El consumo responsable

Luis Carlos Arias Blanco
22/12/2023
 Actualizado a 22/12/2023

Señores publicistas, dejen de bombardearnos con tantos señuelos provocativos, los consumidores no tenemos tantos recursos para soportar los reclamos tan sugestivos y envenenados que lanzan. Cuando se termina el verano nos atosigan con la Lotería de Navidad y cuando se aproximan las navidades las campañas publicitarias tocan a arrebato, para despertar a las inocentes víctimas. Nos inundan con colonias, corbatas, juguetes… Ya no se conforman con nuestros héroes navideños, ahora se importan de otros lugares y vienen antes para pillarnos con los bolsos llenos. Empiezan con el Viernes Negro, el Black Friday, que ya de por sí con este nombre alguna pista nos dice. Pues puede que tenga un origen esclavista. Aunque otros, para olvidar ese oscuro pasado, afirman que dos agentes de bolsa de Wall Street intentaron acaparar todo el mercado del oro en sus manos, aliándose con un famoso político de Nueva York. Y a pesar de fracasar en el intento, los tres intentaron sobornar a varios personajes importantes, incluidos algunos jueces. Pero el plan falló, ya que el precio del oro se desplomó en cuestión de minutos y muchos inversores se arruinaron, con lo que la jornada pasaría a ser conocida como «Viernes Negro». 

También se inaugura la temporada de compras de Navidad con significativas rebajas en muchas tiendas minoristas y grandes almacenes; a continuación nos asalta por la chimenea un gordinflón, venido de tierras heladas, para dejarnos temblando y con la cartera casi vacía. Lo poco que nos queda, que también estos se lo merecen, y es una pena que no sean los primeros, se lo llevarán nuestros Reyes Magos que vienen de la mano con la lotería del Niño. Sin importar que además de ellos, para acomodarnos a estos tiempos, vengan de la mano de las Reinas Magas, de Gloria Fuertes, Melchora, Gaspara y Baltasara. 

Como colofón queda subir la cuesta de enero, empañada por las rebajas para seguir tirando de crédito, y para empeñarnos el resto del año. Y, como en el juego, siempre terminan con el mismo argumento, disfrazado de una ética trasnochada: «Hagan un consumo responsable». «Jueguen de forma responsable». Pero eso al final, que es muy finolis y queda muy bien para lavar la conciencia, cuando todo el mundo se ha mentalizado a gastar hasta lo que no tiene. Pero tampoco pequemos de tacaños, que la vida son cuatro días. Y como dijo en su día el poeta romano Horacio: Carpe diem, que traducido al leonés: disfruta de los placeres de la vida dejando a un lado el futuro, que es incierto. 

Señores responsables, dejen de estimular tanto el consumo con sus agresivas campañas y sus luces alucinantes que la economía no da para tanto.

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