La esperanza llega para Darío con 100.000 euros en busca del tratamiento

La asociación 'Por dos pulgares de nada' recaudó más de 82.000 sólo con las carreras a favor del niño de La Pola, que han realizado ya 20.000 escolares de 64 colegios de toda España

David Iglesias y Laura Pastoriza
20/12/2023
 Actualizado a 20/12/2023
https://youtu.be/7ixJ1bReHPs

El pequeño astronauta de La Pola de Gordón está más serio que unos meses atrás. Darío sonríe sí, pero algo menos cuando ve aparecer a los medios de comunicación, porque ya empieza a ser consciente de que algo importante está ocurriendo. Sin embargo, los padres de este niño de 2 años con una enfermedad ultra rara vuelven a creer en la felicidad y la esperanza, si bien esta última nunca la perdieron. “No aspiramos a que Darío se cure, pero no queremos que renuncie a nada más y estos cuatro meses nos han dado esperanza al ver la empatía de la gente”, dijo su madre, Beatriz de Haro.

El motivo de este mensaje positivo que lanzaron los padres de Darío este miércoles desde la Casa Botines era la noticia más deseada desde que se movilizaron. La asociación que fundaron a mediados de agosto, Por dos pulgares de nada, ha conseguido su principal objetivo. Las iniciativas solidarias por todo León y fuera de sus fronteras, han permitido recaudar 100.000 euros que irán destinados a la búsqueda de un tratamiento para la Fibrodisplasia Osificante Progresiva (FOP) de este niño que quiere ser bombero.

La mayor parte de esa recaudación se debe a la iniciativa que nació en el seno del colegio de Darío, el CEIP Federico García Lorca de La Pola de Gordón. “Corrimos el 10 de octubre por él y enviamos correos a más colegios para proponerles participar. La respuesta fue masiva y a día de hoy siguen haciéndose carreras por Darío”. Así se expresó la directora del colegio, Elena González, que explicó que sólo con estas actividades deportivas benéficas se han recaudado ya más de 82.200 euros, con la participación de 20.000 escolares de 64 colegios de León, Zamora, Valladolid, o territorios más lejanos como Navarra y Barcelona.

Después de estos meses de esfuerzo y sin que vayan a cesar los eventos solidarios, Óscar Rodríguez, su padre, reconoció que “necesitamos frenar un poco”. Así, centrarán ahora los esfuerzos en mantener la llama de la esperanza en torno a la investigación que comenzarán a desarrollar dos científicos del CSIC en Oviedo y Barcelona, “referentes un ensayo clínico que ya está en fase tres sobre la artritis reumatoide, que puede ayudar en su tratamiento para que no pierda movilidad”.

El objetivo de esta investigación que ya empieza a tomar forma es retrasar lo máximo posible los brotes que pueda sufrir Darío, “que suelen desencadenarse a los 3 años” y que terminan dejando en silla de ruedas a los enfermos de FOP en torno a los 20 años, según relató la madre del pequeño. Darío tiene por ahora dolores e inflamaciones en la cabeza y ya ha renunciado a mucho: “el único deporte que puede hacer es natación”.

Agradecimientos "por la empatía y el cariño"

Durante la rueda de prensa para hacer balance de este viaje solidario, los padres de Darío se mostraron emocionados por recibir desde agosto “tantas muestras de cariño” y tanto apoyo por parte de las empresas, colaboradores e instituciones que les han aportado algún tipo de ayuda. “También todas las personas que no veis, nuestra familia, amigos, la hermana de Darío”, contó Óscar Rodríguez entre lágrimas de agradecimiento. “Tenemos a todo Pola de Gordón haciendo pulseras de macramé”, que se venden a 5 euros en una veintena de establecimientos de León y en la web de la asociación, junto a otros productos.

“Lo que confiábamos en hacer en dos años lo hemos conseguido en cuatro meses”, relató emocionada Beatriz, que reconoce que “la empatía” que ha notado en cada iniciativa en favor de Darío ha sido “lo más importante”. La 'Carrera por Darío' de los colegios ha sido “un empujón”, pero Beatriz tiene en cuenta “cada evento, por pequeño que sea, al que hemos llevado al niño”.

Nunca hemos querido dar pena, sino mostrar a Darío como un niño sonriente y con esperanza”, añadió su madre. “El 1 de junio, cuando recibimos el diagnóstico, pensé que se me había terminado la felicidad”, explicó. Sin embargo, después de este tiempo en el que la sociedad leonesa se ha volcado con ellos, las lágrimas propias del dolor de una madre sufriente, se mezclan, cada vez con más fuerza, con las del agradecimiento y la esperanza.

 

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