Vicente Muñoz: "La matanza de Texas’ es de las que ponen los pelos de punta"

‘Películas que erizan la piel’ es el elocuente título del libro que cierra la trilogía ‘Cult Movies’ y que sucede a ‘Películas para llevarse al infierno’ (2011) y ‘Películas para la penumbra’ (2016) que acaban de ser reeditados

Joaquín Revuelta
12/04/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Las gemelas Grady de la obra maestra de Kubrick ‘El resplandor’.
Las gemelas Grady de la obra maestra de Kubrick ‘El resplandor’.
El escritor y gestor cultural leonés continúa completando trilogías. Si el pasado mes de diciembre este periódico se hizo eco de la publicación de ‘Travesía’, segunda entrega de la trilogía ‘’La llama encendida’ iniciada en 2014 con ‘Días de ruta’, en esta ocasión debemos hacernos eco de la llegada a las librerías de ‘Películas que erizan la piel’, con la que cierra la trilogía ‘Cult Movies’ dedicada mayormente a las películas de terror y cuyas dos anteriores entregas, ‘Películas para llevarse al infierno’ y ‘Películas para la penumbra’, acaban de reeditarse, por lo que los aficionados al cine en general y al género de terror en particular cuentan con tres excelentes publicaciones para descubrir un buen número de joyas ocultas y disfrutar con la literatura del cine que brinda el autor leonés, un declarado fan del género.

Vicente Muñoz recuerda que el proyecto de los libros de cine arrancó hace diez años con la publicación de la antología ‘Resaca: Hank over’ (Mondadori), que era un homenaje al escritor Charles Bukowski y que dio origen a un blog para la promoción de un libro que tuvo una larga trayectoria y una gran repercusión. «Ese blog, aparte de todo lo relativo al libro y a la literatura del realismo asociado con Bukowski, lo concebimos como una plataforma de literatura y cultura alternativa y subterránea. Y ahí es cuando yo empecé a escribir reseñas sobre películas que no eran en su totalidad de terror, aunque la mayoría sí que lo eran, con la idea de animar simplemente el blog. Yo en ese momento no había pensado para nada en hacer libros de ese proyecto.Lo cierto es que con el paso de los meses y después de los años las reseñas se fueron acumulando hasta que en el año 2011 la Editorial Eutelequia me propuso compilar las reseñas que había ido publicando y sacar un primer volumen que se llamó ‘Películas para llevarse al infierno’», comenta Muñoz, que recuerda eran cien reseñas de películas de culto que cinco años más tarde, a principios de 2016, daría paso a un segundo volumen en la editorial Excodra de Barcelona con el título ‘Películas para la penumbra’. «En ese momento ya me planteé hacer una trilogía y justo cuando se publicó el segundo volumen comencé a escribir este tercero dedicado ex profeso al terror», destaca el escritor leonés, que reconoce que el terror es una de sus grandes pasiones tanto en la literatura como en el cine.Preguntado qué tiene el cine de terror que lo hace tan fascinante tanto para sus creadores como para sus futuros lectores y espectadores, Vicente Muñoz considera que el terror, tanto en la literatura como en el cine, es un género que aunque no es mayoritario sí que tiene fans incondicionales, entre otros motivos porque «el terror es uno de los impulsos básicos del ser humano, como ya decía Lovecraft en su día, y nos toca resortes subconscientes y atávicos que a mucha gente desde luego le motivan», reconoce el escritor, que ya con 8 o 10 años pasó miedo viendo las ‘Historias para no dormir’ de Narciso Ibáñez Serrador. «Como yo aparte de cinéfilo empedernido soy narrador y poeta, la peculiaridad de este libro quizás sea que lo he centrado también mucho en las interrelaciones que hay con la literatura; es decir, con la novela gótica, con la novela sobrenatural, de fantasmas, decimonónica, etc. Quizás sea la peculiaridad básica, que no se trata de un ensayo digamos estrictamente cinematográfico realizado por un crítico de cine con todo lo que es el análisis concienzudo de las secuencias de la película en cuestión, sino más bien como una especie de diario personal de un escritor en el que recomienda los filmes que más le han impactado. De ahí que no sea en absoluto una selección exhaustiva y cerrada, sino más bien un catálogo meramente subjetivo, porque para empezar el 85% de las películas reseñadas están comprendidas entre las décadas sesenta y setenta del pasado siglo, en detrimento del cine clásico de terror de la Universal de los años 30 y también del que vino posteriormente. Se picotea más o menos en cada década –desde el propio cine mudo– una serie de títulos, pero el grueso del libro está centrado en el cine de terror de los años 60 y 70».Muchos de los aficionados al género suelen hacer la distinción entre ese cine capaz de sugerir más que de mostrar, a veces como consecuencia de la falta de recursos técnicos o económicos, practicado por maestros como Jacques Tourner en la década de los cuarenta, y el más explícito con derivaciones al gore que se impone en los años setenta con las películas de zombies del director George A. Romero. Vicente Muñoz confiesa que sus gustos personales se decantan más por la primera opción. «Al productor Val Lewton se le conocía como el hombres de las sombras por su capacidad de sugerir más que de mostrar, a veces como bien apuntabas por falta de recursos económicos pero también por una concepción mucho más poética y literaria del cine. Personalmente me decanto por esta primera opción y la prueba de ello es que la selección de las películas del libro va mucho más por ese camino, sobre todo por el thriller psicológico y el suspense que me gusta más por ejemplo que el cine gore. Por mi condición de escritor seguramente me motive más el cine que insinúa que el cine que muestra directamente. De ahí que la mayor parte de las películas sean de los años 60 y 70 en las que todavía la violencia explícita, aunque ya era incipiente, no es tan acusada como a partir de los 80 donde se muestra otro tipo de cine más contundente, explícito y salvaje», reconoce Muñoz, que considera –al igual que este cronista– como paradigmático el caso de ‘La matanza de Texas’, una de las películas más violentas de la historia del cine que, sin embargo, apenas muestra en plano esa violencia, probablemente por los escasos recursos de producción con que contó el talentoso director Tobe Hooper. «Efectivamente. Por eso precisamente ‘La matanza de Texas’ es la que inspira la portada de Miguel Ángel Martín para el libro. Por una parte, la falta de recursos llevó al director Tobe Hooper a sugerir más que a mostrar y por otra parte la película es heredera de una concepción del cine bastante más tendente al thriller psicológico y al enrevesamiento de los personajes que a lo simplemente explícito. Pero sí que es cierto que Tobe Hooper fue un pionero e innovador absoluto porque aunó ambos objetivos e hizo una película que la verdad pone los pelos de punta».

