Los municipios de Toral de los Vados, Villafranca del Bierzo y otras zonas del entorno como Parandones, Villadecanes, Otero, Valtuille de Arriba o Camponaraya, se enfrentan estos días a una nueva oleada de la polilla del racimo (Lobesia botrana), una plaga que amenaza seriamente a los viñedos y que, de no tratarse a tiempo, puede comprometer la producción de la próxima vendimia.
Según han advertido la Estación de Avisos y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo, ya ha comenzado el vuelo de los adultos de la tercera generación de esta polilla, por lo que se recomienda a los viticultores aplicar tratamientos específicos cuanto antes.
La Lobesia botrana es un insecto que se alimenta de las flores y bayas del racimo. Las larvas, al perforar las uvas, abren la puerta a enfermedades fúngicas como la podredumbre, provocando importantes pérdidas en la cosecha. En situaciones graves, el daño puede reducir de forma considerable la cantidad y calidad de uva recolectada.
Para frenar su expansión, los técnicos aconsejan emplear materias activas autorizadas en el inicio de la eclosión de los huevos. Además, se destaca el uso de feromonas sexuales, ya sea a través de los tradicionales difusores o mediante aplicaciones pulverizadas. Esta técnica, basada en la confusión sexual, impide que los machos localicen a las hembras, lo que frena el apareamiento y reduce la población de la plaga.
A diferencia de los difusores, que deben colocarse al inicio de la primera generación, la feromona en formato pulverizable permite intervenir también en generaciones posteriores, como la actual.
Desde el Consejo Regulador insisten en la importancia de actuar de forma inmediata y coordinada para evitar la expansión de esta tercera oleada de la polilla del racimo y asegurar así la buena salud de los viñedos de la comarca.