Final de la Copa Asobal, la contracrónica: "Pero, ¿’cuálos’ son los nuestros?"

El Palacio se mostraba indeciso para elegir entre ‘el abusón’ Barça o nuestros ‘verdugos’ del Naturhouse, se quedó con las 'peticiones del oyente': Carlos Ruesga

Fulgencio Fernández
21/12/2015
 Actualizado a 01/09/2019
Seguidores del FC Barcelona, en las gradas del Palacio durante la final. | DANIEL MARTÍN
Seguidores del FC Barcelona, en las gradas del Palacio durante la final. | DANIEL MARTÍN
El día venía raro, se notó desde el inicio. Había gente pero por aquello de «si hay que ir se va», pero muchos habían ido «pa na».

Ya en la presentación, por más que el speaker se esforzaba, la gente no sabía muy bien a qué carta quedarse. ¿Aplaudir al Barça? Si son unos abusones, no pierden desde que jugaba Urdangarín. ¿Aplaudir al Naturhouse?No dejaban de ser nuestros verdugos.

Así el paisano —de curioso nombre SimónSimón (que vaya tela su padre), al que un desencantado le dio su abono— se preguntaba:«Pero, ¿cuálos son los nuestros?»

- Ninguno.

- Esos no;decía Simón cuando presentaron a Jota, que protagonizó la primera casi unanimidad de la tarde, pero para mal, en los pitos;y, sobre todo, cuando presentaron a los árbitros, dos, que protagonizaron la unanimidad total de la tarde, con una sonora pitada rematada con gritos de «¡fuera, fuera!». Los de la Asobal miraban y me recordaban al cura de mi pueblo cuando le dio por arrastrar, jugando al tute, y cuando se le acabaron los triunfos y no hizo más bazas el compañero fue contundente:«¿Sabe lo que le digo?Ahora inciense con los cojones». Pues eso, a los de la Asobal...

Empezó el partido, así sin saber la gente qué hacer, como sabedores de lo que iba a pasar al final... Y, para sorpresa de todos, los de La Rioja (el niño malo Malmagro, otra vez) empiezan a meter goles como locos y ganan de cuatro y de cinco... y se mantienen. Pero la grada, incluso los que quieren que pierda el Barça, no se enganchan, parece que saben que de los sueños se despierta uno sudando.

Incluso los del Naturhouse parecen pensar que están arrastrando pero se van a quedar sin triunfos y ya saben con qué les va a tocar incensar.

Cuando los riojanos se pusieron cinco ‘arriba’ miraban a los del Barça como si temieran que se fueran a enfadar Ver cómo los riojanos (excepto ese Malmagro que juega como los niños de la calle, es decir, juega)miraban a los del Barça, como no creyéndose lo que les pasaba, recuerda mucho a una vieja leyenda hispanoamericana de un tranquilo poblado en el que un inmenso pájaro blanco quedó atrapado entre los montones de abono del vecindario. No podía abrir sus alas cargadas de abono y por las noches, desesperada, emitía unos ‘gritos’ terribles que no dejaban dormir a los vecinos. Estos, cansados, se reunieron en concejo y aprobaron matar al animal.

Pero un viejo del lugar, sabio de la tribu, les hizo una pregunta enigmática:«¿Ysi fuera un ángel?» .

Y nadie se atrevió a disparar.

Ayer los riojanos no se mostraban efusivos cuando ganaban por cinco, no ‘chocaban las palmas’, no hablaban con rabia entre ellos, Jota seguía llorando en su banco, como si temieran rematar a los blaugranas, como si se preguntaran «¿y si fuera un ángel?».

Y el sueño se fue desvelando. Y al descanso llegó el primer empate. Y en la segunda mitad el Barça puso la tierra necesaria por medio (4, 5 ó 6 goles)y esperó el momento de levantar el trofeo colectivo y los individuales.

La gente ya sabía que aquello no tenía más recorrido. Algún brote de mover el bombo se saldaba con gritos de «¡Ademar!», para algunas ganas de pitar llevaban todos los números los árbitros;y para el partido se acogían a las peticiones del oyente y pedían la presencia de uno de los que aquí dejó excelente sabor de boca:«Ruesga», pero no les hicieron caso. Esta Copa Asobal estaba escrita en disgustos y a Pasqui no le entró la morriña de cuando defendió la portería marista.

Pues, en venganza, ahora lo digo:«Era bastante malo».

Y cuando llegó el pitido final nadie había perdido. Nadie mostraba su desesperación, mecho menos esas lágrimas tradicionales de una final perdida. Esto estaba escrito y ante lo no escrito despertó la duda:«¿Y si fuera un ángel?»

Si seguimos así bien pudiera llegar a ser el Arcángel San Gabriel.
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