Es proverbial el atentado dirigido hacia una de las principales gestas deportivas como es el ciclismo, porque el mero hecho de hacer la Vuelta ya entraña una buena cantidad de dedicación y sufrimiento. Partidos de fútbol los vemos hasta la saciedad y más con la implementación del juego femenino; pero la Vuelta Ciclista es una vez al año y si la inquina continúa puede que ésta sea la última que celebraremos (si es que esta temporada cabe calificarla como celebración).
Un inciso, ya que menciono el fútbol, lo del beso furtivo de Rubianes a Jenni, que desató una gran oleada de escándalo mediático. Con multas, sanciones, alejamiento... No digo que no. Sin embargo, en la misma línea, me pregunto qué habrá pasado con la agresión sexual de Errejón a una compañera de partido, Elisa Muliá. Por lo que veo, el bicho se ha hurtado de la movida audiovisual y política, y creo que no le cayó nada más que el desprecio.
Lo mismo, pero en un plano superior, es la sistemática ocultación de las trapacerías del gobierno, desplegando una espesa nube de smog.
Por citar algunas, el confinamiento ilegal de la población, da prueba de su carácter autoritario, que nos lleva paulatinamente a una dictadura. Su actitud ante las catástrofes de Valencia y la Palma. Más los incendios recientes. Y la catadura de su esposa, de su hermano, de sus socios Cerdán, de Koldo, de Puigdemont, Berni y Ábalos, etc. lo cierto es que por donde pasa va dejando un rastro de catástrofe y tufo a smog, cegador y pestilente.
En sus apariciones exhibe, según el caso, un gesto compungido, de víctima... o bien el gesto de soberbia que puede ser la auténtica máscara. Su estrategia es su interés. Abandona al pueblo Saharaui y se lo entrega –no es él quien puede hacerlo– al monarca absolutista y chantajista de Marruecos. Luego lo olvida y después de 7 años de guerra contra Hamás, se preocupa por los palestinos, enfrentándose al Estado de Israel... y a los ciudadanos israelíes como cuando apareció jaleando a los antisistema contra un mero equipo deportivo. Imagino qué sentiría si lo que se hubiera reproducido fuera la masacre de los juegos olímpicos del 72, en Múnich. Y no creo exagerar teniendo en cuenta que lamenta no tener armamento nuclear para facilitar las tareas a los terroristas de Hamás.
Las consecuencias económicas y políticas van a ser devastadoras porque el pueblo judío sabe esperar, pero no olvida, ni perdona. Cuenta además con el apoyo incondicional de EEUU, que pronto cazará a su alter ego, Maduro, y por añadidura, le ha echado el ojo a Zapatero. Por el primero, 50 millones de dólares; respecto al segundo lo tasan en lo que vale : Nada.