Casa Senén: Sin huevos... pero en el cielo

Nos vamos de excursión a Vega de Gordón (a menos de media hora de León ciudad), a gozar con su cocina casera

Susana Martín
01/04/2016
 Actualizado a 17/09/2019
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Una foto en Facebook tuvo la culpa de todo. Leo –y, sobre todo, veo– que hay que probar los ‘huevos al cielo’ de Casa Senén, y la imagen me convence al instante de que necesito probar esa exquisitez. Fisgo un poco más en la página del restaurante y entonces ya me convenzo del todo, porque qué pintaza tienen todos los platos: patatas a la importancia, garbanzos con gambas y espinacas, patatas con pulpo, fabada, lasaña de verduras, berenjenas rellenas gratinadas, patatas con costillas...Como tocaba descansar, y aprovechando la ferviente entrega de esta ciudad a las procesiones semanasanteras y el atronador desfile de papones en las inmediaciones de casa, salimos pitando de León hacia la montaña. Buscábamos pisar un poco de nieve, pillar un poco de aire puro (y sin cornetas) y catar un comedero de comida casera que hacía años que no visitábamos, pese a que es uno de los que nunca falla si lo que se ansía es cocina casera de la de toda la vida, de la que calienta el espíritu después de unos cuantos bolazos junto a Pajares.Y hubo suerte. Pillamos nieve, nos pegamos cuatro bolazos, respiramos aire puro, ‘afotamos’ unos paisajes increíbles y llegamos con hambre y ganas a Casa Senén, en Vega de Gordón. Ojo, es una visita imposible en fin de semana si no has reservado antes.Vayan a disfrutar de una casa de comidas que desde 1962 se llamaba ‘El Volante’ y que en 1987 –al morir el patriarca del negocio familiar– se convirtió en Casa Senén para rendirle homenajeY siguiendo el rito, primero unas cañitas con sus patatas alioli y sus bollus preñaos. Ese trago delicioso, ese bocado, cuando llegas de pegar unas carreras por la nieve...La pena que tengo, lo confieso, es que no conseguimos probar los famosos ‘huevos al cielo’ y me quedé con las ganas. Pero nada que no se solucione con una nueva visita en cuanto surja la oportunidad, que será pronto.De lo demás, había tanto donde elegir que costó decidirse. Todo sabroso, rico, casero. Una cocina tradicional que te hacía salivar con cada plato que pasaba por delante. Y qué trato.El comedor de arriba, confortable y familiar, una gozada. Y probamos unas verdinas con boletus exquisitas. Y caldereta de cordero. Y lasaña de verduras. No sé cómo, pero aún dejamos un huequín para los postres, y probamos tres, no sabría decirles cuál nos gustó más: flan, tiramisú (una de las especialidades de la casa) y torrijas. Todo casero, todo delicioso, todo en cantidades industriales (¡qué les pasa en la montaña, que nos ceban y casi hay que volver rodando!).Así que no puedo por menos que recomendarles que vayan a disfrutar de una casa de comidas que desde 1962 se llamaba ‘El Volante’ y que en 1987 –al morir el patriarca del negocio familiar– se convirtió en Casa Senén para rendirle homenaje. Y por allí siguen Senén junior, Loli y Paco, y Rosa y Paty en los fogones, y el resto del equipo. Buenos platos, servicio familiar y buenísima gente. Más no se puede pedir. Y los ‘huevos al cielo’, ¡ya caerán, ya!-----------------------------------------Restaurante Casa Senén                                                                   Calle Real, 1. Vega de Gordón (León)                                                                987-586222
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