El Ayuntamiento recomienda no dar de comer a las palomas para controlar la "plaga urbana"

Según el Consistorio las quejas de los ciudadanos por ruidos y excrementos de palomas han crecido en los últimos años

L.N.C.
07/08/2015
 Actualizado a 19/09/2019
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El Ayuntamiento de León, a través del área de Salubridad, pone en marcha una campaña de control de palomas. El crecimiento poblacional de estas aves está considerado una plaga. Además, según ha explicado el concejal de Consumo, Pedro Llamas, “hay que intentar bajar esa población, una plaga, porque estamos recibiendo muchas quejas. “Lo que pedimos es no suministrar alimento a las palomas, es el mensaje que queremos lanzar en esta campaña”, ha puntualizado Llamas.

El número de quejas de los ciudadanos por las presencia de palomas, por ruidos y excrementos, registra un aumento considerable. Como dato de referencia, en 2013 las reclamaciones por este motivo fueron doce, número que se incrementó hasta 29 en 2014. En el primer semestre del año las quejas recibidas son once.

El impacto de la palomas, considerada una plaga, se deja sentir en plazas públicas, edificios singulares, municipales y comunidades de propietarios. Pedro Llamas ha añadido que es necesario concienciar a la población de que las palomas también son transmisoras de enfermedades.

La invasión del medio urbano como alternativa de hábitat por parte de las palomas conlleva perjuicios en edificios, en el patrimonio artístico y monumental y es causa de molestias para los ciudadanos. El uso de determinadas zonas (balcones, buhardillas, casas abandonadas) como lugar de descanso o de anidamiento, son motivo de denuncia por parte del ciudadano, fundamentalmente derivadas del acumulo de excrementos (palomina) y por ruidos.

Por otro lado, su acción sobre tejados y cubiertas provoca en muchos casos actuaciones de restauración de tejados y fachadas. Igualmente provocan obstrucciones y roturas de canalones y bajantes con los consiguientes problemas de riesgos de goteras en los inmuebles afectados, obstrucciones derivadas de la acumulación de plumas o al posicionamiento de sus nidos. Las excreciones de estas aves, ricas en ácidos fosfórico y úrico, son muy corrosivas resultando un serio peligro para la integridad de los elementos arquitectónicos, especialmente pétreos y metálicos. A todas estas molestias habría que añadir los riesgos de tipo sanitario.

Medidas de control y exclusión de las palomas


Previamente a la implantación de cualquier método de control de las palomas urbanas, se realizará un estudio para establecer los métodos a emplear. Una vez conocida la situación se implantarán simultáneamente distintas actuaciones como la revisión periódica de las edificaciones (no debe permitirse la nidificación de palomas en proximidad excesiva con el hombre. Esta "cohabitación " próxima es fuente segura de daños, conflictos y riesgos. En caso necesario pueden utilizarse sistemas especiales para ahuyentar a las aves). Otra de las medidas es la de no suministrar alimentos a las palomas, ya que no necesitan ser alimentadas. "Son animales muy capaces y habilidosos para encontrar ellas mismas sus recursos. La alimentación intencionada induce aglomeraciones localizadas que causan graves daños", explican desde el Ayuntamiento. Por último, se harán controles poblacionales en caso necesario.
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