Belita, un siglo, 4 generaciones, y un apellido

Belita (Isabel) Gracia, fotógrafa de la tercera generación de los Gracia, y madre de Olaf (de la cuarta) será la protagonista de la exposición que el Centro Leonés de Arte le dedica a partir del sábado, un recorrido por un siglo de vida y fotografía

14/10/2025
 Actualizado a 14/10/2025
Belita Gracia fue una de las primeras españolas en andar en moto, seguramente la primera de León, "me preguntaban si era francesa". | OLAF PLA GARCÍA
Belita Gracia fue una de las primeras españolas en andar en moto, seguramente la primera de León, "me preguntaban si era francesa". | OLAF PLA GARCÍA

Lleva una temporada por León, y recorriendo la provincia con su moto, el singular Olaf Pla Gracia, fotógrafo, motero, profesor, jugador y fanático del rugby, rockero líder de la banda Olaf y Los Bidones.

Lo primero que te cuenta es el motivo de su presencia en León: «Le están montando una exposición en el Centro Leonés de Arte a mi madre, Belita Gracia. Va a quedar muy guapa, estoy emocionado. Y ella más».

Olaf, un tipo cercano y entrañable, ha estado en los últimos años absolutamente pendiente de Belita, a la que no hace muchos años, con más de 90 años, llevaba de ‘paquete’ en la moto en sus excursiones por la montaña, a bañarse en cualquier poza. «Habla con mi madre», te animaba, «que menuda vida tiene y su memoria sigue siendo prodigiosa. Ha vivido tanto, y tan libre», remataba Pla Gracia, que te recordaba que era la tercera generación de los famosos fotógrafos Gracia de León, de la que el propio Olaf es la cuarta. En una reciente exposición, también en el CLA, de Olaf Pla fue su madre Belita (nombre que viene de Isabel pero nadie la llama así) la gran protagonista de la inauguración y tal vez el germén de esta nueva exposición de una Gracia en León. 

No engañaba Olaf cuando decía que hablar con su madre sería una gozada, una lección de historia de León y la ocasión de poder conocer a una mujer realmente singular, de esas que llaman adelantadas a su tiempo y realmente quiere decir libres. 

Belita Gracia con la publicación de su hijo Olaf.
Belita Gracia con la publicación de su hijo Olaf.

Belita —que pide volver cuando ya haya ido a la peluquería para fotos o video—te lleva con su conversación y sus recuerdos a un mundo fascinante. «¿Quieres sentarte en este sillón? Es el que tenía en su despacho de la alcaldía Miguel Castaño, se lo regaló su hijo a mi padre, que trabajó con él». No es mal comienzo, pero va recorriendo su vida y pronunciando nombres que no es extraño que hayan ido dejando poso en su personalidad. «Por casa pasaba con frecuencia Miguel Castaño, los Vela Zanetti, Enrique González Luaces, el ayudante de Gaudí en Botines... Era un mundo fascinante aquel León. En la escuela hacíamos teatro, me encantaba, pero cuando estalló la funesta guerra mataron al maestro que nos lo enseñaba, cada vez que me acuerdo de él me da mucha pena». Una pena que dejó escrita en un texto para el recuerdo y para entender a esta fotógrafa de ‘las tres Gracias’ (en referencia a sus dos hermanas): «Soy gente corriente, una joven de setenta y muchos años (ahora 101 para 102), que llora y que sufre tanto que el cuerpo siente dolor al contemplar el llanto y el dolor de los seres pisoteados y oprimidos por otros seres estúpidos a los cuales no sé quién les dio el poder. Me uno a la gente que grita en la calle No a la guerra, me quedan lágrimas por los niños mutilados, por los viejos que entierran a sus seres queridos. Mi llanto no tiene fin, pues la injusticia no cesa».

Supo pese a ese ambiente ser una mujer libre, una de las primeras moteras de España, seguramente la primera de León... «Llamaba mucho la atención con mi moto, mucha gente me preguntaba si era francesa, tal vez también por mi físico y mi forma de vestir, que no era típicamente español  leonés».

Algunas imágenes de Belita Gracía.
Algunas imágenes de Belita Gracía.

Y Luis García, del Departamento de Arte del ILC, siempre atento a lo que se mueve en León, ha decidido homenajear a Belita Gracia rescatando su faceta más artística, la de fotógrafa. Él mismo lo explica: «Sin formar parte de los circuitos oficiales, Belita desafió las normas: exploró el collage, retrató a las mujeres con una mirada distinta y convirtió lo cotidiano en arte. Su cámara, una Kodak Retina de 1955, fue testigo de un León íntimo y universal. Nacida en el seno de una familia de fotográficos construyó una mirada libre, sensible y profundamente humana».

Y así hará realidad una muestra que subsana una deuda de esta ciudad. «De esta manera, el ILC le dedica su primera exposición individual, una retrospectiva que recorre más de cuatro décadas de trabajo fotográfico. Un homenaje a quien dotó de permanencia lo efímero y de dignidad lo común». 

El sábado 17, a las seis de la tarde, será la inauguración de este proyecto, comisariado y desarrollado por la también fotógrafa e investigadora leonesa Ana Valiño, es el resultado de tres años de trabajo conjunto con la propia Belita Gracia, durante los cuales se ha llevado a cabo un exhaustivo proceso de investigación, catalogación y restauración de su archivo fotográfico. El título lo dice todo: «Belita Gracia: La fotógrafa».

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