Alrededor de medio centenar de personal sanitario se ha concentrado este martes a las puertas del Hospital de León para “exigir” a la Consejería de Sanidad mejoras en las retribuciones de los supervisores del complejo asistencial.
Al grito de “la supervisión merece compensación” y “no hay organización sin supervisión” solicitaban el paso de su situación del nivel 22 al 25, un cambio que supondría un aumento cercano a los 200 euros mensuales como medida principal. “Es un complemento que ya se cobra en otras comunidades autónomas y queremos acabar ya con este agravio”, formalizó Ruth Barrientos, la secretaría provincial del Sindicato de Enfermería en León.
Además, en el mes de abril la Junta “se comprometió” a revisar los salarios de los supervisores y, a partir de ahí, tomar las medidas correspondientes. Sin embargo, dos meses después los sanitarios denuncian que no tienen noticias de ello, por lo que han decidido iniciar esta movilización “justa y necesaria”, que empezó hoy en el Hospital de León pero que de seguir sin información institucional las irán realizando en otros puntos clave.
Su trabajo en la sanidad
El motivo central de las protestas es que se encuentran en una de las posiciones más importantes dentro de la escala sanitaria: “Hacemos muchas cosas como gestionar la unidad de enfermería, a los TCAES, fisioterapeutas, controlar que haya medicación, material fungible…”, resumió el enfermero José Luis Moreno a la perfección.
En León son cerca de 60 las personas que se ven afectadas por esta situación, que solamente trata de poner en valor el trabajo y la responsabilidad que tienen: “Hablamos de dinero, pero sobre todo de reconocernos lo que hacemos porque siempre tenemos muchos frentes abiertos y no tenemos horario”. “Nuestro trabajo es tratar de que tanto los usuarios como los compañeros estén bien atendidos, tenemos labores que llevan muchísimas horas de administración en ordenador y también hay momentos cruciales en planta donde hay que ayudar”, manifestaron.
A mayores, se leyó un manifiesto en el que aseguraron que dicen “basta” y que no piden privilegios, que exigen “justicia” y tampoco piden aplausos, sino que se les valore. “Velamos por el bienestar de los pacientes, pero también por nuestros compañeros. Nosotros aseguramos que cada unidad funcione y que los recursos estén donde tienen que estar”, aseguraron al tiempo que pedían a la Gerencia Regional de Salud que “dignifique” su labor, pues “el reconocimiento no puede seguir siendo moral”.