Villancicos, encuentros e inocentadas

Cuando esto escribo lo hago con la precaución de que, debido a la fecha en nos encontramos, no sea victima propiciatoria de alguna broma  por parte de ciertos  amigos de los que, debido a la gran amistad que tenemos, acompañada del sentido del humor en las fechas en  que nos encontramos  (28 de diciembre, día de los inocentes), hace que  siempre tengamos que estar «ojo a vizor»por aquello de que no nos cuelen alguna inocentada. Cuando uno era joven, la fecha del día de los inocentes se celebraba con gran alegría, y sin malicia,  preparando entre los allegados cual de las bromas que, a tal efecto, se podrían llevare a cabo. La más inocente y sin mayor malicia consistía en recortar una silueta de un monigote  hecho con  un papel de periódico y prenderlo con una alfiler o imperdible en la espalda de la persona  destinataria de la inocente broma, suscitando la risas de los actores protagonistas de la inocentada. Seria interminable relacionar el catálogo de bromas que llenaban nuestra imaginación. Recuerdo las llamadas telefónicas a los bares preguntando si tenían callos y que, al responder el dueño del bar  diciendo que si la chavalería, entre risas,  le decía: «pues tenga cuidado no se los pisen». Otra que recuerdo era, cuando estando jugando la partida en un bar del barrio, cuando no había teléfonos móviles por supuesto, y se reclamaba la presencia de alguno  de los jugadores diciendo, por ejemplo: Pepe, que le llaman de casa» y al coger aquel teléfono negro de baquelita, previamente untado con un corcho quemado, de tal manera que al contestar repetidas veces con un «diga», «diga» y no contestar nadie, solían decir, después de refregar por la oreja el corcho quemado , se han debido de confundir, lo que suscitaba la risa contenida entre los amigos  de la partida. Otra práctica de aquellas inocentadas consistía en  mandar al aprendiz de alguna otra tienda, previamente advertida a por, por ejemplo, la máquina de redondear esquinas, y que la  roma se perfeccionaba dándole un saco lleno de artilugios y trastos. Lógicamente, en la tienda que le había mandado a por tal recado, al recibir el mandado, le decían, no, no, hombre no, esto no es, así que vete y di que es la nueva y así hasta que el mozo se negaba y desistía de tal mandato. También existía colaboración en las inocentadas por  parte de los periódicos sacando portadas sensacionalistas que eran la comidilla de quienes se habían tragado la inocentada. Eran años en que al carecer de muchas de las cosas de las que hoy disfrutamos cualquier ocurrencia era bienvenida y, sobre todo, siendo gratis. En este día que nadie presuma de inmunidad que a mí, esta mañana, casi me la cuelan, todo ello  sin darme importancia. Lo que se siguen manteniendo más allá del día de los inocentes son los villancicos entre los que imagino el siguiente: «Villalba estará ensayando, para crear villancicos, para cantarle a Trapiello (Andrés) que cantó en los dominicos». Con todo mi afecto de amigo del deseo una feliz salida (de casa) y entrada del años nuevo «. como no es oro, o bueno, todo lo que reluce, recibo la noticia que me traslada mi amigo Aladro de la muerte, en este domingo en, de quien fuera, sin lugar a dudas, actriz, cantante y símbolo sexual francés indiscutible de los años 50/60, a la edad de los 91 años, Brigitte Bardot, dejando un recuerdo imborrable para toda una generación, en la que me incluyo, como embajadora del cine francés tan demandado en aquel tiempo. Como estamos en días de fiestas y de afectos me permito esta licencia:»Villalba  estará ensayando, para escribir villancicos, para cantarle a Trapiello (Andrés) que cantó en los dominicos.»