Nidia Beltramo, una familia ejemplar

Nidia Beltramo regresa a las librerías con Una familia ejemplar, una novela que engancha de principio a fin y que nos lleva a parte de la historia de Argentina

Ruy Vega
25/05/2025
 Actualizado a 25/05/2025
Portada del libro protagonista en la estantería de Ruy.
Portada del libro protagonista en la estantería de Ruy.

Escribo este texto mientras escucho música del grupo Arde Bogotá. Tecleo pensando en los días que quedan ya atrás de la Feria del Libro de Ponferrada y en los días que, cuando leas estas líneas, también habrán pasado, pero que en este momento para mí todavía están por llegar: la presentación de Luis Artigue el día 15 de su novela Trumpsilvania, y la presentación del día 21 de, precisamente, la novela de la que hoy voy a hablar, Una familia ejemplar. 

¿Sabéis? Justo el día anterior a escribir esta nueva Lectura de un alma vagabunda viajaba en el coche con el poeta y amigo Emilio Vega camino de Herrerías de Valcarce y, como hacemos habitualmente, hablábamos de la vida y de literatura. En este último caso, hablando de lo último leído, le comentaba que Una familia ejemplar me había encantado, que estaba muy bien escrito. Tenía, y tengo, un listado ya pensado para las próximas reseñas, algo más o menos ordenado dentro de mi propio caos (ojalá nunca pierda cierto caos en la vida). Este libro no iba en este momento, su reseña debía esperar, no le correspondía en mi lógica temporal de artículos, pero tras leerlo creí que encajaría perfectamente. Prefería escribir sobre él ahora, justo en el momento en el que tengo muchas de sus frases y capítulos tan frescos como clavados en el recuerdo. 

La vida… la vida tiene renglones escritos, otros por escribir, dibujando en nuestros destinos lienzos de indefinición. Y eso me fascina. Que los caminos de dos personas se crucen es realmente difícil. Conocemos mucha gente, es cierto, pero apenas un pequeño puñado de los que nos rodean, y algo insignificante si extendemos el radio a tener en cuenta. Por eso, que Nidia Beltramo y yo coincidamos físicamente es una historia tan fascinante como increíble. Ella nació en Buenos Aires, yo en Ponferrada. ¿Qué probabilidades había de engranar nuestros días? Ninguna, realmente ninguna. Más teniendo en cuenta que luego ella dirigió su vida profesional hacia California, en Estados Unidos (que, por cierto, creo que ambos tenemos la misma formación universitaria, otro juego del destino). Pues en este extraño caminar, decisiones de su parte y de la mía hicieron que nos encontráramos en un momento concreto de nuestras vidas aquí, en nuestro querido Bierzo, habiéndonos unido la literatura. Conocía a Nidia por su anterior novela, Ciento ochenta días, novela a la que dediqué una Carta a ninguna parte. Con esta nueva novela la autora da un enorme salto de calidad, cuyo siguiente paso solo ella conoce, pero que yo estaré, sin duda, esperando. 

Una familia ejemplar es la historia, perdón, parte de la historia, de una familia de capa de oro y polvo bajo la alfombra. De sonreír en el momento adecuado, pero de llorar en la oscuridad y el silencio. Pero no solo eso, sino que a través de ella, Nidia se sirve también para adentrarnos en una parte esencial de la historia de Argentina, nuestra hermana Argentina, en la que yo personalmente nunca he estado, pero que es uno de esos lugares que, cuando me preguntan a dónde me gustaría viajar, siempre menciono. En América, donde solo he estado en Estados Unidos, tengo dos cuentas vitales pendientes: Argentina y México.  Una familia ejemplar nos lleva a conocer y adentrarnos en distintos y variados personajes, perfectamente distinguibles en personalidad y ambiciones. Quizá se podría destacar uno por encima del resto, Mari, pero creo que el verdadero protagonista de todo el libro es la propia familia, sus miembros en sí y el devenir de sus días. Amor, desamor, ambición, traición… En definitiva, la propia vida. Todo eso encontraremos en los capítulos, divididos en cuatro periodos muy concretos de Argentina: 1974 y su agitación política, 1978 y el mundial de fútbol, 1982 y la guerra de las Malvinas y 1986 y los juicios a los militares por la violación de los derechos humanos.

Otro de los aspectos llamativos de la novela, y que he de decir que es todo un acierto, es incluir entremezclado con el texto los pensamientos más profundos de sus personajes. En muchas ocasiones los lectores siempre desearíamos adentrarnos en las sensaciones más internas de cada una de las personas que la historia nos presenta y sobre las cuales transcurre toda la trama. Qué temen, qué desean, qué ambicionan. En Una familia ejemplar este es un aspecto que tenemos asegurado. Y todo ello le da precisamente un aroma más humano a la familia, a sus miembros, y nos permite sumergirnos con ellos en el transcurrir de sus días. He aquí un ejemplo de las reflexiones y pensamientos más sinceros de sus personajes: «Le digo que es moderno y de avanzada, que es lo que querrá oír, pero me pareció horrible. Parece un depósito de mercancías de un barrio industrial».

