El pequeño rockero berciano que enseñó a bailar el swish-swish al gran Miguel Ríos

El niño Angel Mateos protogonizó una de las anécdotas del concierto del artista granadino en Ponferrada, que le hizo unas cuantas referencias desde el escenario y al que pudo conocer entre bambalinas

D.M.
09/09/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Ángel tiene nueve años es de Ponferrada y sueña con ser músico. Este martes empezará Quinto de Primaria en el cole Peñalba y entre las aventuras de verano podrá contar a sus amigos una de las buenas: “¡Casi le rompo la cadera a Miguel Ríos!”.

El pequeño rockero fue el sábado a ver el concierto ‘Symphonic Ríos’ de las fiestas de La Encina. Posiblemente el más joven el concierto, o al menos de los más jóvenes, conoce muchos de los clásicos del granadino y los sabe tocar con su batería. “Mi favorita es Bienvenidos”. Lleva la música en la sangre, porque su padre, trabaja con grupos de música y orquestas “y papá siempre me pone discos de antes, de los 70 y de los 80”. Justo a este concierto, su padre, Javi, no pudo acompañarle porque tenía trabajo con su orquesta, pero le advirtió a Ángel que este espectáculo no se lo podía perder y el niño se fue al auditorio con su madre Sofía, y se colocó en primera fila para ver bien de cerca a Miguel Ríos, a su banda, y a todos los músicos de la orquesta Universal Music que le acompañan en esta gira.

Allí lo dio todo y sus coros y coreografías llamaron la atención de mucha gente del público, de los músicos y hasta el propio Ríos que le hizo varias referencias desde el escenario “¡Vaya forma de mover las caderas, chaval, si supieras lo que te espera!”, bromeó,y pidió para él unos cuantos aplausos, porque Ángel encajó en el ‘Rock over Beethoven’ el gracioso baile ‘swish-swish’ que simula un péndulo con los brazos y las caderas, que se puso de moda en un concierto de la cantante americana Kate Perry y que fue el último grito viral en los pasados meses. Incluso Ríos y su bajista se propusieron hacerlo sobre el escenario, pero no les salió del todo bien. “Fijaos en el chaval cómo la sabe, imitadlo”, volvió a gritar el cantante cuando pedía los coros del público para su canción. "Maribel, dale luces", "¡Eres la atracción de las fiestas de La Encina!" Y un nuevo aplauso para Ángel, al que Ríos pidió por favor: “¡No te vayas al reggetón!"

Y ahí no se quedó la cosa, porque, según explica su madre “él tenía la ilusión ya antes del concierto de hacerse una foto con Miguel Ríos”, al acabar el espectáculo, a través de un vigilante y alguien que conocía a alguien, pudieron acceder a hacerse una foto con el incansable artista. Allí, entre bambalinas, "me vio y me dijo ¡hombre chaval!, ¿cómo era, cómo era?”, el baile. Y Ángel le enseñó a Miguel Ríos cómo colocar los brazos y las caderas para bailar a la moda. “Y él dijo ..‘¡Ayy!... como si se le hubiera roto, de broma, y después me decía la gente, ¡casi le rompes la cadera a Miguel Ríos!”.

Dice que lo notó “muy majo, muy amable” aunque estuvo poco tiempo con él porque había más gente que también quería hacerse fotos. Pero, la verdad, no se sintió emocionado cuando Miguel Ríos le hablaba desde el escenario. “No. Me sentí normal”, explica Ángel con sinceridad y naturalidad “porque a él lo que realmente le emociona y le gusta es tocar, todo lo demás lo ve tan natural, porque está en su salsa, en su mundo” aclara su madre Sofía “pero, claro que estaba emocionadísimo contándoselo después a su hermano, a su padre y a su profesor”.

No es muy habitual en niños de nueve años tener como músicos favoritos a “Red Hot Chili Peppers, ACDC, que me lo enseñó mi hermano Antonio, y Bruno Mars”. Y, también al gran Miguel Ríos, al que intentó enseñar a bailar el ‘swish-swish’.