Conmoción entre los vecinos de la localidad leonesa de Lorenzana tras la macabra aparición de un cadáver desmembrado en el pozo de una finca particular. La Guardia Civil de León investiga lo ocurrido desde el pasado domingo, 2 de noviembre, cuando la Benemérita tuvo conocimiento de unos hechos que no trascendieron a la prensa hasta este martes.
Fuentes de la investigación de la Policía Judicial confirmaron, a través de la Subdelegación del Gobierno, que el cadáver encontrado es el de un vecino de Lorenzana, de 63 años. Sin descartar ninguna hipótesis y a la espera de conocer el resultado de la autopsia, la investigación apunta ya a un suicidio. Lo más impactante del caso es que los genitales del fallecido fueron encontrados «entre un charco de sangre» y «a 20 metros» del pozo en el que fue encontrado el cuerpo.
Su vecina explica que sufría «una depresión» desde hace tiempo y le oyó decir: «Qué será de mí cuando sea viejo»
Todo apunta, por lo tanto, a una conducta autolítica con violencia extrema. En Lorenzana, donde muchos se enteraron este mismo martes del suceso por la prensa, cuentan que sí que hubo «jaleo» el domingo, con bomberos y coches de la Guardia Civil en el pueblo, pero nadie sospechó de algo tan grave. Todo cambió cuando ayer conocieron que su vecino, J.C., de 63 años, había sido encontrado muerto en estas terribles circunstancias.
«Él vivía solo desde que murieron sus padres», cuenta una de las vecinas más próximas a la plaza del estanco donde ocurrió el suceso. «Estaba jubilado y salía a pasear todos los días hacia el río, porque había sido pescador, pero sufría una depresión desde hace tiempo y se sentía muy solo». Una soledad que el propio fallecido expresó en algún momento en público. Según le oyó decir esta vecina, el hombre se lamentaba diciendo «qué será de mí cuando sea viejo».
En Lorenzana cuentan que le vieron por última vez en las vísperas de Todos los Santos, limpiando el panteón familiar
Varios vecinos vieron por última vez al fallecido a finales de la semana pasada, «el jueves o el viernes», pues estuvo en el cementerio de Lorenzana limpiando el panteón familiar en las vísperas de Todos los Santos. Sin embargo, algunos vecinos se extrañaron de que no hubiese llevado flores en la mañana del 1 de noviembre. Así, los vecinos suponen que alguien cercano al fallecido fue quien dio la voz de alarma al no saber nada de él. «Que se ha tirado al pozo», dijo alguien el domingo. Nadie era capaz de creerlo.
