Becook: La sorpresa gastronómica del año

Un paseo por algunos de los platos más memorables del restaurante-revelación de León

Susana Martín
18/12/2015
 Actualizado a 17/09/2019
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Vamos allá con nuestra última Ruta del Placer del año, que los dos próximos viernes –Navidad y Año Nuevo– no hay periódico, así que aprovechamos para visitar uno de los comederos leoneses que han convertido en imprescindibles por mérito propio. Volvemos al Becook, ese local que estrenamos hace dos veranos y que ya advertimos entonces que prometía con su alta cocina creativa a precios mini.Mucho han cambiado las cosas desde hace veinte meses, cuando abrió sus puertas este restaurante de la calle Cantareros que tradicionalmente había acogido un clásico templo gastronómico, el Faisán de Oro. Llegaron después otros, con mucha menos suerte, pero el Becook ha conseguido consolidar una oferta absolutamente diferente en la ciudad, con una cocina fresca y rompedora que no deja de crecer.Lo que no han podido cargarse pese a tantas renovaciones de la carta son las croquetas, im-pres-cin-di-bles en toda comanda (y en cada visita) A pesar de su juventud, los leoneses David García Guerra y Mario Gómez Soria llegaban a este proyecto ilusionante con un bagaje notable en cocinas como la del Guggenheim de Bilbao o el Villamagna de Madrid. Con aquella formación, y con las ganas y la pasión que le echan, han conseguido hacer de este restaurante de ‘comida urbana’ uno de los atractivos fundamentales entre las propuestas de la gastronomía leonesa. ¿Cocina moderna? Mucho. ¿Alta cocina? También. ¿Guiños al recetario leonés? No faltan. Así que nos encontramos con platos sumamente originales, creativos, sorprendentes y, sobre todo, deliciosos.Hemos hecho tantas paradas en este centro del placer (porque aquí se goza, y mucho) que la recomendación es volver al Becook de vez en cuando para comprobar de primera mano cómo van evolucionando estos chicos inquietos, que no dejan de mover la carta para no aburrirse ni aburrir. El resultado de tanto curro es una oferta deliciosa, perfecta para quienes preferimos probar muchos platos.¿Queda alguien en León que todavía no se haya pegado un homenaje en el Becook? ¿Que no haya disfrutado con sus sabores, con sus raciones bonitas por fuera y aún mejores al meter tenedor? Si lo hay, tienen que remediarlo. Vayan, vayan cuanto antes porque sin duda volverán, pero llamen antes, porque uno de los ‘peros’ de este pequeño restaurante es que casi siempre uno se queda con las ganas porque no hay mesa, y eso que ahora ofrecen la posibilidad de comer en la barra si llegas y hay espacio (ahí, sin reserva).Otro ‘pero’ es que han desaparecido de la carta las hamburguesas. ¡Pero cómo es esto! Que vuelvan pronto, porque seguimos soñando con esos bocados jugosos, esa carne tiernísima y ese pan con su aplaudido ketchup de piquillo... Lo que no han podido cargarse pese a tantas renovaciones de la carta son las croquetas, im-pres-cin-di-bles en toda comanda (y en cada visita). ¿De qué son? Varían cada semana. Brutales las de pollo con cualquiera de los currys, las de jamón y las de cecina. Exquisitas ésas y todas las demás.Están buenísimos el ‘güevo frito’ (a su manera), el arroz con trufa y foie y las mollejinas de lechazo con capuccino. Pero también me chiflan las vieiras thai y el tiradito de atún, mojo de cilantro, lima y encurtidos. Después, aunque aquí todo es picoteo, prueben black angus con chutney de cebolla, o su versión del steak tartar, con cebolla y trufa. Y dejen sitio para los postres, nada convencionales. Puestos a elegir, me quedo con su Drácula de Bram Stoker, que nos retrotrae a aquel polo mítico de cuando éramos niños... Lo del Becook siempre un festival. Top.--------------------------------------Restaurante Becook.                                                                   Calle Cantareros, 2. León                                                                     987-016808
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