecinos hacemos un club de lectura con los libros que nos sirve el Bibliobús», cuentan desde el colectivo impulsor, contentos por el servicio prestado. Alrededor de una veintena de personas forman parte de este grupo de lectores, que fluctúa según la época del año, pues no es extraño acudir al calor de la ciudad en épocas de frío.
La casita de Libros Libres -explican- «surgió al ver que habían colocado una en San Marcos». Un armario reciclado del Punto Limpio y el trabajo del herrero del pueblo; poco más hizo falta para construir este pequeño rincón de literatura. «Que los libros circulen y tengan una segunda vida» son las premisas en las que se basa esta iniciativa. No se trata de «hacer una limpieza de armario», sino de dar la oportunidad a otros de disfrutar de una obra que haya supuesto alguna «aportación a nivel personal». Aclaran que no es necesario depositar un ejemplar para hacerse con otro y que todas la personas, ya sean vecinos o visitantes, pueden participar en este flujo de intercambio.
Otra de estas bibliotecas, la más veterana de la que se tiene noticia, es la ‘Minibiblioteca Avecilla’, puesta en marcha por la asociación cultural homónima e inaugurada en La Vecilla a base de versos de Lorca en julio de este año. Esta es la única pieza de estas características en León -quizá, también, en todo Castilla y León- que forma parte de la red mundial ‘Little Free Library’, impulsada en 2009 por el estadounidense Todd H. Bol y responsable del mapa internacional para indicar todo este tipo de puntos de intercambio.
Aunque en Barrillos de Curueño todavía no forman parte de esta red, sí tienen intención de conseguirlo. Hasta entonces, se suman a la red local de librerías en miniatura que a lo largo de este año se ha ido construyendo en la provincia. ‘Bookcrossing’, ‘Minibiblioteca’ o ‘Libros Libres’. Son distintos nombres para una misma finalidad; que no es otra que dotar de una nueva vida a los libros y hacer de ellos una forma de disfrute y aprendizaje colectivo sin fronteras. Sin fines lucrativos ni obligaciones. Solo por el amor al arte y por el placer de la lectura.