Hablando de cine y literatura, sabido es el caso de la animadversión que el novelista Stephen King siempre manifestó por la adaptación que Stanley Kubrick hizo de su novela ‘El resplandor’, cuando un amplio sector de la crítica y sobre todo los aficionados al cine consideran la película muy superior a la novela en que se inspira. «La verdad es que en este caso estamos hablando de un absoluto genio de la cinematografía, Stanley Kubrick, que filmó una obra maestra de una novela que no lo era en absoluto. Es verdad que Stephen King no quedó conforme con el resultado y de hecho años después se hizo otra adaptación a la pantalla con resultados muy inferiores. Yo creo que Stephen King quedó realmente desilusionado porque la película no es exactamente fiel al libro. En cuanto a su argumento y líneas básicas sí que lo es, pero hay un montón de situaciones que aparecen en la novela y no se reflejan en la película y viceversa. Hay un documental muy esclarecedor que es ‘Habitación 237’ donde se muestran una serie de mensajes subliminales y de simbología que Kubrick introdujo en la película y que son impresionantes. Por muchas veces que la hayamos visto si no nos lo muestran desde fuera no reparamos en ellos, pero que contribuyen a ir envolviendo al espectador en una obra de pesadilla verdaderamente inquietante», señala.

También se han dado casos en la historia del cine en que tanto la novela como la película se encuentran al nivel de la obra maestra, como sucede con ‘La noche del cazador’. «El maravilloso relato de Davis Grubb encontró una modélica adaptación por parte del actor Charles Laughton en su única incursión detrás de la cámara. «Cuando lees la novela y ves la película solo te queda decir: chapeau por ambos».

Sobre el futuro del género, Vicente Muñoz se muestra optimista, pese a que en los últimos años hemos visto un sinfín de remakes, precuelas y secuelas de éxitos de los años 70 y 80. «Eso sucede con casi todos los géneros cuando con el paso del tiempo se han hecho tantísimas películas y se ha contado todo y parece imposible que pueda existir todavía una vuelta de tuerca al cine de zombis o al cine de fantasmas. Pero la verdad es que las hay, porque todavía siguen surgiendo películas que consiguen darle una vuelta de tuerca más al género o subgénero que abordan», sostiene el autor, que considera que hay mucha calidad en el cine que se hace en la actualidad. «Se rueda todavía mucho más cine de terror que antes y al lado de bazofias y bodrios infumables sí que surgen películas interesantísimas. Lo que es cierto es que quizás la capacidad de asombro, la capacidad de sorpresa y la capacidad de innovación se ve un tanto mermada porque se ha visto tanto, los de efectos especiales logran hacerlo todo y hay que hilar muy fino hoy en día para sorprender al espectador y sobre todo lo básico del cine de terror ponerle los pelos de punta, darle verdadero miedo».

Preguntado qué película es la que más veces ha visto y continúa ejerciendo la misma capacidad de fascinación que en su primer visionado, Vicente Muñoz tiene claro que una de ellas es ‘Vértigo’, de Hitchcock, «que no es exactamente una película de terror pero sí que tiene territorios fronterizos, la necrofilia, el asesinato, etc, pero el libro está lleno de joyas absolutamente desconocidas y que me ha llevado una década seleccionar, porque para elegir los doscientos títulos que integran ‘Películas que erizan la piel’ he tenido que ver alrededor de dos mil; es decir, es un trabajo muy arduo y sobre todo de escarbar mucho en el barro y en el fango. Porque el cine de terror es maravilloso cuando es bueno pero cuando es malo es infumable».

En el cine español contamos con una joya irrepetible que es ‘Arrebato’, de Iván Zulueta, cuyo productor es el arquitecto leonés Nicolás Astiárraga. «Maravillosa película. De hecho podría ser también una de las películas que más veces haya visto en mi vida. Tampoco es una película de terror en el sentido estricto del término, pero sí que juega con el vampirismo y demás. La verdad es que tengo una bonita anécdota al respecto y es que cuando presenté el primer libro, ‘Películas para llevarse al infierno’, en la librería Artemis allí se presentó Nicolás Astiárraga con un cartel que me regaló de la película. Me hizo una ilusión enorme porque él había leído en la prensa que se presentaba ese libro y que una de las películas reseñadas era ‘Arrebato’. Conservo ese cartel original, diseñado por el propio Iván Zulueta, como una verdadera pieza de coleccionista y es sin duda una de las coincidencias más gratas de mi trayectoria como escritor».
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