Rayo Majadahonda 1 - 1 Ponferradina: 'La Deportiva salva un punto en un fortín'

El conjunto berciano empata ante el Rayo Majadahonda, que recibía a los blanquiazules siendo el mejor local del Grupo I / Mandaluniz se resarció y fue clave en la recta final

A. Cardenal
28/01/2018
 Actualizado a 17/09/2019
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Si hay empates que saben a victorias, el que la Deportiva cosechó este domingo ante el Rayo Majadahonda (1-1) fue uno de ellos. El conjunto berciano, que solo fue capaz de ganar un partido a domicilio en todo 2017, logro sacar un punto ante el mejor local del Grupo I, y lo hizo sembrando las semillas de lo que debe ser el equipo en este tramo decisivo de la temporada.

Los primeros brotes verdes estuvieron en la portería. Mandaluniz no aterrizó con buen pie en la capital berciana y sus errores estaban costando goles –y puntos–, pero en tierras madrileñas se vio al portero que destacó en Somozas y fue clave para amarrar el punto con dos intervenciones claves, una en la recta final de la primera mitad y otra ya en tiempo de descuento.

También hay motivos para el optimismo con Yelko Pino. El vigués tuvo media hora y con él sobre el campo se vio a la Deportiva más ofensiva y ambiciosa, por lo que su juego entre líneas y su posible matrimonio con Yuri –entró en lugar del brasileño– puede dar muchas alegrías en la capital berciana.

¿Las lagunas? De nuevo en la zaga. De poco o nada sirve que el conjunto berciano lleve once jornadas consecutivas marcando como mínimo un gol si también ha sido incapaz de dejar su portería a cero en las últimas diez, una fragilidad que volvió a quedar en evidencia ante un Rayo que sin cuajar un gran partido, llegó al corazón del área berciana con relativa facilidad.


Manotazo para empezar


En el Cerro del Espino se enfrentaban dos realidades opuestas. Mientras el Rayo Majadahonda se ha colado, sin hacer mucho ruido, en lo más alto de la tabla –segundo con nueve puntos de ventaja sobre el quinto clasificado– a base una regularidad envidiable; la Deportiva, cuyas opciones de ascenso se esfumaron a las primeras de cambio, funciona «a empujones» y es capaz de lo mejor y de lo peor incluso en un mismo partido.

Esa bipolaridad que sufre la escuadra berciana tardó muy poco en salir a la luz.El primer acercamiento serio del equipo madrileño a la portería de Mandaluniz terminó en gol. Menudo, en labores defensivas, iba al suelo para tratar de cortar un centro al interior del área y terminaba tocando el balón con la mano de forma totalmente involuntaria para todos menos para el colegiado, que interpretaba que el brazo del mediapunta ocupaba un espacio que no debía y señaló penalti.

Pichín no perdonó desde los once metros y planteó el peor escenario imaginable para la Ponferradina, cuyo historial a domicilio tampoco invitaba al optimismo.

Tras la de cal, tocó la de arena. La Deportiva ha pasado de ser un equipo inofensivo a marcar con una facilidad asombrosa y ante el Rayo Majadahonda solo necesitó media ocasión para poner las tablas. El balón parado, que ya le salvó ante el Castilla –Yuri abrió la lata de penalti, Ríos marcó un gol olímpico y Jon García tras un rebote en una falta lateral– volvió a ser la tabla de salvación berciana en tierras madrileñas y Andy, tras un saque de esquina, devolvió el partido a su punto de partida.

El tanto del centrocampista, no cambió el guión. El Rayo Majadahonda se contagió de la esquizofrenia berciana y si bien ofreció algunas dudas en defensa, en ataque fue vertical y tuvo ocasiones más que suficientes para haberse ido al descanso con ventaja en el marcador.

El palo y Mandaluniz lo impidieron. En la recta final del primer acto los locales lanzaron una ofensiva total que no tuvo premio. El primero en intentarlo fueJeisson, que se topó con la madera tras una buena jugada del equipo madrileño. Instantes después, con Muñiz Ruiz mirando ya de reojo el reloj, el guardameta blanquiazul se resarcía de sus errores ante Sanse, Ferrol y Castilla y atajaba un remate a bocajarro de Carlitos.

Tras el paso por vestuarios continuó el asedio local. Los de Carlos Iriondo, que ya habían aprovechado la ‘caraja’ inicial de los bercianosen el arranque, buscaron repetir la jugada en la reanudación. Pese al dominio territorial del Rayo en los primeros compases de la segunda parte, fue la Deportiva la que tuvo la ocasión más clara con un remate de Jon García aparentemente fácil que Basilio no atrapó y dejó muerto en boca de gol.


Final con alternativas


Con la necesidad de dar un paso adelante, llegó la hora de Yelko Pino. El vigués se estrenó con la camiseta blanquiazul, pero lo hizo sustituyendo a Yuri, que se retiró visiblemente enfadado, en un equipo con Cidoncha como falso nueve.
Aún en un esquema que no le permite sacar a relucir sus virtudes, el mediapunta se dejó notar desde el primer momento y apenas tardó cinco minutos en hacerse un hueco en el área tras un buen servicio de Saúl y conectar un disparo que rozó el gol.

Si bien no pudo firmar el debut soñado con un tanto, con el gallego sobre el campo se vio la mejor versión de una Deportiva que no se conformó con el empate, pero echó de menos la inspiración y el instinto de Yuri.

Atrás fue otro cantar. El Rayo, que fue de más a menos, solo necesitó un chispazo para meter el miedo en el cuero de la escuadra berciana, que vio como el gol rondó la portería de Mandaluniz. El vasco, villano reincidente, esta vez fue héroe y evitó el 2-1 ya en el descuento.
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