Viajando hacia la luz: la crónica del apagón en el valle del Torío

El impacto del paro de más de seis horas en el suministro eléctrico, contado en primera persona

29/04/2025
 Actualizado a 29/04/2025
El apagón, en un bar de León. | CAMPILLO (ICAL)
El apagón, en un bar de León. | CAMPILLO (ICAL)

Como todos los lunes había que tomar una decisión trascendente: ¿Segar la huerta o ir al mercadillo de Boñar a comprar la famosa fruta de Fresno de la Vega y tomar un vino con el gran Alfredo Hurtado?
- En caso de duda… nada, la más descansada; dice el viejo proverbio local. Así que voy a marchar rumbo a la villa que tuvo negrillón.

Antes de salir veo que no tengo ni luz, ni cobertura de móvil. Nada nuevo que no arregle una protesta contra Iberdrola y un juramento a don Movistar. Pero en la parada técnica a por mi dosis inicial de cafeína encuentro al bar del Japonés levantado en armas de palabras gruesas: Nos estamos volviendo locos, boicot, ciberataque, sabotaje, guerra mundial… la cosa se presenta grave y hasta se atreven con el top cinco de los culpables:

  1. Trump (él se lo buscó).
  2. Putin (culpable de oficio)
  3. Florentino Pérez (de alguna manera hay que tapar el desastre).
  4. Pedro Sánchez (Gerardo no iba a dejar esta ocasión para atacar al ‘perro’).
  5. Abascal (para contrarrestar la cuatro y, por si no quedaba claro, Díaz Ayuso).


Ya parecía cerrado el ránking cuando encuentro a Conrado Zurdo, le doy la lista y apostilla: "No te olvides de Netanyahu".

Así quedan los culpables cuando llego a La Vecilla donde el imprevisible Pablo logra sorprenderme: "Esto ya lo había imaginado yo; fui por la mañana a echar de comer a las gallinas y estaban raras, protestonas… Algo sabían".
- ¿Y saben quién lo hizo?
- Ahora voy a echarles de comer y ya pregunto.

Íbamos a marchar y llega Jose, el de Chana, que ha debido vaciar las estanterías del viejo bar: "Tengo candiles, velas, lámparas del carburo… a muy buen precio, mañana son mucho más caras".

Y lo curioso es que se las piden.

Lo bueno de los mercadillos es que puedes pagar perras en mano, todo lo demás está trastocado. Aunque nunca falta quien le pone buena cara al mal tiempo. La siempre bienhumorada camarera de Las Cerezas, curiosamente, no protesta: "Los de café… vino, que es muy bueno, y no tengo que recitar la lista de tapas… chorizo para todos".

Ramiro, el padre de Tomasuco, con su cuadrilla también apuestan por no dramatizar. "Todo será que nos pongan a pedir a todos. Y yo ya sé qué hacer: hace unos años había uno que todos los lunes me pedía 100 pesetas, un día me quise adelantar a él y antes de que me las pidiera le dije: ¿Me das cien pesetas? Y sin inmutarse me dijo: Trabaja vago".

Volvemos al redil del Torío donde la noticia gira en torno al tren de Feve, que hoy sí tiene razones para no andar. En Palazuelo también vive la doble cara, Sonia lamenta la falta de café y tapas, pero sale a relucir la cercanía del radar a 70 por hora del cruce de Valderilla: "Aprovecha, que sin luz no funciona".

En San Feliz el tren es el protagonista pues llegó allí a las doce y media, "hasta aquí hemos llegado" les dijeron a los viajeros, que a las dos y pico seguían dando vueltas, porque los trenes no pueden seguir porque no hay nadie en las estaciones, todo va en remoto.
- ¿El autobús?
- Dice que no anda porque no puede repostar en las gasolineras.
- ¿El taxi?
- Llámalo por el 'tan tán'.

Y la desesperación es para un chaval joven que pregunta si alguien vio a su abuela. Me llamó que estaba en San Feliz y se cortó… Y ahora no la encuentro, no sé si tirar para arriba o para abajo.
- ¿Para dónde iba ella? Habrá venido en taxi.
- Es que tiene casa en Boñar y en León ¿para dónde tiro?

Carmen, la dueña, le mira por encima de las gafas entendiendo su desazón: "Los dejaron ahí y ahí te quedas". Y para no parecer dura en la interpretación del día sin luz pone la nota positiva: "Atentos al 2045 que volverá a haber otra generación baby-boom. Sin luz ni televisión…", al margen de la bendición que supone encontrar un bar que sí tiene de café, de puchero, claro.

El que no encuentra consuelo es Félix ‘el el de los perros’, el secretario de la Sociedad Canina: "Esto es un sindiós, nunca mejor dicho. Llevo toda la mañana a vueltas con la radio para ver qué pasa y la única que se escucha es Radio María, que encima me vacila hablando de un pasaje del Evangelio que titula ‘Viajando hacia la luz por el camino de Emaús’ o algo así".

Conrado Zurdo, como buen pintor, no se asusta por estas cosas: "Digo yo que se revaluara el oficio de los que que trabajamos con las manos, sin enchufarnos a la luz".

Un bar más abajo, en el Villa Romana, donde hay un jaleo considerable que Lidia torea con su maestría habitual y una broma por cliente. Mientras una tiene que subir el volumen para que "su papa" se entere de lo que le quiere, un hijo de Alberto, El Pajarín, recuerda que su padre ya solucionó hace años estos momentos de descontrol en los que no se sabe si un negocio abre o no. Pajarín tenía un bar intermitente y un día apareció un cartel: "Este negocio no abre todos los días".

El final del viaje no podía ser otro que el apeadero de la Asunción. Varios trenes en vía muerta explican la situación que le cuesta más trabajo desvelar al trabajador que hay en la pequeña oficina. Menos mal que anda por allí uno de los mejores clientes de la Feve y viajero habitual, El Profe de Matallana, otro inclasificable sabio que sabe de casi todo y no entiende a los que salen de Mercadona cargados de papel higiénico, agua, huevos…
- Ten en cuenta que cerraron los chinos, esto puede ser grave.
- Eso me hace dudar, pero no va a pasar nada; insiste.
- ¿Seguro?
- Segurísimo, esto es un sabotaje vete a ver de quién y para qué… pero nada. Dentro de treinta años no lo sé, pero ahora ¿Quien les iba a decir a los Jesuitas, que ahí están, cuando era el colegio de los ricos y los notarios que hoy iban a estar buscando alumnos, donde sea.

Aquello se nos empezaba a ir de las manos cuando vino la luz, Félix pudo cambiar Radio María, el chaval encontró a la abuela, las gallinas de Pablo se tranquilizaron, pero la lista de presuntos culpables sigue siendo válida, igual que las gallinas de Pablo estaban tranquilas cuando fue a darles de cenar.     

 

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