Hay muchas cosas en la vida que se nos antojan tentadoras, sobre todo cuando las vemos como algo deseado y no las podemos tener. A lo que me refiero en este caso es a los carteles que en la mayoría de los bares se anuncian en letras grandes, con el llamativo texto de: ‘Hay lotería de la casa’, aunque no se refiere a la matanza del cerdo que por estas fechas tenía lugar en la mayoría de los pueblos de la provincia. Volviendo a la lotería navideña, entonces es cuando empieza la controversia entre del dueño del establecimiento y el cliente, o amigo, al preguntar si la lotería lleva recargo o no. Es muy habitual que las participaciones lleven un recargo destinado, mayormente, a sufragar los gastos originados por las diferentes cofradías de Semana Santa. Lo del recargo suele generar rechazo entre los compradores pero siempre con la duda de ¿y si toca? Por lo cual, al final, la acabas comprando. En los últimos años la gente se inclina más a comprar el décimo porque, además de evitar un posible timo de que te vendan una participación de un número que no esté respaldado por el décimo. Debido ello es que, cada año, hay más reticencias a la hora de comprar participaciones no sea que toque y tengas que ir a cobrar donde el maestro armero, que ese hace mucho que se jubiló y ya no vive entre nosotros. Es muy corriente escuchar, en el bar donde se anuncia la venta de un número de lotería en participaciones lo siguiente: a mi dame un décimo de verdad, que no me fío un pelo de lo demás, no sea que para una vez que me toque sea falso. Empiezo a tocar el tema prenavideño debido a que en algunos barrios o avenidas, como pasa en donde un servidor vive, ya se están cableando las bases donde estarán colocadas la luces, sin encender todavía, que el próximo día 27, si no me equivoco, se procederá a ello por nuestro alcalde, Jose Antonio Diez, como preludio de las fiestas navideñas que se nos avecinan llenando nuestras calles, aunque no todas, porque eso no es posible, y parafraseando lo que dice el refrán, ni presupuesto que lo resista. Quienes mejor lo disfrutan son la gente menuda al salir de las clases o colegios contando los días que faltan para empezar las vacaciones de unas fechas que, si no son las más largas, son las más bulliciosas y sentidas entre la población en general.
Yo ya he comprado, por lo dicho: ¿ y si toca? y si no, para aderezar la ilusión y tener de qué hablar entre los amigos. El tema de la lotería de Navidad da para muchas situaciones, o anécdotas desde el que dice que él no juega nunca porque nunca toca, hasta el que dice anda trae «pa ca» un billete no sea que para una vez que no juego, toque. Como esto todavía se puede decir que no ha empezado y lo gordo, nunca mejor dicho (de la lotería) falta por venir, en los próximos martes seguiremos, como decían Tip y Coll, hablando, en este caso, en vez del gobierno, lo haremos de la cercanía de la Navidad, unas veces con alegría y otras, con pena. Lo dicho, tiempo habrá para más anécdotas compartidas.