Munitis: "Ya nos ha pasado todo lo malo que nos podía pasar"

Para resurgir es necesario tocar fondo. Así lo considera el entrenador de la Deportiva, Pedro Munitis, que cree que el conjunto berciano ya ha saboreado el lado amargo del fútbol y debe ser fuerte anímicamente para salir adelante. «Ya nos ha pasado todo lo malo que nos podía pasar; partidos en los que encajamos un gol en la única ocasión que nos crean, partidos controlados que se nos escapan... Todo está en la cabeza y cuando tienes miedo a algo, pasa», asegura.

Para el cántabro, las ganas de agradar y darle la vuelta a la tortilla de la plantilla han generado una ansiedad que ha terminado pasando factura. «Cuando deseas algo tanto que tienes miedo de que se escape, al final lo terminas provocando», explica el míster en relación a los puntos que volaron en la visita al Coruxo a pesar de disponer de ocasiones claras para sentenciar el encuentro.

Tras un buen partido que no tuvo recompensa en forma de victoria ante el Real Unión, Munitis asegura que «se acabaron los pasos atrás» y que «se está caminando firmemente en la dirección correcta».

La cuenta pendiente de los blanquiazules sigue siendo el gol. Con veinte tantos en veintitrés partidos de Liga, la Ponferradina es uno de los peores equipos de la categoría en este apartado. Para solucionar los problemas de cara a portería, el técnico vuelve a reclamar un juego más directo. «Llegamos muchas veces al área, pero tenemos que ser más agresivos y resolutivos, acabar las jugadas ya sea con un disparo o con un centro», señala.

En este aspecto, los fichajes del mercado invernal pueden tener un papel clave. «Con Pallarés y Yuri el equipo tiene más alternativas que antes», confiesa el cántabro, que también está satisfecho con el rendimiento de la defensa tras recuperar la línea de cuatro. «Contra un buen equipo como el Real Unión apenas tuvimos problemas en todo el partido», recuerda.

En cuanto a su rival del domingo, Munitis no se fía de un Boiro en una situación delicada tanto en el apartado deportivo como en el extradeportivo, con los jugadores en pie de guerra por impagos. «Es un arma de doble filo. Van a venir al Toralín con ganas de reivindicarse y demostrar su profesionalidad porque es un estadio atractivo para exhibirse», avisa.