«Analizaré cómo se aplicaron los mecanismos de la represión franquista sobre las personas que participaron en la resistencia antifranquista (la guerrilla), en la clandestinidad y en el espionaje». Así explicaba Javier Rodríguez, historiador y director del Curso de Verano que se ha celebrado esta semana en Cistierna, los temas que iba a abordar en la ponencia que cerró en la mañana del viernes esta XVII edición, antes de proceder a la entrega de diplomas acreditativos de los casi cuarenta alumnos que asistieron al mismo.
El título de su ponencia era ‘La posguerra en la provincia de León: resistencia, clandestinidad y espionaje’, y en ella recordó como «tras el golpe de Estado de julio de 1936, la dictadura franquista se impuso en la sociedad española mediante la represión. La violencia, elemento indispensable del régimen, produjo persecuciones, desapariciones, fusilamientos, personas internadas en cárceles y campos de concentración, represión económica, represión de género y exilio. La investigación sobre las consecuencias que tuvieron para muchas personas el ser acusadas de espías es un aspecto importante para analizar la dimensión del espionaje en la posguerra española».
Incidió Rodríguez en que muchas de estas historias de vida no aparecen todavía en las obras especializadas en esta temática; «por eso es importante incluir en el análisis sobre el espionaje tanto las experiencias de personas anónimas como las de personas que destacaron por ser protagonistas en los ámbitos social, político y cultural. Este estudio debe de realizarse analizando tanto las causas concretas que motivaron el ser represaliadas, como las consecuencias que sufrieron muchos de los individuos que participaron en las redes de espionaje que sufrieron la represión franquista directa o indirectamente».
Y habló, por ejemplo, de numerosas personas que participaron en las redes de espionaje en el contexto de la Segunda Guerra Mundial que fueron detenidas y sufrieron consejos de guerra donde «se les aplicó dos importantes leyes de 1939 y 1940 que se encargaron de la represión política se habían promulgado con anterioridad y continuarían en vigor durante décadas. Estas jurisdicciones no les quitaban competencias a los tribunales militares, sino que complementaban su función represiva, buscaron la represión de la ideología política».
Cerró su charla recordando que las personas que fueron protagonistas de estos acontecimientos fueron «condenadas al olvido y al silencio, cuando no estigmatizadas de por vida. El olvido es el impedimento de acceso al conocimiento, por eso las dictaduras tienen en el olvido el recurso imperativo y necesario que consolida su cultura y poder. En cambio, las democracias tienen que recuperar estas voces anónimas de un periodo crucial de la historia como fue la II Guerra Mundial», que ha sido el periodo analizado en esta finalizada XVII edición.
