A punto de cumplir 70 años desde su fundación en 1956, Margarita González, actual directora gerente de Isamar, pasó por los micrófonos del programa Entre Nosotras, emitido por Cope León en colaboración con La Nueva Crónica y 987TV, para repasar la dilatada trayectoria empresarial de la empresa en el sector de la alimentación y el catering, así como para reflexionar sobre los retos y oportunidades del presente en un sector en constante transformación.
Margarita González recordó los inicios de la empresa, cuando Marcelo A. Oblanca y su esposa Isabel Raíz Oblanca abrieron una tienda de alimentación en el centro de León. Destacó que la clave del éxito a lo largo de los años ha sido “adaptarse a los nuevos tiempos sin renunciar a la calidad ni al trato cercano con el cliente”. Desde sus orígenes como tienda especializada en productos gourmet, Isamar ha ido incorporando servicios que marcaron un antes y un después en la ciudad, como la charcutería, los platos cocinados y el servicio de catering.
“Se empezó como una tienda de alimentación especializada, ya para esos tiempos, porque traía productos muy novedosos. Luego fuimos incorporando nuevas secciones: charcutería, cafetería, platos cocinados… y finalmente el catering”, recordó Margarita con orgullo.
En 1990, Isamar se adelantó a su tiempo creando Isamar Catering, en un momento en el que en León aún no se hablaba de comida preparada para llevar. “Era una idea que ya funcionaba en Madrid. Pensamos: ¿por qué aquí no? Empezamos con purés, cremas, fritos… platos sencillos, pero caseros”, explicó. La demanda fue creciendo tanto que la cocina original en Visonal 2 se quedó pequeña. Hoy operan desde una cocina central en el Polígono de Zaratán, equipada para atender tanto eventos como menús diarios.
Uno de los grandes logros de Isamar ha sido su capacidad de innovación continua. Actualmente ofrecen unos 200 platos diferentes al mes entre primeros y segundos. “Intentamos que la calidad-precio sea la mejor posible, aunque obviamente no podemos ofrecer un solomillo en un menú del día. Pero lo importante es que la comida tenga el sabor de casa”, señaló.
Entre los platos estrella destacan la ensaladilla, las albóndigas de ternera y la cecina. “La ensaladilla se vende todo el año. Es increíble”, añadió entre risas.
En cuanto al servicio de catering, Isamar atiende bodas pequeñas, comidas de empresa, cumpleaños, reuniones de amigos o eventos familiares, con una atención cuidada y personalizada. “Lo que más nos diferencia es la calidad y las novedades constantes. Metemos platos nuevos y creamos expectativas en los clientes”.
También ofrecen regalos personalizados durante todo el año: desde cestas gourmet hasta sus populares cestas de frutas, elaboradas con productos nacionales e internacionales según la temporada. “Incluso en invierno incluimos cerezas o frutas tropicales. Eso nos distingue mucho”.
Aunque incluyen algunos platos internacionales, su prioridad es el producto local. “Trabajamos mucho con ingredientes de León. Ensaladas de pimientos de Fresno, ventresca, embutidos de aquí… queremos promocionar lo nuestro”.
Con 20 personas en plantilla fija y un equipo de refuerzo para eventos, Isamar sigue avanzando. “Hemos incorporado un nuevo cocinero y estamos adaptando nuestros platos a las necesidades actuales: comida fácil de calentar, práctica, pero rica. Lo probamos todo antes”, destacó Margarita.
Entre sus planes está seguir innovando y adaptándose a los nuevos hábitos alimenticios. “Hoy en día trabajan fuera de casa las dos personas. Hay que ofrecerles algo que puedan comer bien sin complicarse”.
A lo largo de su trayectoria, Isamar ha sido reconocida con varios premios, entre ellos el Premio Nacional de Comercio Interior otorgado por el Ministerio. También han recibido galardones locales, que Margarita valora especialmente: “Son los que se dan en casa, porque significan que uno está haciendo las cosas bien”.
Al pensar en lo que viene, Margarita confiesa con una sonrisa que aún no han decidido cómo celebrarán los 70 años en 2026. “Cuando me lo recordasteis, pensé: ‘¿y si hacemos algo bonito, algo para compartir con la ciudad?’”. No hay duda de que, fieles a su estilo, lo harán con sabor, cercanía y elegancia.
Porque si algo ha demostrado Isamar durante estas casi siete décadas es que se puede evolucionar sin perder la esencia. Una empresa familiar que sigue cocinando historias, emociones y buenos momentos para León… y lo que está por venir.