"¿Cuál es la noticia, que en enero hay niebla?"

Niebla y heladas se han sucedido estos días en el invierno leonés, algo inevitable en la capital del frío y que también era habitual en los setenta que fotografiaba Fernando Rubio

15/01/2024
 Actualizado a 15/01/2024
El hielo cubre las aguas del Bernesga a su paso por la ciudad. | FERNANDO RUBIO
El hielo cubre las aguas del Bernesga a su paso por la ciudad. | FERNANDO RUBIO

Al margen de los meteorólogos oficiales de los medios de comunicación hay una evidente tendencia, especialmente en el mundo rural, de acudir al saber y la experiencia de los hombres del tiempo ‘locales’. Uno de los más recordados y valorados de la provincia fue José Calvo Crespo, el poeta popular de Joarilla de las Matas, que tenía por gran afición estudiar el tiempo. Llevaba en cuadernos cuidadosamente conservados en estanterías anotado el tiempo, día a día, hora a hora, de tal modo que cuando sucedía algún ciclo ‘extraño’ se sentaba con sus cuadernos, buscaba cuando había ocurrido y argumentaba una solución.   

Era habitual acudir ‘a consultas’ con José. Recuerdo un año que, como este 2023/24 se sucedieron días de espesa niebla y frío.
- ¿José, que te parecen estas nieblas?

Y respondía con otra pregunta, siempre la misma: «¿Cuál es la noticia, que en enero hay niebla?». Y a continuación te recitaba un buen número de años en los que tenía anotadas en sus libretas idénticas situaciones. Y remataba sus explicaciones: «Es el invierno amigo. Y es León».

Irrefutable. Curiosamente una situación parecida a la que se produce en la actualidad cuando, ante una nevada, las televisiones invaden nuestros pueblos de montaña buscando las palabras de los vecinos y se producen diálogos muy curiosos.

- ¡Vaya nevada!
- Ya, parece diciembre.
- Es diciembre.
- ¡Qué curioso!

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La niebla propicia estampas cargadas de sugerencias. | FERNANDO RUBIO

Y parece el momento de recordar que ya hace muchos años que la poeta Marga Merino bautizó a esta tierra como «la capital del invierno» y nuestro Fernando Rubio recupera un dicho de esta tierra: «León, nueve meses de invierno y tres de infierno». Y le pone recuerdos a aquellos inviernos suyos en la ciudad, que también son los de su generación. «Me vienen a la memoria sensaciones antiguas que comienzan con lejano recuerdo de ir al colegio de los Maristas desde la calle de La Rúa, con buena nevada, con pantalón corto, y las rodillas rojas del frío pero los pies calentitos con calcetines gruesos de lana y las botas de ‘El Gorila’. Recuerdos de mesa camilla con el brasero encendido, con las piernas ardiendo de calor y la espalda helada. Aunque, por otra parte, la mesa camilla representaba la unión familiar para comer, jugar, charlar y calentarse en común».

Y la otra cara positiva de la niebla y la nieve, para Fernando Rubio, es la artística, el juego que esos amaneceres le daban en su  trabajo de fotógrafo durante la década de los 70. Curiosamente Graciela García Zurdo hablaba unas horas antes no de la imposibilidad de ‘ver’ entre la niebla, sino «de un precioso amanecer con el horizonte teñido de un intenso rojo sobre la niebla».

Rubio aporta singulares imágenes robadas a la niebla y otras del hielo roto sobre las aguas del Bernesga. Una ciudad que solamente se intuye, un horizonte fundido a blanco, unos edificios a los que parece faltar una buena parte de su parte superior.

Aunque no puede olvidar  Fernando Rubio algún trabajo menos placentero. «Mi recuerdo de frío extremo trabajando fue en el Puerto de San Isidro a 16º bajo cero, fotografiando unas pruebas de esquí» pero quiere dejar buen sabor final: «Año de nieves, año de bienes».
 

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