Sahagún enmudece tras el caso de violencia de género

Tras recibir diez puñaladas a manos de su expareja, la víctima se desplazó herida hasta el cuartel de la Guardia Civil, que se encuentra a pocos metros de la vivienda donde se produjo el suceso

Miriam Badiola (Ical)
20/09/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Cuartelillo de la Guardia Civil de Sahagún, junto al edificio en el que se produjo el apuñalamiento. | CARLOS S. CAMPILLO (ICAL)
Cuartelillo de la Guardia Civil de Sahagún, junto al edificio en el que se produjo el apuñalamiento. | CARLOS S. CAMPILLO (ICAL)
Silenciosa. Vacía. Triste. Furiosa. Así se encontraba en el día de hoy la localidad leonesa de Sahagún horas después de haber presenciado una escena de violencia de género que casi termina con la vida de una de sus vecinas.

A las 5.25 horas de la madrugada de este jueves, un varón asestaba, presuntamente, diez puñaladas en el cuerpo de la que aún es su esposa en presencia de su hija de 14 años, en el domicilio en el que habían convivido como matrimonio, sito en la calle Barrio de San Pedro.

Ya herida, según fuentes consultadas, la mujer se desplazó hasta el cuartel de la Guardia Civil, situado a pocos metros de la vivienda en la que se produjo el suceso. Al mismo tiempo, el hombre llamaba al 112 para alertar de que acababa de apuñalar a su expareja.

Por suerte, ninguna de las puñaladas recibidas por la víctima alcanzaron sus órganos vitales, lo que le permite encontrarse estable dentro de la gravedad en la que se encuentra en el Complejo Hospitalario de León, a donde fue trasladada en UVI móvil e ingresada en la UCI.

Por su parte, la Guardia Civil procedió a la detención del que fuera su marido, que se encuentra en dependencias policiales hasta que, en las próximas horas, sea puesto a disposición judicial.

Separación


La pareja era natural de la provincia de Lugo, pero residen en Sahagún desde hace aproximadamente una década, donde ella trabaja en la única joyería de la localidad, situada en la Plaza Mayor, y él en Renfe.

A pesar de aún no haber firmado los papeles de divorcio, llevaban separados cerca de un año y ya no compartían domicilio. Tampoco pesaba sobre el agresor ninguna denuncia previa por malos tratos a su mujer.

Consternación


“Solo salimos en la prensa por cosas malas”, lamenta la camarera de un bar de Sahagún, que explica que cuando esta mañana descubrió lo que había pasado “no me lo podía creer”. Allí, en el bar, la gente no puede hablar de otra cosa. “En la hora del vino era el único tema de conversación; todo el mundo habla, a veces inventan, la gente cuenta lo que oye sin saber si es verdad o no”.

“Ella es una persona maravillosa. De él no puedo hablar, no le conocía tanto, pero en el pueblo no se habla bien de él”, señala una vecina de la localidad que aguarda en silencio al recordar a la víctima. “¿Quién podía esperarse algo así? Y con su hija presente...”

Poca gente por las calles y los presentes en silencio. Alguno, de vez en cuando, deja caer deseos de esperanza para la víctima. “Afortunadamente ella saldrá de esta, pero te deja una sensación en el cuerpo…”, “Ojalá salga del hospital más pronto que tarde, no se merecía esto”, “Ánimo, estoy segura de que ella puede con todo”, comentan.
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