Fue una noche de San Juan húmeda, con lluvia intensa por momentos desde la medianoche y macrobotellón desde horas antes. Tras la tirada de fuegos artificiales, que no tuvieron traca final para causar menos molestias a las personas sensibles al ruido y a los animales, se quemó la hoguera dedicada a la Cultural con menos público que otros años por una lluvia que pilló desprevenidos a buena parte de los leoneses.
Poco a poco la marea de gente iba retornando desde Eras, algunos en dirección al centro, otros a la explanada de los Pendones Leoneses para presenciar la batalla del rock entre las orquestas Malditos Pendejos y Grupo Cañón. La mayoría, sin embargo, se encontraba ya en la ribera del río Bernesga donde, un año más y a pesar de la lluvia, el macrobotellón se llevó a cabo como es 'tradición' entre la juventud de la ciudad.
Así, la ribera del Bernesga ha vuelto a amanecer entre botellas y bolsas de plástico mientras los operarios municipales se afanan en su retirada desde primera hora de la mañana. El Ayuntamiento de León establece cada año un dispositivo especial de limpieza, si bien siguen sin colocarse contenedores en la zona para reducir el impacto del botellón en el medio natural.

Según la Policía Local, no ha habido ningún incidente "reseñable" en esta noche de San Juan.
