Cada 15 de junio, el mundo conmemora el Día de Toma de Conciencia del Abuso y el Maltrato en la Vejez, una fecha clave para visibilizar una realidad aún silenciada: uno de cada seis mayores sufre algún tipo de abuso, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, se estima que solo un 4% de los casos se denuncia, lo que deja entrever una dimensión mucho más amplia y preocupante del problema.
Desde la Asociación Activos y Felices, alzan la voz una vez más para poner el foco en la discriminación, el abuso y la violencia que siguen afectando a las personas mayores, y se hace un llamamiento urgente a promover una cultura del respeto, la dignidad y los derechos humanos en todas las etapas de la vida.
“Mayores y Felices”: un programa que pone el foco en el bienestar
Con motivo de esta jornada, la asociación refuerza su compromiso con el programa “Mayores y Felices”, una iniciativa que impulsa el envejecimiento activo, la integración social y la defensa de los derechos de las personas mayores. El objetivo es claro: erradicar el edadismo —la discriminación por razón de edad— y consolidar una visión positiva de la vejez como etapa vital activa, productiva y enriquecedora.
La entidad trabaja en varias líneas de acción:
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Promover una imagen positiva de las personas mayores como agentes sociales, económicos y culturales.
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Fomentar el respeto familiar y la solidaridad intergeneracional a través de medios de comunicación, proyectos educativos y ONG.
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Impulsar la participación de las personas mayores en la vida comunitaria mediante programas de envejecimiento inteligente, asesoramiento, actividades sociales y encuentros intergeneracionales.
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Involucrar activamente a las personas mayores en la toma de decisiones sobre los problemas que les afectan directamente.
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Informar sobre sus derechos, brindarles asistencia legal y reforzar su protección institucional.
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Promover la igualdad de género y social en todas las políticas dirigidas a este grupo de población.
Una llamada a la conciencia colectiva
“Ser mayor y feliz es posible”, recuerdan desde la asociación, que apela también a la responsabilidad de las generaciones más jóvenes: “Antes de lo que se imaginan, también ellos serán personas mayores”.
La violencia hacia los mayores, como ocurre con otros tipos de maltrato, se sostiene en relaciones de poder y prejuicios culturales. Por eso, romper con estas dinámicas pasa por reconocer el problema, actuar con firmeza y construir, entre todos, una sociedad más justa, inclusiva y solidaria.
