Una fotografía antigua es siempre un acierto como regalo. Un planteamiento compartido por muchos al que, probablemente, también se sume el obispo de la Diócesis de León, Luis Ángel de las Heras, que en su primer encuentro cara a cara con el nuevo papa, León XIV, le obsequió con una imagen de hace más de 40 años.
Aunque el obispo leonés había estado «cerca de él dos o tres veces», todavía no había saludado a Robert Prevost y, por ello, en su encuentro de la semana pasada en la Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, el máximo representante de la Diócesis entregó al pontífice una foto en la que este aparecía de joven a las puertas de la Catedral de León. La imagen fue tomada a inicios de los años 80, en la primera visita del estadounidense a la provincia.
El joven Prevost, que todavía no se había ordenado sacerdote, aprovechó aquel viaje a León para conocer la ‘Pulchra Leonina’ y también algunos parajes de la Montaña Oriental. Era el año 1982 y el que décadas después se convertiría en papa de la Iglesia Católica estuvo acompañado en territorio leonés por varios padres agustinos.
La imagen que el obispo regaló la semana pasada a León XIV, en el marco del Jubileo de la Vida Consagrada, correspondía a ese viaje. En la fotografía se podía ver a cinco hombres apoyados en un coche estacionado frente a la Catedral y el actual papa era el primero por la derecha.
Regresó dos décadas después
El viaje al que corresponde este imagen no ha sido el único que Prevost ha realizado a territorio leonés. Dos décadas después, en el año 2002, la Asociación de Antiguos Alumnos de los Agustinos de León le reconoció como ‘Asociado de Honor’ con la imposición de una insignia con motivo del centenario del actual colegio. Quien hoy es León XIV era por aquel entonces el prior general de la Orden de San Agustín y regresó para estar presente en los actos celebrados por el centro educativo con motivo de sus 100 años, oficiando incluso una misa.
Recuerdos que es más que probable que Prevost rescatase de su memoria en el primer cara a cara con el obispo de la Diócesis de León, con quien compartió un apretón de manos en agradecimiento del obsequio recibido. Una fotografía que, como tantas y tantas otras, en el momento en que fue tomada ninguno de sus protagonistas imaginaba lo que llegaría a simbolizar en el futuro: León XIV ante la Catedral de ese lugar con el que comparte nombre.