Ni calor, ni atascos. Qué difícil tendrían algunos ejercer el cada vez menos noble oficio de juntar letras en el paraíso redipollejo, donde la mayor tragedia sigue siendo que no hay quorum para echar una partida sin que nadie le dedique un titular. Que el termómetro suba en verano o que haya que dar rodeos cuando se aprovecha el éxodo vacacional para asfaltar las calles tienen el mismo carácter noticioso que mis interpretaciones por el inolvidable Manolo Escobar cuando supero el umbral del litro y medio de oro líquido extraído del lúpulo.
Dicen que la gente lo lee y seguramente sea así, pero darle a todo el mundo lo que quiere en cada momento puede ser beneficioso a corto plazo y perjudicial si con el tiempo acabas convirtiendo una web de noticias en el pim pam pum de una feria. Y ocurre lo mismo con la cosa pública (seguro que sabe a quién me refiero con eso de darle a todo el mundo lo que quiere en cada momento para sacar un beneficio a corto plazo en forma de despacho en dependencias monclovitas), pero esta vez, sin que sirva de precedente, vamos a centrarnos en la cosa informativa, donde tampoco faltan quienes piensan que escrúpulos es una isla griega.
Todos tenemos a nuestra espalda una importante retahíla de erratas y confusiones, porque el que tiene boca se equivoca, pero hay cosas que van mucho más allá de los gajes del oficio derivados de la inmediatez a la hora de darle a la tecla. No cualquier cosa que nos entre al guasap es noticia a los diez segundos, porque es imposible que ya sepamos si realmente es verdad, pero hay quienes no dejan que eso les estropee un buen titular que les permita llevarse el pastel de los clics a costa de mandar al guano su credibilidad y sumir en la desinformación a sus lectores.
Da igual que luego tengan que cambiar ese titular media docena de veces hasta ir ajustándolo a la realidad, da igual seguir hasta la hora de comer manteniendo que la tragedia del Riosol era un caso de violencia de género cuando poco después de las diez de la mañana había fuentes oficiales que ya daban por hecho el suicidio, da igual que unos contenedores se quemen en La Palomera, porque poner que ha sido en el centro vende más... Da igual todo, la verdad no importa porque sólo importa vender. Y hay quienes creen que escrúpulos es una isla griega y hacen todo lo posible e incluso lo imposible, si también lo imposible es posible, para que el periodismo se acabe convirtiendo en una suerte de 'Latin Writer'. Tu noticia, tu ambiente.