Como su hermano José Manuel, Guillermo Aláiz Nicolás es hijo de una mujer que hace alrededor de 50 años emprendió un aventura empresarial que fue adquiriendo la forma de lo que hoy es Peletería Conchita; un local ubicado en la actualidad en la calle Alfonso V de la capital provincial que tuvo como caldo de cultivo un piso de la avenida José María Fernández, donde la progenitora se arrancó en el arte de las pieles tras haber cosechado su aprendizaje en Gil Peletero y, más tarde, en Barcelona.
«Mi hermano y yo estuvimos muchos años con ella hasta que se jubiló y después nos quedamos nosotros», cuenta el actual gerente Guillermo Aláiz, durante el programa Entre Nosotras emitido por Cope León en colaboración con La Nueva Crónica y 987Tv. «La peletería se ha modernizado mucho», continúa: «Al principio todo era, sobre todo, para señoras y ahora la gente joven entra y hay pieles más juveniles».
Confiesa el gerente que, aunque «las piezas a medida se hacen menos cada vez», desde Peletería Conchita continúan confeccionando las prendas en una suerte de artesanía y siempre basándose en los diseños de la industria puntera en materia de pieles: Italia. «Vamos a ferias a Milán y compramos pieles, patronajes y modelos actuales», explica. Pieles, patronajes y modelos que posteriormente se trasladan al taller ubicado en la propia tienda, donde adoptan la forma de una prenda. «La gente joven prefiere la piel de conejo, que es más barata que el visón», relata: «Yo siempre digo que esa idea del abrigo voluminoso y largo ya ha quedado desterrada». En sus palabras, «ahora mismo se venden mucho más los chalecos, chaquetas y cosas más cortitas».
Guantes, gorros, bufandas y bolsos también forman parte de la oferta de un negocio familiar que además ofrece la posibilidad de alquilar un espacio en su cámara de conservación para garantizar las condiciones idóneas para el mantenimiento de las delicadas piezas. Asimismo, Peletería Conchita adapta y arregla las prendas de sus clientes. «La piel tiene muchas vidas», refleja Aláiz: «Ahora vienen muchas chicas jóvenes con el abrigo de su abuela y se lo hacen para ellas».
A pesar del auge de las pieles sintéticas, el local leonés mantiene su apuesta por el material tradicional asumiendo los cambios en la forma de trabajar a medida que va sucediendo el tiempo. «Cuando vamos a ferias nos vamos reciclando», explica: «Es verdad que el tiempo cada vez nos acompaña menos porque hace menos frío, pero la gente joven, que hubo unos años que no entraba a la tienda, ahora está entrando otra vez». Sin mostrar demasiada preocupación ante la cuestión del relevo generacional, los profesionales de Peltería Conchita, aprendices como son de una madre trabajadora y unos estudios artesanos externos, se mantienen optimistas ante la evolución del tradicional negocio. No por ello dejan a un lado la modernidad y, aunque hace ya tiempo que cuentan con una completa página web, su apuesta sigue siendo una más clásica: trato directo con sus clientes en su tienda física.