Además de todo ello, por si fuera poco, Una vida ejemplar nos guía a través del Buenos Aires más nostálgico, pudiendo adentrarnos con todo detalle por sus calles y su ambiente. Es como, a través de cada uno de sus protagonistas, adentrarnos en un mundo que acabaremos conociendo poco a poco. Os pongo un ejemplo que, además, está en la primera página, en el primer capítulo: «Era la primera tarde de 1974. Calurosa, húmeda, casi agobiante. Todas las mesas en la vereda de la hamburguesería Red Fox de San Isidro, el vecindario más tradicional y pudiente del gran Buenos Aires, estaban ocupadas por jóvenes ruidosos y alegres.» 

Como comentaba antes, Una vida ejemplar nos lleva a la historia de Argentina, a sumergirnos en un pedazo de sus centenarios días. A través de la vida de los personajes podemos entender determinados hechos históricos en primera persona, percibir cómo la población se sentía en aquellos momentos. Algo que a mí personalmente me encanta, ya que es un tiempo pasado y con un océano de por medio, por lo que novelas como esta nos lo explican tan bien como el mejor de los libros de historia. Os pongo un ejemplo: «Las banderas celeste y blancas vistieron casas y coches, y los gritos de “viva Argentina” contentaron a una nación necesitada de alegrías. Todo lo que quedaba eran las pintadas y alguna que otra serpentina colgando de los árboles, esperando a que el viento las reuniera con la basura callejera. La euforia y sensación de grandeza se habían apagado, como la carroza de la Cenicienta que a la medianoche se reconvierte en calabaza.» Venga, pongo otro ejemplo: «El viernes pasado, apenas se supo acerca de la reconquista de Malvinas, la gente se hizo a las calles manifestando su apoyo. Bien sabe Dios que cuando vi las primeras imágenes en la televisión, las creí de una película de ciencia ficción. El ataque de patriotismo supera al del mundial de fútbol del 78».

Esta novela, que navega como un barco experto en un mar de aspectos, tiene como uno de sus puntos fuertes la posibilidad de verla desde distintos enfoques. Como os comentaba, podemos observarla con detenimiento como la vida de una familia a lo largo de distintos años, o también como la propia historia de Argentina bajo los ojos de una familia influyente. Pero dejando estos dos aspectos atrás podemos detenernos en este libro para fijarnos en que se trata de la vida de cuatro amigos, y que de eso precisamente nos habla la novela. Es más, profundizando un poco más, quizá incluso se trata de la historia de amor entre dos de sus personajes, a través de su vida, mientras sus vidas siguen cursos diferentes. Y teniendo esto en cuenta, es lógico darle más vida, leerla más de una vez y adentrarnos en estos enfoques uno a uno, para saborearla en su plenitud. 

Cuando esta Lectura de un alma vagabunda se publique Nidia Beltramo ya habrá realizado la presentación de su novela en Ponferrada, y yo habré estado con ella y con Mónica Balboa, y habrá sido, estoy seguro de ello, un momento especial. En muy pocas ocasiones les he comentado a los autores y autoras sobre los que realizo su reseña que lo voy a hacer, salvo hasta muy pocos días antes o incluso el día anterior. Nidia no conoce que estoy, precisamente hoy, un sábado pocos días antes de su presentación, rematando la reseña de Una familia ejemplar. Espero que, cuando la lea, se quede con el sabor de querer que nunca acabe, pues la novela, su novela, es una de las mejores que he leído para posteriormente hablar sobre ellas, en los últimos meses. Nidia, espero con ansias tu siguiente obra. 

Entre mi biblioteca y yo

La anterior novela de Nidia Beltramo, Ciento ochenta días, me gustó. Le llegué a hacer una de las antiguas Cartas a ninguna parte. Por eso tenía ganas de volver a leer una nueva obra suya, por eso tenía ganas de ver de nuevo un libro suyo en las librerías. Cuando publicó Una familia ejemplar no quise perdérmela. Y me alegro de haberlo hecho. Creo sinceramente que es una excelente novela, una historia muy bien elaborada, una historia que engancha, una historia con unos personajes muy bien perfilados, y un conjunto de páginas con una lata calidad literaria, de eso no tengo duda. Y así se lo dije en su momento. Nidia ha escrito una obra sobresaliente. 

Más que un libro, un autor

La vida de Nidia Beltramo y la mía es un milagro que se cruzasen en un momento vital común: el de la necesidad de publicar (sí, digo necesidad con todo el sentido del mundo). Ella nació en otro continente y allí trabajó, para acabar recalando entre nuestras montañas. La literatura nos unió. No recuerdo cuándo ni cómo, pero sí sé que fue todo un acierto del destino. A ambos nos unen varias cosas, pero tres principalmente: nuestro amor por leer, nuestra necesidad por escribir y, creo recordar y espero no equivocarme, nuestra formación universitaria, que creo que es la misma o muy similar. Curiosamente, somos dos personas que estudiaron mucha física y muchas matemáticas, pero que se unieron por las letras y su magia. Y eso, precisamente, es infinitamente maravilloso. 

Nidia en la presentación del libro durante la Feria del Libro de Ponferrada.| L.N.C.
Nidia en la presentación del libro durante la Feria del Libro de Ponferrada.| L.N.C.

 

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