17/01/2024
 Actualizado a 17/01/2024
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Con el paso del tiempo corremos el riesgo de adoptar como normal, lo inaceptable. ¿Cómo es posible? ¿Será capaz? –nos preguntamos desde hace tiempo, con un poso de esperanza–. Pues sí, la hez de la política está aquí y lo ha enfangado todo. Justicia, Educación, Sanidad e Instituciones, no son ni parecidos; y en cuestión de valores, todo cuanto represente dignidad, veracidad, honestidad son desconocidos. Y si no han de desaparecido, es de esperar que pronto sean borradas del diccionario.

La cara de Sánchez, hasta hace poco tan risueña, ha perdido su expresión. Ha vendido los muebles, la casa, Navarra, España, Canarias, Sahara, y no ha ganado nada, salvo mayor desprestigio porque, en las calles, «la sombra de Chapote» le persigue.

Su soberbia le ha servido para engañar a la Universidad, a sus socios de gobierno y de Europa, a medio Parlamento y a todo el País. Lo que no esperaba este sujeto es que hubiera compañeros de viaje más truhanes, más rufianes, más contaminados, más golfos que él. En cualquier momento sus amigos lo botarán, al no cumplir. «No puedo prometer, paro prometo», emulando a Adolfo Suárez.

Para hacerse querer ha emprendido una estrategia de oferta de regalos. Libertad para los, nada más abandonar la jaula, aseguraron volver a las andadas. Y aún quedaría sitio para los golpistas y terroristas. Si el «odio» es delito Torra no debería andar por la calle. Ni Pujol, los que sobornan a los de árbitros o los fundadores de supuestas embajadas que les pagamos, para sembrar más odio. La dictadura de un idioma cacofónico que ha de ser impuesto, porque no encanta salvo a los que viven de ello. Y un exilio de lujo para Malvado Puig que ha convertido a Sánchez en un mero subalterno.

Tanta insistencia ha hecho mella en los españoles. El control de los medios y la censura han dado su fruto.

Hace años, un poeta nos definía: «Asturianos de braveza, Castellanos del alma… Leoneses, reyes de la minería». Y así a toda España. «Yugos os quieren poner», nos precavía. Fue asesinado en la cárcel por la Dictadura. Tal como vamos en cuestión de libertad, en unos años no le iría mucho mejor. En Cataluña, y Vascongadas, sería proscrito pues agrupa a ambas regiones dentro del Estado Español, sin distinciones.

Hoy, perdido el orgullo, la verdad ha sido suplantada por los dispositivos y la democracia por un gobierno rendido a los separatistas. No nos reconocemos.

 

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